Puentes en Ruta 40 y los desafíos de la ingeniería

Los modernos conocimientos de la Ingeniería vial y de la Hidrología seguramente podrán aportar las mejores soluciones para construir los puentes de la ruta nacional 40, dañados severamente por aluviones. Y de esa manera morigerar daños muy onerosos y sobre todo, lo más importante, evitar poner en peligro a personas que usen esa vía de comunicación.

Los puentes sobre ruta 40 representaron un desafío para los ingenieros. Foto: Mariana Villa / Archivo Los Andes
Los puentes sobre ruta 40 representaron un desafío para los ingenieros. Foto: Mariana Villa / Archivo Los Andes

Urgen soluciones estructurales para evitar la destrucción de puentes sobre la ruta nacional 40, al sur de Luján de Cuyo y antes de arribar a Tunuyán. Requiere aplicar modernos recursos de la Ingeniería vial y la Hidrología, entre otras especialidades, para que cuando grandes masas de agua bajen desde la precordillera, no afecten los puentes y se eviten pérdidas humanas.

Una alternativa que se propone es un Sistema de Alerta Temprana. Pero según los técnicos, la opción, además de onerosa, no sería práctica y su efectividad, dudosa.

El ingeniero José Pozzoli, subgerente del Centro Regional Andino-Mendoza del Instituto Nacional del Agua, en Los Andes el 26 de julio, declaró: “A partir de la lluvia del 27 de febrero tuvimos una serie de reuniones con la gente de Vialidad nacional con el fin de analizar lo sucedido en el puente sobre el arroyo Los Pozos de la ruta 40 (km 3.250). Llegamos a determinar que el cambio de subsuelo en la zona, más algunas ripieras que sacan áridos, y un taponamiento de canales paralelos al ferrocarril, habían provocado que el caudal de agua, que pasaba por la zona, fuera muy alto, y terminaron colapsando los cimientos del puente y arrastrándolo”.

Con prescindencia de determinar las responsabilidades por las anormalidades denunciadas y que derivaron en el desastre caminero, cabe preguntarse qué sanciones pecuniarias se han librado a los responsables de las ripieras.

Como ya hemos comentado, ante la posibilidad de nuevos eventos naturales extremos, se propuso aplicar un Sistema de Alerta Temprana.

Analicemos la situación actual en cada uno de los puentes que se mencionaron en las declaraciones del pasado 26 de julio.

Los puentes sobre el arroyo Tierras Blancas están en condiciones, tanto el de la mano que va al norte como el de la que va al sur. Esto es producto de que quienes proyectaron esos puentes, respetaron el mismo vano del puente ferroviario, que tiene más de 100 años, y que corre a escasos metros hacia el oeste, en forma paralela a la 40. Si los puentes de los arroyos Los Pozos y Chañares se hubieran diseñado con el mismo criterio que éste, aún estarían en servicio. El puente sobre el arroyo Los Chañares sufrió el hundimiento de su soporte central.

Aguas arriba todavía yace maltrecho un puente ferroviario. La luz de ese puente ferroviario es muy superior a la de los puentes de la ruta 40.

Si se reconstruyen los puentes con las mismas luces que tenían, con alerta temprana o radares, serán arrastrados por la correntada tarde o temprano, como sucedió el 27 de febrero.

Si se proyectan con las mismas luces que tienen los puentes ferroviarios que están aguas arriba del mismo arroyo, los puentes quedarán firmes en sus lugares. Prueba de ello es el puente sobre el arroyo Tierras Blancas, en perfectas condiciones.

La hidráulica indica que, para un determinado caudal, si la sección de pasada es grande, la velocidad de escorrentía es baja. A medida que va disminuyendo la sección, la velocidad de escorrentía aumenta en la misma proporción. Y, a medida que ésta aumenta, el poder de erosión aumenta exponencialmente.

De ahí la importancia de copiar la sección de pasada de los puentes ferroviarios, que en más de 100 años permanecen impecables.

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