El Mercosur: hoy es un proceso alejado de las personas - Por Jorge A. Vicchi

El Mercosur solo será una realidad cuando permita el crecimiento económico con justicia social.

El Mercosur: hoy es un proceso alejado de las personas - Por Jorge A. Vicchi
El Mercosur: hoy es un proceso alejado de las personas - Por Jorge A. Vicchi

En marzo de 1991, los gobiernos de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay suscribieron en Asunción el tratado fundante que dio origen al Mercado Común del Sur, conocido como Mercosur.  En su Preámbulo, los estados firmantes, consideran “que la ampliación de sus mercados nacionales a través de la integración, constituye una condición fundamental para acelerar el desarrollo económico con justicia social”.

Y en el Capítulo I, acuerdan: “Constituir un Mercado Común que deberá estar conformado el 31 de Diciembre de 1994, implicando: 1. Libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre las partes, 2. Establecimiento de un arancel externo común, con relación a terceros estados, 3. La coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes de comercio exterior, agrícola, industrial, fiscal, monetaria, cambiaria y de capitales y 4. El compromiso de los Estados Partes de armonizar sus legislaciones en la áreas pertinentes para lograr el fortalecimiento de la integración”.

En 2019, varios años después de la firma del tratado de Asunción y del Protocolo de Ouro Preto que le otorga personalidad jurídica internacional, definiendo su estructura institucional y funcional, con jerarquía supra-legal según la Constitución reformada en 1994, cabe preguntarse ¿si este proceso de integración es o no exitoso?

A nuestro criterio, somos críticos en ciertos aspectos: Hasta la fecha, no se ha constituido un Mercado Común, dado que no existe libre circulación de los factores de la producción, pues se mantiene normativa nacional como restricciones para-arancelarias, además el Consejo del Mercosur, como los demás órganos son intergubernamentales y necesitan de leyes nacionales para efectivizar sus decisiones.

No hay un arancel externo común del 100%, sino del 80%, por aplicar sobre determinados productos aranceles diferenciales en forma unilateral, lo que hace que nuestros productores regionales se puedan ver afectados por ejemplo en el sector agrícola y el comercio exterior, tipificándose así no un mercado común, sino una unidad aduanera imperfecta.

Al tener órganos intergubernamentales, no hay supranacionalidad en las decisiones y tiene que cumplirse con el proceso constitucional interno de cada Estado Parte para la formulación de las leyes; d) no se han implementado políticas macroeconómicas en los sectores monetarios, cambiarios y de capitales y por ende el proceso de integración regional no aseguró a los Estados Partes en la crisis que hoy vivimos.

El Parlasur, no se ha constituido acabadamente, sólo Paraguay y Argentina lo conforman, faltando elecciones en Uruguay y Brasil. No fue capaz de evitar la crisis de Venezuela y su suspensión. El Mercosur también atraviesa una crisis política, que se manifiesta en declaraciones como las del actual presidente Bolsonaro: “Brasil no necesita del Mercosur” o del presidente Macri, que apuesta a la conformación bilateral de Tratados de Libre Comercio.

Así las cosas, el Mercosur será una excelente realidad, cuando permita el crecimiento económico con justicia social y ello será, cuando en la mesa de cada familia de los Estados Parte, exista la suficiente comida para vivir dignamente. Mientras tanto, sólo es un proceso alejado de las personas, limitado a las fotos de reuniones grandilocuentes.

Esperemos que nuestros dirigentes reafirmen su voluntad política de una unión entre los pueblos del Mercosur, con la finalidad de alcanzar sus objetivos para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.

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