Aceite de oliva: aún con buenos precios, la producción local no repunta

El año pasado se lograron grandes ventas por la falta internacional del producto. Qué problemas internos impiden aprovechar las oportunidades actuales.

Aceite de Oliva. La producción mendocino no logra repuntar.
Aceite de Oliva. La producción mendocino no logra repuntar.

Cuando este año se dieron a conocer los resultados de las exportaciones de Mendoza en 2023, el aceite de oliva fue un producto destacado, con un crecimiento récord en valor del 147,6%. Sin embargo, con la nueva cosecha en marcha, esos números no parecen haber apuntalado al sector y todo indica que de nuevo será necesario traer aceitunas.

Más allá de ser un cultivo histórico que creció junto con la vitivinicultura, la superficie local de aceitunas bajó mucho, en parte por la promoción industrial de los años 90′ que favoreció a otras provincias. Según datos publicados por el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) tras un análisis satelital de hectáreas previas, en 2022 quedaban unas 11.113 ha de aceitunas, casi la mitad de las 20.642 ha del Censo Frutícola Provincial de 2010.

No se ve que la cosecha vaya a ser muy abundante. Muchas contingencias climáticas influyeron en eso: corrió viento Zonda, se dieron heladas y granizo. Eso hace que el número no sea lo que se esperaba, y vemos un volumen bajo”, señaló Marcelo Bustos Carra, gerente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen). La calidad sí viene muy bien, “manteniendo la típica calidad del aceite mendocino, reconocido a nivel mundial”.

Si bien hay una gran demanda de aceite en el mundo y el año pasado Mendoza exportó más de US$ 60 millones (datos de Indec), el bajo volumen hace perder oportunidades comerciales. “Hay mercados importantísimos que no creo que puedan ser abastecidos justamente por la merma de cosechas y, por más que los precios sean buenos, que es una coyuntura, no ha se modificado el nivel de producción”, señaló el gerente de Asolmen.

De positivo, Bustos Carra destaca que los precios internacionales siguen altos y parece que la economía de Argentina empieza a “adaptarse a una situación normal, parece que la inflación está bajando, pero muy de a poquito”. Lo negativo, afirma, es que todavía falta apoyo a nivel nacional para ayudar a que la producción crezca, mientras que los gobiernos de otros competidores, como España, subsidian a la olivicultura.

Precio y calidad del aceite de oliva

Un referente en el sector es Gabriel Guardia, ex gerente de Olivícola Laur y que ahora tiene su propio proyecto, Corazón de Lunlunta, con Alejandro Vigil y los hermanos José Luis y Juan Manuel Saldaña, con la idea de reunir olivicultura, vitivinicultura, gastronomía y turismo en “la Toscana de Mendoza”. Antes de responder, mostró en un video cómo trabajaba en el primer día de la cosecha 2024.

A nivel general, Mendoza sigue en pie de guerra con los volúmenes. La provincia necesita recuperar su olivicultura, hoy por hoy los precios de aceituna para aceite de oliva están altísimos, obedeciendo a la demanda y a la poca cantidad que hay”, afirmó Guardia. Por primera vez desde que tiene memoria, el precio de la aceituna para aceite es el mismo que el de la aceituna para conserva.

Con respecto a la calidad, algunos granizos ralearon plantas y por eso han tenido aceitunas de gran tamaño, con un buen rendimiento. “En cuanto al sabor, ya sabemos que el sabor del aceite que sacamos de Mendoza es superlativo, así que damos por descontado que vamos a tener una excelente calidad”, afirmó el cofundador de Corazón de Lunlunta.

Al hablar de los buenos precios internacionales, el especialista explicó que, por un lado, eso benefició a quienes tienen su propia plantación, molienda y capacidad exportadora, de modo de afrontar todo el circuito en costos argentinos, pero cobrando bien en dólares.

Por el otro lado, siguió Guardia, están las fábricas de aceite de oliva medianas y chicas que necesitan comprar aceituna para envasar y luego trabajan con una distribuidora local o nacional. “Para todas esas industrias se pone bravo porque el aumento internacional lo único que hace es aumentar los costos, que después tienen que ser trasladados a la góndola y ahí ya pega en el bolsillo del consumidor”, explicó.

En el caso de Edgardo Dibiagi, presidente de Grupo Dibiagi (con 265 ha de olivos en Lavalle y un proyecto para sumar 200 más), calcula que tendrán un 70% de su producción estimada, con una merma del 30% por heladas y viento Zonda. “Respecto a la calidad, contamos con más kilos en variedades de aceites intensos lo que generará aceites muy atractivos”, analizó el empresario.

Por lo que se refiere al aumento del valor internacional y su influencia a nivel local, el presidente de Grupo Dibiagi comentó que “la tendencia siempre es producir más” y que el repunte de precios durará poco, pero “nos permitirá promediar números para cuando volvamos al escenario habitual de precios muy competitivos”.

La carencia de lluvias en España y otras regiones de gran producción nos posicionan a países de Sudamérica positivamente en cuanto a precios”, analizó Dibiagi. El lado negativo, apuntó, es que el aumento del costo de los insumos en Argentina fue tan fuerte en los últimos meses que ya no compensa la devaluación del dólar de diciembre pasado, y hoy no resulta “un tipo de cambio que haga atractiva la exportación”.

