Las exportaciones mendocinas en dólares vienen, según un análisis que realizó el Ieral, estancadas en los últimos 12 años y han caído, en términos reales (quitando el efecto de la inflación en Estados Unidos, en el primer semestre de 2025.
Aunque el dólar es señalado como la primera causa de la caída de competitividad, desde diversos sectores plantean que hay varios factores que se acumulan.
Las exportaciones mendocinas en dólares vienen, según un análisis que realizó el Ieral, estancadas en los últimos 12 años y han caído, en términos reales (quitando el efecto de la inflación en Estados Unidos, en el primer semestre de 2025.
Una de las variables a las que se le suele prestar más atención es a la evolución del dólar. Jorge Day, economista senior del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (de la Fundación Mediterránea), señala que, si se logra estabilizar la economía, los pronósticos descartan un fuerte aumento del tipo de cambio. Apuntan a que, más bien, su evolución seguiría el ritmo de la inflación y se mantendría por debajo del promedio histórico.
Esto implica que los costos argentinos en dólares seguirán altos. Para enfrentarse a esta situación, plantea, será necesario que el Gobierno baje los impuestos, reduzca las regulaciones, elimine obstáculos laborales y consiga bajas en los aranceles para ingresar productos en otros países.
Añade que las empresas buscarán ser más productivas y que es probable que, en un primer momento, reduzcan sus plantas de personal, pero luego deberán incorporar equipamiento y tecnología, lo que demandará la realización de inversiones. Esto, a su vez, requerirá de acceso a financiamiento a tasas razonables.
“El vaso medio vacío es el problema de los altos costos en dólares y el menor consumo mundial de vinos, entre otros; el vaso medio lleno es que en una economía más estable mejora la previsibilidad para inversiones, que permiten elevar la productividad, favoreciendo la competitividad mendocina”, cierra Day con un aporte de optimismo.
Martín Clement, presidente del Consejo Empresario Mendocino (CEM), señaló que la inestabilidad tan marcada en el país acota la posibilidad de planificar a largo plazo, que es lo que requiere cualquier proyecto de exportación, que busque ser sustentable (y que es lo que piden los mercados más eficientes, a los que se quiere apuntar como región y como provincia).
Planteó que, en su trabajo como asesor de comercio exterior, hace una comparación con los deportes masivos, como el fútbol, el vóley o el básquet, que puede practicar cualquiera, y los extremos, como ala delta o esquí competitivo, que requieren de una preparación distinta, de planificación, de un entrenador, de un equipo profesional.
“La exportación y el comercio exterior son como un deporte extremo: se necesita planificación y un contexto que sea apropiado para poder lanzarte”, expresó. Y añadió que “las exportaciones del país no van a crecer, ni lo van a hacer de forma sustentable, si no se dan las condiciones apropiadas, que son políticas, sociales y económicas”.
El titular del CEM señaló que también se puede analizar el tipo de cambio, cuestiones estructurales vinculadas a la logística, el sistema impositivo, las cargas laborales, porque todas “hacen a esas condiciones de competitividad que debe tener cualquier economía para poder exportar y hacerlo de forma sustentable”.
Detalló que esto se observa en Chile, con casi cuatro décadas de estabilidad, ventajas geográficas (por la cercanía de los puertos a lo largo de todo el territorio) potenciadas por inversiones en infraestructura y un sistema crediticio que representa un alto porcentaje del PBI, lo que permite desarrollar nuevos proyectos.
Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, coincidió en el diagnóstico de caída de las exportaciones mendocinas, que se ha notado mucho en el vino, pero también en la mayoría de los productos que se venden al exterior.
Mencionó que el dólar es solo una de las variables de la competitividad, pero que también se deben considerar los impuestos y las cargas laborales (no salariales). “Porque tenemos una carga impositiva muy pesada y leyes laborales de hace 70 años, que no se ajustan a la realidad”, indicó.
También hizo referencia a los costos logísticos y a los problemas de transporte que encarecen las exportaciones. Si bien reconoció que a veces el paso a Chile se corta por nevadas, hay otras dificultades que no se resuelven, como la falta de inversión en las rutas (no sólo del corredor internacional).
“Hay muchos factores que han influido para que las exportaciones hayan decaído. Son problemas de largo plazo”, planteó Bustos Carra. Señaló que el Gobierno actual eliminó trámites y trabas burocráticas, que también impactaban en los costos, y resaltó los esfuerzos que está haciendo para bajar la inflación y mantener el equilibrio fiscal.
“Pero si quiere contar con divisas, tiene que hacer que las divisas lleguen”, lanzó y advirtió que el peso está un poco sobrevaluado. Añadió que por eso se ha perdido tanto turismo extranjero, que es otra fuente de ingreso de dólares al país.
El gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo planteó que la política está influyendo mucho en la economía y que el Gobierno nacional está mostrando algunos signos de debilidad, con el impacto en ciertas variables de la derrota en las elecciones en la provincia de Buenos Aires, y que se pudieron levantar con el apoyo de Estados Unidos.
“Si se soluciona eso y si (el presidente Javier) Milei aplica lo que dijo en su campaña de bajar impuestos y hacer un país mucho más predecible, potencial tenemos”, evaluó.
Bustos Carra señaló que los empresarios se están adaptando a la nueva realidad y, por ejemplo, no suben los precios para “cubrirse”, pero resaltó que se necesitan reglas que acompañen estos esfuerzos y que favorezcan el ingreso de divisas genuino.