Por las trabas a las importaciones, algunas industrias están ajustando sus planes de producción

Algunas incluso se han visto obligadas a cesantear empleados, porque la falta de insumos les impide seguir produciendo al ritmo que habían planificado.

Por trabas en las importaciones hay faltantes de insumos para la industria. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Por trabas en las importaciones hay faltantes de insumos para la industria. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Aunque desde el Gobierno nacional se ha expresado, en más de una ocasión, que se facilitará las importaciones de insumos para la producción nacional, lo cierto es que las dificultades para traer productos desde el exterior se mantienen. De hecho, hay industrias que ya están teniendo que ajustar sus planes de producción e incluso suspender empleados porque no tienen materiales esenciales para el proceso.

En el caso del agro, los productores e industriales están esperando a ver qué sucede con la cosecha, ya que, si bien cuentan con un cierto stock de insumos, dependerá del impacto de las heladas en la producción si este acopio es suficiente o no. En cambio, la metalmecánica, que requiere del acceso periódico a ciertos insumos, como el acero, está más complicada.

Desde distintos sectores plantean su preocupación por saber que estas trabas se asocian al bajo nivel de reservas, que, si bien subió un poco gracias a la implementación del “dólar soja”, las liquidaciones de los principales commodities recién se reanudarán en marzo e incluso también está en cuestión el volumen por efecto del clima, ya que se anticipa que la sequía reducirá la productividad.

Industria

Mariano Guizzo, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), resaltó que, en general, la metalmecánica requiere de materiales o elementos que se traen del exterior para terminar los procesos de fabricación. Y señaló que las dificultades para importarlos se mantienen e incluso se han agravado, ya que, si el Gobierno aprueba la importación, los dólares no los liquidan hasta 60 o 90 días y los proveedores extranjeros están reticentes a aceptar esas condiciones.

“La situación está cada vez más tirante y no se ve salida. Hay un faltante de dólares muy claro”, planteó. Asimismo, comentó que no hay un criterio específico para autorizar las importaciones, porque aún un fabricante que requiere de un insumo que no se elabora en el país, puede encontrarse con una negativa.

Si bien el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció que las empresas iban a poder importar con dólares propios, Guizzo indicó que es muy difícil que esto suceda. Y que, si en cambio, para evitar las demoras en acceder al dólar oficial, optan por comprar el MEP o Bolsa, que tiene una cotización muy similar a la del blue, los precios se incrementan un 100%. Y, de todos modos, deben aprobarles la importación.

Foto: Mariana Villa / Los Andes
Foto: Mariana Villa / Los Andes

El titular de Asinmet comentó que hay compañías que ya están teniendo que cesantear personal porque, como no consiguen ciertos insumos, no pueden producir. De ahí que, desde el sector industrial, agrupados por Adimra (Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina), vienen planteando desde hace un tiempo que es fundamental que los dólares que lleguen al país se destinen a permitir las compras en el exterior a los fabricantes.

Aun las empresas que no están tan complicadas como para suspender trabajadores, están viendo incrementarse sus costos en dólares, porque, aunque se consigan insumos a nivel local, el precio se dolariza al MEP. Entonces, el acero inoxidable, que históricamente costó U$S 5 o 6, ahora se vende a U$S 13. Y eso duplica el costo de la materia prima en dólares.

“No hay nada que indique que esto se va a resolver en los próximos meses”, expresó con preocupación. Y sumó que desde el sector industrial estaban esperando que, una vez que se superara la crisis energética, cuando se terminara el invierno, la situación iba a mejorar, pero los plazos se están extendiendo y anticipan que puede incluso llegar a complicarse aún más.

El presidente de la Unión Industrial de Mendoza (UIM), Matías Díaz Telli, manifestó que hay muchos problemas tanto para conseguir hierros y aceros para la metalurgia, o químicos para diversas industrias, como para hacer inversiones de capital. Y no sólo porque no se sabe si se van a poder importar o no, sino que también se desconoce el plazo.

En este sentido, detalló que lo habitual para una empresa es comprar una máquina, calcular el tiempo de envío y el de ensamblado y puesta a punto, para poder saber cuándo estará en funcionamiento. Sin embargo, ahora enfrenta la incertidumbre de si le van a permitir o no la importación, cuánto tiempo deberá esperar por una respuesta y qué plazo le van a dar para poder acceder al dólar oficial, que está subsidiado, por lo que, reconoce, la inversión termina siendo barata (si se puede concretar).

Pero para el caso de los insumos, que se necesitan en forma permanente, las dificultades llevan a que las industrias acomoden su producción a la baja. Y Díaz Telli resalta que “menos generación son menos puestos de trabajo y menos contribución impositiva”. Esto, plantea, no ha mejorado desde julio, cuando se implementaron más trabas, a la fecha.

