Pamela David presentó a su media hermana, Carolina Saavedra, a quien ella todavía llama como su "hermana nueva" y que conoció en 2018. Ambas son hijas de mismo padre, pero ya en la adultez se conocieron y comenzaron a generar un vínculo.
La conductora de "Desayuno Americano" invitó a su hermana para contar su historia públicamente y cómo logró reconstruir su identidad.
Pamela David presentó a su media hermana, Carolina Saavedra, a quien ella todavía llama como su "hermana nueva" y que conoció en 2018. Ambas son hijas de mismo padre, pero ya en la adultez se conocieron y comenzaron a generar un vínculo.
La historia de Carolina Saavedra tomó relevancia y conmueve por su profundidad, pero también por el modo en que reconfiguró su identidad. La mujer, oriunda de Santiago del Estero, decidió contar en Desayuno Americano el camino que la llevó a descubrir que era hermana de Pamela David, un recorrido marcado por silencios familiares, intuiciones y la necesidad de entender quién era realmente.
Durante la entrevista, Carolina relató que pasó su infancia en la casa de su abuelo y que, desde muy chica, convivió con una sensación que no podía explicar. “Me crié con mi abuelo y sentía que no pertenecía a ese lugar”, dijo, en una frase que sintetizó décadas de preguntas sin respuesta.
Esa percepción, según contó, se mantuvo intacta a lo largo del tiempo y la empujó a buscar explicaciones. Carolina recordó que siempre sintió un “ruido” interior que no lograba disipar.
Se veía reflejada en historias de otras personas que atravesaban dudas sobre su identidad. “Me pasó con una entrevista que dio Ignacio Carlotto, el nieto de Estela. Me resonaba mucho lo que él decía”, expresó, aludiendo a ese punto de identificación emocional que reforzó su necesidad de saber más.
La muerte del padre que la crio, marcó un antes y un después. “Cuando él muere me doy cuenta de que nunca tuve la oportunidad de preguntárselo en vida. Es todo bastante duro porque cuando me entero, mi mamá tenía una enfermedad que había afectado su memoria. Entonces, tampoco podía recurrir a ella”, explicó. Con las dos figuras centrales de su infancia imposibilitadas de responder, la búsqueda de la verdad se volvió aún más urgente.
Ese impulso la llevó a dar un paso decisivo: hablar con quien sospechaba que era su padre biológico. Carolina relató ese momento con claridad. “Cuando decido ir a hablar con mi papá biológico, con Beto, antes de que le pregunte, nos sentamos a hablar y él me dice: ‘Vos me querés preguntar si yo soy tu papá. Yo soy tu papá’”.
Ese instante se convirtió en un punto de quiebre emocional. “Me sirvió para mirarme y para buscar mi nueva identidad, para trabajar”, expresó.
Del otro lado de la historia, Pamela David contó que siempre supo de la existencia de Carolina, aunque eligió respetar un pedido muy concreto. “Soy muy unida con mi papá y, siendo muy chiquita, sabía de la existencia de Carolina. Pero había un pedido expreso de su papá que la crio, de que la reconocía, sabía que no era su hija y que la iba a criar como a una hija más y que no quería que se supiera. Entonces se respetó esa decisión”, explicó.
El encuentro entre las hermanas ocurrió por casualidad en un boliche. Se identificaron al instante, no solo por el parecido físico, sino por los gestos compartidos. “Ella es la pieza en el medio entre yo y Karina”, dijo Pamela, una frase que selló un vínculo que recién empieza a escribirse.