La breve suspensión de las retenciones a la exportación de cultivos anunciada por Javier Milei la semana pasada, una medida destinada a fortalecer las finanzas nacionales, desató un récord histórico de reservas de exportación. Ahora, los operadores de materias primas y los productores agropecuarios enfrentan las consecuencias de ese movimiento.
Con el objetivo de aumentar la disponibilidad de dólares en el mercado cambiario, la estrategia del presidente generó una respuesta inmediata: cerca de USD 7.000 millones en exportaciones fueron agendadas en cuestión de horas. Grandes compañías del sector, como Bunge Global, Cargill y Louis Dreyfus, no tardaron en aprovechar la ventana de oportunidad.
Sin embargo, la tregua duró poco: en apenas dos días, los aranceles fueron reinstaurados, con tasas de aproximadamente 25% para los envíos de soja, y cerca del 10% para el maíz y el trigo.
Aunque no es la primera vez que un viraje en la política oficial provoca una aceleración de las exportaciones, la magnitud de la reacción de la semana pasada sacudió al sector agropecuario. Se concretaron reservas por casi 20 millones de toneladas métricas de oleaginosas y cereales, el número más alto registrado por el Departamento de Agricultura desde 2011, según un análisis de Bloomberg News.
“Nunca había visto nada igual”, afirmó Gustavo Passerini, experimentado consultor del mercado de granos en Rosario, la principal plaza comercial agrícola del país. Según él, la única situación comparable en la historia reciente fue el aumento de aranceles en 2007.
El fenómeno no pasó desapercibido fuera de Argentina. Con los productores de soja en Estados Unidos temporalmente fuera del mercado chino, los beneficios se inclinan hacia Argentina y Brasil, mientras crece la expectativa por las próximas negociaciones entre Donald Trump y Xi Jinping sobre el comercio agrícola.
A pesar del auge exportador, crece la molestia entre los productores locales, quienes sospechan que las grandes firmas intermediarias serán las principales beneficiadas con los márgenes de precios.
Por su parte, los comerciantes enfrentan desafíos logísticos. Tienen comprometidas entregas por 12,4 millones de toneladas de soja entre ahora y marzo, en un momento del año en que las reservas en la Pampa son escasas y los productores gozan de una posición negociadora más fuerte.
“El programa especial desencadenó una vorágine de ventas de cosechas”, afirmó Ciara-Cec, la principal cámara exportadora y procesadora del país, que agrupa a las grandes compañías del sector, en una publicación en X. “Las empresas comerciales siguen operando en los mercados de cereales para cumplir con todos los contratos de exportación, como es habitual”.