Baja producción y apuesta por la IG

En una entrevista reciente para Fincas, Stella Vanucci, presidenta de Oleovid SA, analizó la actualidad del sector y resaltó la importancia histórica y cultural de preservar los olivos en nuestra provincia.

“Lo ideal es revalorizar la superficie que tiene olivos, porque ha disminuido la cantidad de hectáreas cultivadas con olivares en Mendoza. Más allá de los nuevos emprendimientos de cultivo intensivo, muchos pequeños productores, agobiados por la situación económica, se han visto obligados a arrancar las plantas para vender sus tierras”, afirmó esta referente.

Para Vanucci, preocupa que haya una rentabilidad fluctuante que generó “una merma en la cantidad de hectáreas cultivadas, principalmente en Maipú, donde en los últimos 20 años diversas plantaciones fueron cediendo espacio ante el avance sostenido de barrios privados”. También destacó los cultivos en oasis como San Rafael, Lavalle y Rivadavia.

En diálogo con Los Andes, Carlos Saez, actual gerente de Olivícola Laur, consideró que la situación se ve “bastante complicada” y parece empeorar de manera progresiva: “Con la disminución de la superficie cultivable, nos enfrentamos a mayores dificultades para obtener aceitunas en la provincia, lo que nos obliga normalmente a adquirirlas en San Juan”. En proporción, adquieren 30% de las aceitunas en Mendoza y 70% en San Juan.

¿Por qué Mendoza no igualó el éxito de San Juan y de La Rioja? Para Sáez, en parte se debe a la dificultad para acceder al agua y falta de rentabilidad para hacer las inversiones necesarias. “Poseemos muchas fincas antiguas en la zona de Maipú que no consideran el negocio rentable y han dejado de apostar por la producción primaria”, dijo.

A esto, el gerente de Laur sumó que las fincas en Mendoza siguen un sistema tradicional de plantación, con una distancia de 7 metros entre planta y planta, mientras que es más efectiva la plantación intensiva o superintensiva: “San Juan tuvo la suerte de atraer nuevas inversiones en olivicultura gracias a los diferimientos impositivos que fomentaron el progreso en este tipo de desarrollos”.

De todos modos, tanto Vanucci como Saez comentaron que la Indicación Geográfica (IG) del Aceite de Oliva Virgen Extra de Mendoza, obtenida en 2022, es un punto a favor para el sector.

“La IG, además de otorgar al producto un valor agregado, que se ve reflejado en el mercado interno y también en las exportaciones (porque impide la competencia desleal), también crea un efecto importante en el turismo y genera cohesión entre los productores e industriales”, afirmó Vanucci, para quien se mejora el sentido de pertenencia y el turismo.

Saez sostuvo que la IG reconoce y valora la calidad local: “Desde la primera olivícola argentina establecida aquí en Mendoza hasta los numerosos concursos que hemos ganado, el reconocimiento de la IG resalta la diferenciación y agrega valor al producto. Aunque los resultados no sean inmediatos, a largo plazo se verá el impacto positivo”.

Apoyo: ¿Qué expectativa ven a mediano plazo?

Mario Bustos Carra, gerente de Asolmen

“En el mediano plazo hay mucha cautela, porque tanto en España como en Portugal, se están plantando muchísimos olivos y eso puede hacer que los precios bajen y se acomoden. Además, hay expectativa para ver cómo funciona este nuevo marco de la economía que tiene Argentina, en principio todos queremos que el país se ordene, que tenga un rumbo nítido y claro para todos los habitantes”.

Gabriel Guardia, cofundador de “Corazón de Lunlunta”

“De positivo, intentamos rescatar nuestra aceituna Arauco, hay mucho por hacer y estamos contentos de que al productor le rinda en precios este año. Lo malo es lo de siempre, necesitamos que la producción local de aceitunas esté y que el gobierno de una vez por todas haga acciones de fondo para que la olivicultura vuelva a crecer y que los inversores quieran invertir en Mendoza”.

Edgardo Dibiagi, presidente de Grupo Dibiagi

“A medio plazo los precios volverán a ser los del pasado, pero con un condicionante que será el aumento de la oferta por la cantidad de plantaciones nuevas que se están incorporando, como consecuencia de este temporal repunte de precios. Esto generará, a mediano plazo, precios poco atractivos para el aceite”.

Stella Vanucci, presidente de Oleovid SA

“Hay una revalorización del cultivo, los nuevos emprendimientos que se están realizando, ya se planifican como una producción de tipo intensivo, reemplazando la mano de obra por poda y cosecha mecánica. Se opta por este sistema debido a la falta de mano de obra especializada, aunque no son plantaciones aún significativas por la cantidad de hectáreas y volumen”.

Carlos Saez, gerente de Olivícola Laur

“En cuanto a ventas, es posible que el consumo se mantenga estable o disminuya este año debido a la situación económica actual, especialmente por el aumento de precios que hemos observado en los últimos meses. Nuestra meta es mantener el consumo, aunque entendemos los desafíos económicos que enfrenta el país. Sin embargo, estamos comprometidos a mantener el nivel que tuvimos el año pasado”.

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