Por otra parte, señaló que esta situación genera desfasajes que no sólo afectan a la industria, sino a la macroeconomía, porque, como no se puede importar un componente de U$S 10 dólares, tampoco es posible exportar una computadora por U$S 300. Y como todo lo que se exporta tiene elementos importados, al frenar el ingreso, se complica la generación de divisas. Y recordó que, durante meses, hubo camionetas listas que no se podían vender, porque faltaba un chip de U$S 50, cuando cada vehículo vale U$S 20 mil.

El titular de la UIM indicó que se han hecho promesas de habilitar canales para facilitar las compras en el exterior de elementos que la industria requiere, pero que los tiempos se están dilatando. Sumó que la semana pasada estuvo en Buenos Aires para continuar las gestiones para poder generar un canal de comunicación que facilite el proceso de autorizaciones, pero que a los anuncios pareciera faltarles determinación política.

Díaz Telli apuntó a que, con esto, no se logra tener un intercambio comercial con el mundo, de manera de asegurar la producción y generar trabajo en el país. Y sumó que se han perdido muchos mercados para los productos mendocinos por esta incapacidad para cumplir con los compromisos asumidos, tanto por los plazos como por los requerimientos específicos de ciertos destinos.

Consultado sobre si los planteos de agilizar las importaciones para la industria han tenido algún efecto, el titular de la UCIM (Unión Comercial e Industrial de Mendoza), Daniel Ariosto, expresó que “como hemos escuchado años atrás, una cosa es el relato y otra la realidad. El relato dice que se está facilitando el comercio exterior, cuando la realidad es que hay problemas muy complejos tanto para importar, como para exportar, por la pérdida de competitividad”.

En cuanto a la llegada de productos desde el exterior, indicó que el Gobierno no quiere que salgan dólares de la Argentina y esto hace que no se consigan elementos que no se fabrican en el país, como los repuestos para grúas, tractores, transportadoras. Y esto implica que el aparato productivo se detenga, porque no se cuenta con las máquinas que se necesitan para realizar ciertos trabajos.

Ariosto indicó que, en ciertos casos, estos elementos no se consiguen y, en otros, hay demoras. Pero, entre tanto, las empresas tienen que seguir trabajando y los empleados también. “La rueda se va deteniendo lentamente y eso nos pone una situación sumamente compleja”, lanzó. En esta línea, comentó que hace unos días habló con un representante de una industria importante del acero que le dijo que las ventas han caído casi a cero porque no entra nada del exterior y que esperan que esta semana se note el impacto en la metalmecánica y en la construcción.

Construcción

Gerardo Fernández, presidente de la Confederación de Pymes Constructoras de Argentina (CPC), indicó que están teniendo retrasos para conseguir vidrios, cubiertas, repuestos para maquinarias y vehículos para el rubro de la construcción, como camiones, motoniveladoras, palas cargadoras. Al punto que, para recibir un camión, se están planteando plazos de un año a un año y medio, y sin precio.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Tampoco es fácil acceder a cables para redes de baja y media tensión, y que los proveedores plantean que no les llega el cobre ni el plástico que lo recubre. En cuanto al vidrio, Fernández reconoció que no se entiende el motivo, porque se fabrica en el país, pero qua hay obras listas que no se pueden entregar desde hace un mes, porque no es posible hacer el cierre.

Con el resto de los elementos, señaló, las entregas se han regularizado. Pero el principal inconveniente es que el comerciante pide el pago total antes de la entrega y, cada vez es más frecuente que se demore en contar con esos elementos que vendió, lo que extiende los plazos de las obras.

Vitivinicultura

Milton Kuret, director Ejecutivo de Bodegas de Argentina, detalló que, en este momento, las bodegas están comprando insumos para la elaboración y el packaging, como también para la cosecha. Y ciertos elementos, como las barricas, las maderas para injertos, las enzimas y las levaduras, provienen en muchos casos del exterior.

Sobre esto, explicó que están teniendo problemas, ya sea los bodegueros como los proveedores de las bodegas, para conseguir las habilitaciones y “los tiempos se van agotando porque la cosecha empieza en días en algunas zonas del país”. Es que, si bien algunos tienen un cierto stock, otros necesitan adquirir estos elementos para la temporada.

Kuret detalló que, cuando tramitan una importación, en general las empresas pasan el filtro de la capacidad económica-financiera. Pero cuando les llega el rechazo del SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina) -que reemplazó el mes pasado al SIMI (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones)-, deben reclamar.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

Bodegas de Argentina, a través de la Copal (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios) y la UIA (Unión Industrial Argentina), ha habilitado con la Secretaría de Comercio de Nación un mecanismo de reclamo, que apunta a facilitar la resolución de estas trabas. Pero Kuret reconoció que en algunos casos ha funcionado, mientras en otros no.

Por otra parte, el tiempo para acceder al dólar oficial, que se había reducido de 180 días a 90, ahora vuelve a ser de 6 meses en ocasiones. Y los proveedores del exterior han manifestado que no pueden aceptar un plazo de pago tan extenso. Lo difícil de todo esto, es que el resultado de la autorización es aleatorio.

