Gastón Soffritti, actor con una carrera iniciada en la infancia, contó públicamente que sufrió ataques de pánico durante la grabación de Graduados en 2012, en uno de los momentos más exitosos de su trayectoria. Relató episodios de desorientación y miedo intenso, que lo llevaron a iniciar terapias y alternativas para recuperar el equilibrio.
Gastón Soffritti se separó de Cande Molfese
Gastón Soffritti se separó de Cande Molfese
Los duros momentos que vivió Gastón Soffritti
El actor describió con crudeza el contraste entre la fama y el sufrimiento interno: “Mientras grababa Graduados tuve ataques de pánico. Esas cosas pasan cuando mejor te está yendo, no cuando peor. Cuando estás arriba es difícil de manejar, porque el éxito es algo muy efímero”. Recordó un episodio en el que se desorientó cerca de su casa: “Me perdí a 20 cuadras de mi casa, tuve un ataque de pánico y no sabía dónde estaba”. Ese momento, explicó, fue determinante para aceptar que necesitaba ayuda profesional.
Gastón Soffritti
Gastón Soffritti
Soffritti remarcó que la salida no fue instantánea: “Para poder salir de eso hice mucha terapia, alternativas y tradicionales, como también laburar la cabeza”. Valoró la importancia del acompañamiento psicológico y pidió desterrar los prejuicios: “Es fundamental que se hable de esto. En algún momento estábamos considerados locos los que nos pasaban esas cosas. Esta semana salió un estudio que dice que uno de cada siete personas tiene problemas con la salud mental, no es joda”.
Su reflexión sobre la actuación
También reflexionó sobre la presión que enfrentan quienes trabajan desde chicos y señaló la necesidad de apoyo en ámbitos laborales y educativos: “En la mayoría de los lugares en los que laburás siempre hay presiones incontrolables y no hay un psicólogo en todos lados, más cuando sos chico. Es fundamental que se empiece a tratar esto en serio”.
Sus declaraciones no resultan aisladas. Años atrás, en diálogo con Tatiana Schapiro para Infobae, ya había relatado que atravesó “un proceso medio oscuro donde la pasé bastante mal y no terminaba de reconocerme”. En esa oportunidad recordó cómo la ansiedad lo hacía sentir al límite: “Yo estaba muy pasado de rosca por la cantidad de horas de trabajo. De lunes a viernes grababa mil horas, me iba el fin de semana a laburar, hacía boliches en el Interior, viajaba, dormía mal, comía mal. Hacía todo mal, básicamente”.