27 de septiembre de 2025 - 21:50

Precios de alimentos: el posible impacto de la baja del dólar y la quita de retenciones al campo

La rápida baja del tipo de cambio neutralizó el esperado aumento de costos locales tras la eliminación temporal de los derechos de exportación para cereales y carnes.

En una inusual dinámica económica, la reciente decisión de reducir a 0% los derechos de exportación (retenciones) para granos, derivados y carnes no generó el impacto alcista en los precios al consumidor que habitualmente se anticipa cuando se mejora la competitividad del sector exportador.

La expectativa general es que una baja de retenciones, al igual que un alza en la cotización del dólar, presione al alza los valores de los productos exportables en el mercado interno. Sin embargo, en esta ocasión, el efecto en los precios internos fue "prácticamente nulo".

La principal explicación esgrimida por los analistas es que la baja del tipo de cambio, generada a partir del anuncio de la medida sumado al apoyo financiero de los Estados Unidos, compensó el esperado aumento de precios que debía surgir de la eliminación del 9,5% de retención, especialmente en derivados del trigo.

En el caso específico del trigo, crucial para el costo de la harina y los productos farináceos (como pan, pastas y galletitas), el director ejecutivo de la Federación de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, explicó que aunque se proyectaba un costo de trigo entre $300.000 y $320.000 tras la quita de retenciones, la diferencia cambiaria impidió que la medida se sintiera en el precio de pizarra. Cifarelli precisó a Infobae que el valor de la tonelada cerró en $265.000, por debajo del valor registrado hasta el viernes anterior (entre $270.000 y $280.000). Este directivo destacó que, hasta ahora, el precio que los molinos deben pagar para producir no se ha incrementado. De hecho, el trigo y la harina se encuentran atrasados, sin acompañar la inflación, ya que la variación de la harina no alcanza el 10% mientras que el trigo aumentó 15% en un año.

Esta neutralidad se replicó en otros commodities. El analista de granos Gustavo López (Agritrend) coincidió en que “no habrá ninguna incidencia” ya que los precios en pesos se mantuvieron o incluso disminuyeron a raíz de la baja del dólar. Por ejemplo, el precio de la tonelada de maíz se redujo de $274.500 a $248.000. En el caso de la soja, a pesar de que los productores reciben más dólares por tonelada (USD 336 en lugar de USD 300), en términos de pesos, el valor se mantuvo en aproximadamente $450.000, por lo que el analista no cree que vaya a tener impacto en el consumo interno.

Cabe destacar que la medida para granos y sus derivados tuvo una vigencia efímera de apenas tres días, suficiente para cubrir el cupo de liquidación de divisas.

A diferencia de los granos, la reducción del 0% de los derechos de exportación para las carnes continúa vigente hasta el 31 de octubre, sin un límite de monto a liquidar. No obstante, su implementación enfrenta desafíos logísticos y financieros.

El presidente de la Cámara de la Industria y Comercio Cárnico (Ciccra), Miguel Schiariti, aventuró que la carne "seguramente va a aumentar antes del aumento de precios estacional que se da mediados de noviembre/diciembre" debido a la posible falta de oferta. Si bien el productor podría beneficiarse y los exportadores lograr ventas exitosas, Schiariti advirtió que "por ahora esto no sucedió".

El sector frigorífico exportador (agrupado en el consorcio ABC) y el sector avícola (CEPA) han resaltado las complicaciones para aprovechar la medida, principalmente debido a la dificultad de liquidar el 90% de las divisas de una operación en 72 horas.

Un empresario explicó que la industria frigorífica carece de la misma capacidad financiera o acceso al crédito que poseen las cerealeras. Una fuente del sector avícola detalló que este formato de exportación no es habitual, ya que el 70% restante de la operación llega usualmente al enviar la mercadería contra documentación.

Dada la magnitud actual de sus exportaciones (USD 27 millones en agosto), el beneficio proyectado para el sector avícola será mínimo. En cuanto a los precios al consumidor, los precios en góndola se mantienen estables, e incluso se reportó una baja del 1,6% en el pollo entero en agosto, según el Indec.

El economista de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina, resumió la situación al indicar que si bien la eliminación de retenciones "claramente presiona un poco los precios internos", la baja del tipo de cambio tiene la capacidad de neutralizar este efecto.

Sin embargo, señaló que es necesario observar dónde se estabilizará el tipo de cambio y si, más adelante, se materializa la presión de recomposición en los precios internos del maíz, trigo y carne, que son los que mayor impacto pueden tener en el precio final al consumidor.

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