De todos modos, el director ejecutivo de Bodegas de Argentina señala que la industria está esperando a ver cuál va a ser el resultado de las heladas, con el foco puesto en cuánta uva va a haber para elaborar y, en función de eso, definir cuántos insumos deben comprar para la próxima cosecha. Pero la espera tensa también se vincula con el hecho de que, si hay menos materia prima, podrían aumentar los costos y resultaría difícil trasladarlos a precios de exportación, porque el tipo de cambio no es competitivo, y en el mercado interno, por los controles del Gobierno y la caída del consumo.

Agroindustria

Para las industrias que elaboran alimentos, también se está a días de empezar la temporada fuerte. Raúl Giordano, presidente de la Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim), señaló que no están anticipando demasiados inconvenientes vinculados a las compras en el exterior, porque los proveedores de elementos importados ya tomaron previsiones, como las litografías con las tintas que no se consiguen en el país, o los productores con los agroquímicos.

Más que un problema de suministro, mencionó Giordano, los importadores tienen dificultades para fijar un precio que les permita mantener el poder de recompra el año próximo. En este sentido, recordó que Gabriel Rubinstein, secretario de Programación Económica del Ministerio de Economía de Nación, mencionó hace unos días que están analizando la conveniencia de sostener una devaluación periódica o una más profunda y rápida.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

En cuanto a insumos como los envases de hojalata para exportación, con abre fácil, que demandan ciertos destinos, señaló que no constituyen una preocupación, porque lo que está pasando es que los productores locales se están quedando fuera de los mercados, porque siguen liquidando las ventas a un dólar de $170 pero el precio de los insumos no está regulado.

“Afuera, la lata de durazno se vende a U$S 1. A dólar oficial, no cubrimos ni el costo”, planteó Giordano y explicó que, para tener un margen, deberían venderla a U$S 2, pero con ese precio se quedan afuera. Sumó que la implementación de un dólar diferencial para las economías regionales podía ofrecer una salida de esta encrucijada, pero no hubo más novedades.

A unos 40 días de la cosecha, la mayoría de las industrias tiene envases para un 40% o 50% de la elaboración programada, que sería similar a la del año pasado (que ya fue un 30% por debajo de la media histórica). Sin embargo, están esperando a ver cuál será el impacto de las heladas en los cultivos y la calidad, por la crisis hídrica. Y también aguardan a concretar una preventa para poder financiarse.

La logística internacional podría comenzar a agilizarse en 2023

La pandemia tuvo un impacto significativo en numerosos sectores y uno de ellos fue la logística internacional. Los cierres de puertos por el Covid, la reducción de empleados por protocolos, la falta de contenedores y el aumento del consumo de bienes durables generaron una sobredemanda de fletes, que se tradujo en precios elevados y demoras considerables, que se sostuvieron en el tiempo.

Sin embargo, Josefina Godoy Lemos, gerente comercial en Argentina de Hillebrand Gori, una empresa de logística enfocada en la importación y exportación de vinos y otras bebidas alcohólicas, adelanta que este panorama podría empezar a revertirse en la primera mitad de 2023, ya que se espera que, por un lado, las navieras aumenten sus flotas, y, por otro, se observa una reducción en el consumo global, por la inflación y recesión.

Godoy Lemos explicó que un reporte de la situación marítima mundial, con datos actualizados a octubre, muestra que las rutas siguen complicadas, porque la demanda continúa siendo superior a la oferta. Pero que, en marzo de 2023, las compañías marítimas aumentarían sus flotas, para responder a esta demanda. Y, en forma paralela, el consumo de bienes viene bajando, producto de la recesión global.

Y si bien se sostienen las demoras en algunos puntos de traslado y las tarifas siguen altas -se pasó de U$S 1.500 por el envío de un contenedor a Estados Unidos, a U$S 10.000-, algunas rutas ya empiezan a tener precios a la baja. Así, la ruta de China a Estados Unidos, que llegó a los U$S 20 mil, cuando antes de la pandemia costaba U$S 2.000, ya se ubica en los U$S 8.000. De todos modos, esa reducción aún no llega a Argentina.

Godoy Lemos suma que el informe muestra que las empresas de transporte marítimo tuvieron ganancias netas de U$S 160 billones en 2021 y, de hecho, se plantea que el proceso inflacionario y la recesión se deben en parte al valor de los fletes, ya que se traslada a costos. Y esto explica que, a setiembre, la demanda acumulada de contenedores había caído un 8,6%.

Cuando se suma el hecho de que se anticipa un incremento del 8% en la capacidad de carga en la primera mitad de 2023 a esta disminución del consumo global, se anticipa que, por primera vez desde la pandemia, se podría mostrar una tendencia positiva de la oferta en relación con la demanda de transporte marítimo.

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