Impulsan los oficios digitales para la inserción laboral de jóvenes de La Favorita

El municipio de Capital, la Red de Innovación Local y el Grupo de Fundaciones y Empresas crearon un Consorcio de Articulación Público-Privado para responder a la demanda de recurso humano para el sector tecnológico y brindar oportunidades laborales

Ulpiano Suárez durante una visita al distrito 33 - Gentileza / Archivo
Ulpiano Suárez durante una visita al distrito 33 - Gentileza / Archivo

Aunque el Parque de Innovación y Tecnología Distrito 33, que funciona en el ex predio ferial de la UCIM, se encuentra a unos cientos de metros de La Favorita, un grupo de jóvenes de ese conglomerado de Capital fue encuestado sobre qué tipo de trabajo estaban buscando y se repitieron opciones como limpieza, construcción y cuidado de personas. Algunos conocen qué son los oficios digitales, pero se concentran en la búsqueda de empleos en ciertos rubros, cuando las economías del conocimiento y creativas tienen una demanda no satisfecha de talentos.

La semana pasada se lanzó el Consorcio de Articulación Público-Privada, integrado por la Municipalidad de Capital, el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE) y la Red de Innovación Local (RIL). Además, se invitó a participar a representantes del sector privado, académico, gubernamental y de la sociedad civil. Entre otros, Fundación Pampa Energía, Supervielle, Fundación Telefónica Movistar, Limpiolux, Fundación Tomás Alva Edison, Fundación Compromiso, Fundación Pescar, Filmandes, Polo TIC, UTN Mendoza, UTN San Rafael, ITU – UNCuyo, Ministerio de Economía y Energía del Gobierno de Mendoza.

La conformación tiene como objetivo convertir al Distrito 33, el parque tecnológico creado por la comuna capitalina, en “una gran usina de talento para generar empleo de manera sostenible e inclusiva, y diseñar colaborativamente la política pública para ese fin”. Por su ubicación, se ha pensado principalmente en ofrecer oportunidades de capacitación e inserción laboral a los jóvenes de La Favorita, pero también a los que viven en otras zonas del Gran Mendoza y se apuesta a replicar la experiencia en diversas partes de la provincia.

40% de pobreza

El dato de que más del 40% de la población del país se encuentra bajo la línea de pobreza (en el Gran Mendoza esta cifra fue del 41,5%) y que, además, estos son datos que corresponden al primer semestre del 2020, ha movilizado a diferentes sectores de la sociedad. Entre otros, a aquellas empresas que apuestan al triple impacto, es decir, a obtener un rédito económico, cuidando el medio ambiente y generando bienestar social.

Por otra parte, los niveles de desempleo han crecido o, como sucedió en la provincia, mejoraron, pero porque muchos mendocinos dejaron de buscar trabajo. Y, de hecho, los últimos datos muestran que cayó el índice de ocupación, lo que evidencia la destrucción de puestos laborales.

Ante este panorama, los servicios basados en el conocimiento constituyen una oportunidad para lograr ese ansiado objetivo de ampliar la matriz productiva de Mendoza, hoy concentrada en comercio, turismo, servicios y gastronomía. Las ventajas, mencionan desde la comuna capitalina, son: que cuentan con licencia social; ocupan el tercer puesto en materia de generación de divisas (sólo los supera el agro y la energía); demandan empleo calificado con salarios por encima de la media; y añaden valor agregado. Esto último, porque la innovación tiende a expandirse a otros sectores productivos.

Como contraparte, los empresarios del sector insisten en algunos puntos en contra: la conectividad en Mendoza es una de las más bajas del país y ciertas condiciones macroeconómicas dificultan la retención de los talentos. También, que hay necesidad de un mayor número de personas formadas en los perfiles que requiere la industria y de incorporar a las poblaciones más vulnerables para que puedan acceder a estas oportunidades de empleo.

Si bien desde el Consorcio de Articulación Público-Privada (CAPP) reconocen que poco pueden hacer por las dos primeras problemáticas, se han propuesto como meta trabajar en las dos últimas. Para ello, proponen que el Distrito 33 sea un espacio de formación inclusiva para personas que puedan trabajar en las industrias de servicios informáticos y software, audiovisual y de desarrollo de videojuegos; todas ellas con potencial de crecimiento.

Después de un par de meses de diagnóstico con referentes de distintos sectores de la provincia, y tomando como referencia otras investigaciones ya realizadas, encontraron que los perfiles de los jóvenes son hoy más “generalistas” y no responden a las necesidades específicas de la industria, y que los planes de estudio de educación formal y no formal no aseguran una inserción en el mercado laboral. Por otra parte, los aspirantes tampoco cuentan con otras habilidades, como comunicación eficaz, liderazgo, gestión de proyectos y gestión de equipos.

Por otra parte, el CAPP encuestó a 26 jóvenes, la mayoría de La Favorita, de entre 18 y 26 años, y encontraron que mientras el 65% había terminado el secundario, el 35%, no. La mitad de ellos respondió, además, que estaban realizando algún curso, capacitación o estudios terciarios. De ahí que entiendan que se deben tener en cuenta los distintos trayectos formativos, para entender de qué situación base se parte.

Casi el 75% manifestó estar buscando trabajo, pero si bien algunos plantearon que estaban realizando búsquedas orientadas a lo que están estudiando (Comunicación o Diseño web) y otros como administrativos, varios mencionaron limpieza, construcción y cuidado de personas. Desde el consorcio consideran que se deben analizar las tramas familiares desde las que estos jóvenes planifican su vida laboral a partir de lo conocido y, a la vez, generar curiosidad e interés por los nuevos perfiles vinculados a la tecnología.

Inserción

El intendente de la Capital, Ulpiano Suárez, comentó que el modelo de ciudad sostenible que pretenden desarrollar tiene tres ejes: el económico, la inclusión social y el cuidado del ambiente. Sobre el crecimiento económico, planteó que entienden que se debe crecer, pero generando oportunidades “para quien hoy no las tiene”. En este sentido, mencionó el 40% de la población que está por debajo de la línea de pobreza y el 10% que no tiene trabajo. “Ese es el desafío ético que tenemos por delante”, expresó.

Asimismo, añadió que están convencidos de que esa expansión debe vincularse con actividades que sí tienen licencia social porque se desarrollan en sintonía con el cuidado del ambiente. Pero también, de que se necesita generar los talentos que requiere el sector del conocimiento. Y que el municipio no puede alcanzar ese objetivo solo, sino a partir de una articulación con la academia, el sector privado y la sociedad civil.

Candelaria Yanzi, de RIL (una asociación civil que trabaja con los gobiernos municipales en la mejora de sus capacidades de gestión), detalló que se trata de un nuevo formato de trabajo y que el desafío que enfrentan ahora es convertir ese sueño de crear nuevas oportunidades para los mendocinos en objetivos y proyectos concretos que generen empleo.

En los próximos seis meses, seguirán trabajando en alianza para intentar determinar si se requiere proponer cambios en la educación primaria o secundaria, intervenir en la vocación de los jóvenes o potenciar ciertas habilidades “blandas”, entre otras preguntas, para luego diseñar una política pública que apunte a abordar la problemática.

Por su parte, Javier García Moritán, director ejecutivo de GDFE (Grupo de Fundaciones y Empresas, una asociación civil sin fines de lucro conformada por fundaciones y empresas comprometidas con el desarrollo sostenible), resaltó la importancia de “incomodarnos” para construir con otros y de vincularse con organismos internacionales que, deslizó, están mirando con mucho interés lo que pasa en Mendoza.

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