El “Manolo” de la gente

Manuel Garcés, ex jugador emblemático de Anzorena y la Selección Mendocina, hoy DT, visitó la redacción de Más Deportes y repasó su trayectoria como jugador y técnico. Además, contó su actividad laboral como bancario, su familia. Sin dudas, un grande aden

Existe una vieja frase sobre la  amistad que dice: “De todos los bienes que la sabiduría nos proporciona para alcanzar la felicidad en nuestra vida, el de la amistad es con diferencia el más importante”. Y para el mundo del básquet de Mendoza Manuel Garcés, más allá de su talento deportivo que lo hizo brillar en Regatas, Anzorena y la Selección Mendocina, representa un amigo. Incondicional. Docente. Sincero. Noble.

El “Manolo”, ese niño que debutó en la primera del Lago con 17 años y hoy, con 65, a punto de comenzar a gozar el privilegio de su jubilación tras una carrera de 40 años en el sector bancario, continúa, sembrando, cuidando y cosechando amigos a través de un rectángulo de juego.

"Cuando era niño, nunca me imaginé que el básquet iba a ocupar un lugar tan importante en mi vida. Jugaba al fútbol. Sin embargo, entre al Liceo Agrícola y en el club Pacífico, en las clases de Educación Física, tuve contacto con una pelota de básquet.  Después, el club Cano, jugando con un amigo, Don Pedro Bátiz me invitó a jugar en el club y comencé a practicar este deporte que se convirtió en mi forma de vida. Después, pasé a Regatas y a los 22 años, llegué a Anzorena, mi lugar. Mi casa. Un club que me marcó de por vida", con esta breve descripción, Manuel Garcés, arrancó su encuentro con Más Deportes.   

Desde los 14 años, Manolo, se enamoró del básquet y ese cariño no se perdió jamás. Es más, crece día a día. “Me siento activo todavía. Me gusta aprender todos los días algo nuevo. Antes leía libros, después llegaron revistas. Luego, videos. Llegué a tener dos videograbadoras y las hacía funcionar al mismo tiempo. Después, con Internet, todo se simplificó. El básquet es un deporte muy dinámico en el cual te tenés que actualizar todos los días”, afirmó el histórico jugador de la Asociación Deportiva Anzorena. Y con respecto al club Rojo de la Sexta Sección, explicó: “típico club de barrio que te marca de por vida. Llegué de una institución como Regatas, que pedías  diez pelotas y te daban 10 pelotas. En cambio, en Anzorena, para tener un balón, necesitabas una rifa. Para un juego de camisetas, era necesario un feria de platos por parte de  las madres y padres. Ellos se llevaban las camiseta a lavar. Era todo a pulmón. Era otro mundo”.

De inmediato, agregó: “el básquet y un club te dejan huellas como los valores del respeto, la solidaridad, humildad, compromiso, pertenencia. Es el mejor lugar para todo deportista y la familia”. Más allá de que Manolo Garcés continúa con la tabla y la pizarra activa y es un entrenador destacado en nuestro medio, el fanático simpatizante del Lobo del Parque, Gimnasia y Esgrima, habló sobre su actividad profesional: “Tengo 65 años y estoy a días de poder recibir mi jubilación. No me muero porque llegue. Me gusta ir a trabajar al Banco Nación, compartir con amigos y compañeros la jornada laboral. Siento que aún puedo dar más. Pero, soy consciente que llevo 40 años en la actividad bancaria. Arranqué en el Banco Mendoza, pasé por toda la transformación y hoy termino en el Banco Nación”.

Con respecto a su vida familiar, Manuel Garcés, se emociona y explica: “Mi mujer Fátima es compañera de fierro. La mejor. Siempre estuvo al lado mío y con respecto al básquet y sus horarios, nunca hubo un reproche. Tengo dos hijas, Romina y Pamela, son mis princesas. Somos muy compañeros. Todos los domingos me gusta agasajarlas con un asadito, mi comida preferida”.

Sobre qué diferencias encuentra entre el básquet de la década del ‘70, época en la cual brilló con su Anzorena y el actual, Manolo, expresó: “Hoy, no existen referentes en los clubes. Antes, los apellidos eran sinónimos de los clubes. Por ejemplo: Armendáriz y Talleres; Cacciamani y Macabi, Rodríguez y Anzorena; y Pedemonte con Atenas. El jugador hoy conoce sistemas y formas de juego. Nosotros teníamos que improvisar. Eramos como artistas. Cambió todo”.

El amigo. El que sigue vigente. Él dirige con la misma pasión una formativa, el masculino, el femenino o el Maxi. El Manolo de la gente. Crack.

Manolo, contó: "Fue inolvidable. Estadio lleno y jugamos cinco suplementarios. Éramos juveniles. Fue una fiesta. Salimos campeones". La crónica dice que Garcés convirtió ¡43 puntos!

En el año 1997, Atenas Sport Club se volvió a escribir con mayúsculas. Fue campeón en el Apertura con Javier Cintas como DT y en el Clausura, tomó las riendas Manuel Garcés: bicampeón.

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