Los bosques, aporte decisivo por un mejor ambiente

En un contexto de crisis climática, la conservación y restauración de los bosques nativos es una necesidad imperiosa, situación que alcanza y debe preocupar a nuestra provincia, que posee una superficie de 2 millones de hectáreas de estas plantaciones. Deben ser protegidas, ampliadas y preservadas para futuras generaciones por la conservación de la biodiversidad que ello implica.

En Mendoza hay 4 bosques que suman 2 millones de hectáreas
En Mendoza hay 4 bosques que suman 2 millones de hectáreas

En el tramo final de marzo se celebró el Día Internacional de los Bosques, fecha proclamada en 2012 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para machacar sobre la importancia de la conservación de los bosques nativos y las graves consecuencias del avance dela deforestación.

El lema que registra la campaña es “Bosques e innovación: nuevas soluciones para un mundo mejor”, y es la forma en que comunidad de los países interesados en proteger el árbol se une para reflexionar sobre la importancia de conservar y restaurar las grandes florestas.

Según datos de la ONU, la innovación y la tecnología desempeñan un papel crucial en el control y monitoreo forestal, y permiten a las naciones informar eficazmente sobre el estado de sus bosques. Esto contribuye a una reducción significativa de las emisiones forestales de dióxido de carbono, mostrando la eficacia de sistemas innovadores y transparentes de seguimiento forestal.

“Estamos en deuda con nuestros bosques y es una cuenta que debemos saldar”, afirma Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina. “Es de suma importancia priorizar la protección de los bosques pensando en el presente y el futuro de las comunidades locales, así como el de la sociedad en general. Para ello necesitamos la asignación de los fondos y los recursos correspondientes”.

Según los monitoreos de la superficie de bosque nativo en el país, realizados por la Nación, entre 1998 y 2022, se deforestaron 6.4 millones de hectáreas de bosque nativo como consecuencia del avance de la frontera agropecuaria –la misma cifra que se perdió a nivel global durante 2022-.

En cuanto a causas e impactos del daño producido por la deforestación de los bosques nativos, se determinó que 87% del bosque nativo perdido correspondió a la región chaqueña y 43% ocurrió durante la vigencia de la actual Ley de Bosques.

El Bosque Atlántico, compartido por Argentina, Brasil y Paraguay, se enfrenta a una grave crisis de deforestación y degradación. Se trata de una de las ecorregiones más amenazadas del planeta y posee una riqueza biológica única: contiene 7% de las especies de plantas y el 5% de las especies de animales vertebrados del mundo. Originalmente cubría 1.345.300 km2. Sin embargo, en los últimos 40 años fue reducido significativamente –debido a la deforestación, urbanización y producción mal encarada.

La deforestación provoca graves consecuencias sociales, ambientales y económicas: contribuye a intensificar el cambio climático, debido a las emisiones de gases de efecto invernadero; reduce el hábitat para especies animales y vegetales, fomentando su extinción; dificulta la capacidad de los suelos de regular excedentes de agua y propicia la aparición de enfermedades infecto contagiosas de origen animal. Además, la deforestación atenta gravemente contra el sustento de las comunidades locales, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico.

La alerta es perentoria: los ciudadanos y las autoridades deben asumir compromisos, asignar recursos (los gobiernos) y actuar de manera efectiva. La conservación y restauración de nuestros bosques no son solo imperativos ambientales, son esenciales para preservar la salud, el bienestar y la supervivencia de las comunidades, de nuestra sociedad en general.

En lo que concierne a Mendoza hay mucha advertencia de los organismos científicos especializados en el cuidado de la masa arbórea, especialmente por el Instituto Argentino de Zonas Áridas (Iadiza).

Rescatamos apenas uno de los sólidos trabajos de investigación de ese reducto de la ciencia, el llevaron a cabo Mariano Cony, Jesús Páez, María Emilia Fernández, Pablo Villagra y Juan Agustín Álvarez, que propone la restauración ecológica de las zonas áridas y salvar los dos millones de hectáreas de algarrobo que contienen.

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