Acciones domésticas con muchos significados

Verbos como “lavar”, “cocinar” o “limpiar” tienen varios sentidos aparte de los que están relacionados con lo doméstico.

Barrer
Barrer

Nuestra vida se va desarrollando, entre otras cosas, en el cumplimiento de tareas rutinarias del ámbito doméstico: ‘lavar’, ‘planchar’, ‘cocinar’, ‘limpiar’, ‘fregar’, ‘barrer’, ‘ordenar’, ‘tejer’, ‘licuar’, ‘ir’, entre otras. Todos estos verbos, aparte de su significado denotativo, cargan connotativamente otros valores significativos.

Así, lo vemos con ‘lavar’: este verbo denota, en primer lugar, la acción de limpiar algo con agua u otro líquido; pero se le suman otros valores, como el de “purificar, quitar un defecto, mancha o descrédito”: “Lavó su culpa haciendo obras de caridad”.

Parecido sentido es el que adquiere al referirse a la acción de blanquear, como sinónimo de ajustar a la legalidad fiscal el dinero negro: “Ha instituido esas becas como un modo de lavar tanto dinero mal habido”.

En ámbitos muy específicos de trabajo, se habla de ‘lavar’ a la tarea del albañil que da la última mano al blanqueo, bruñéndolo con un paño mojado; además, también es ‘lavar’ el hecho de dar color con aguadas a un dibujo. Para un minero, este verbo es sinónimo de purificar los metales por medio del agua.

Planchados

¿Y qué sucede con ‘planchar’? Todos usamos el verbo con el significado denotativo de “estirar, alisar”; sin embargo, tiene otros valores connotativos de sentido negativo, como el que nos dice “dejar a alguien esperando”: “Se quedó planchando pues nadie la sacó a bailar”.

También se lo utiliza para indicar que se excluye a alguien de una tarea en equipo: “Cuando armaron el grupo de investigación, a él lo plancharon porque es incumplidor”. Asimismo, puede significar que una propuesta es rechazada por ser considerada inadecuada: “No les gustó el proyecto por ambicioso y lo plancharon”.

Cocinar y limpiar

En general, la tarea doméstica más común es la de ‘cocinar’ que, además de significar “guisar, aderezar alimentos”, puede connotar “tramar algo a espaldas de otras personas, conspirar”: “Se notaba que estaban cocinando una traición contra quien tanto les había ayudado”. Otra acepción que toma, en el español americano, es la de “sentir mucho calor”: “No puedo dormir allí porque me cocino”. Y un valor totalmente impensado es el que adquiere ‘cocinar’ como equivalente a “acribillar a alguien, herirlo repetidamente”: “Los malvivientes lo cocinaron a tiros”.

Múltiples valores puede tomar ‘limpiar’: su significado básico es el de “quitar la suciedad”, pero de él se deriva el valor de “quitar lo que es superfluo o estorba”: Han limpiado de gente inútil esa dependencia estatal. En la esfera delictiva, ‘limpiar’ es sinónimo de “hurtar o robar algo”: En un santiamén, me limpiaron el reloj, anillos y pulseras. También, en nuestro país y en Uruguay, puede ser sinónimo de ‘asesinar’: Entraron y limpiaron por lo menos a tres concurrentes. Cuando entramos al ámbito del juego de naipes y de azar, ‘limpiar’ se usa para indicar que alguien ha ganado todo el dinero: Le limpiaron todo el sueldo recién cobrado.

No es común ya, entre las labores cotidianas, hablar de ‘fregar’ con el valor de “restregar con fuerza una cosa con otra, friccionar”; pero, en cambio, sí usamos el verbo en América, con el sentido de “fastidiar, molestar”: “En forma permanente me fregaba de modo humillante”.

Además, “perjudicar a alguien”; en este sentido, se vincula al sustantivo ‘friega’, equivalente a “tunda, zurra”: “Le dieron una tremenda friega”. Existen dos expresiones coloquiales vulgares, que se vinculan a estos valores negativos: “Ya la fregamos”, para indicar que algo resultó mal; por su parte, “ya ni la friegas” señala que una persona está siendo muy molesta.

Tipos de barrido

¿Qué sucede con el vocablo ‘barrer’? Todos lo asociamos con la limpieza realizada, por lo general, con una escoba; pero posee la connotación negativa de eliminación o destrucción: “La nueva administración barrió a los empleados sin formación adecuada”.

Otras veces, ‘barrer’ señala un registro u observación prolijos: “En busca del delincuente, la policía procedió a barrer una amplia zona”.

Asimismo, este verbo puede señalar una victoria arrolladora, contundente: “Barrieron de modo aplastante al adversario”. Y, por fin, un comportamiento interesado puede marcarse con el uso de la locución ‘barrer para dentro’: “Son despreciables, siempre barren para dentro”.

Con ‘ordenar’, entendido no solamente como “disponer las cosas de un modo conveniente” sino como “mandar o imponer”, nos llegan dos locuciones casi idénticas: la primera, ‘ordeno y mando’, es una locución sustantiva que señala una situación de abuso de poder; la segunda, ‘de ordeno y mando’, se usa como locución adjetiva, para calificar a alguien que se impone con rigor; así, “No va más aquello de ‘ordeno y mando’” (valor sustantivo). “Se trataba de un jefe intolerante, un hombre ‘de ordeno y mando’” (valor adjetivo).

La tarea de ‘tejer’ no se realiza únicamente con agujas o con telar: connotativamente, es sinónimo de “componer, colocar con método y disposición algo”, como en “No me agrada cómo has ido tejiendo la organización de este espectáculo”.

Además, es igual a “urdir un plan, tramar”: “De modo perverso, tejieron una calumnia muy difícil de desmentir”.

A ello apunta la locución ‘tejer y destejer’, que significa “mudar de resolución en lo emprendido, haciendo y deshaciendo una misma cosa”: “No se trata de tejer y destejer, sino de construir sobre bases sólidas”.

La licuadora

A todos nos agrada ‘licuar’ frutas y elaborar algo fresco para beber en estos días cálidos; en efecto, esta acción consiste en hacer líquida una sustancia sólida o en fundir un metal, pero si se aplica en la esfera económica, el verbo va a significar reducir el peso de algo; por ejemplo, si se aplica a deudas, ‘licuar’ es la acción por la que se baja el costo real de la obligación o deuda, generalmente a través de la inflación.

Por fin, damos brillo a la casa ‘lustrando’: esta acción de ‘lustrar’ se puede definir como “dar brillo”; así, se da lustre a los metales, a las maderas, a las joyas; pero, también, ‘lustre’ es sinónimo de “esplendor, gloria” y, entonces, metafóricamente, se puede afirmar, por ejemplo, que “tal o cual personalidad da lustre a la cultura de un determinado lugar”.

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