Por falta de reservas y de acuerdo con el FMI, tocan el cepo a empresas y devalúan más rápido

El tipo de cambio mayorista subió 3% en lo que va de 2022, casi el triple que en la previa electoral. Hubo una queja de la UIA ante la AFIP por mayores dificultades de acceso para importadoras.

Se acelera la devaluación del peso frente al dólar.
Se acelera la devaluación del peso frente al dólar.

La Argentina tiene un problema apremiante: le faltan dólares en el sistema financiero y, puntualmente, en las reservas. Y ante esa situación, el Gobierno ha decidido ajustar las restricciones para importadores y acelerar el ritmo de devaluación del peso.

Con esa estrategia, apuntan a “tirar” hasta que ingrese el grueso de la cosecha a partir de abril y, en paralelo, a que empiecen a dar frutos algunas negociaciones del presidente Alberto Fernández con China y Rusia.

El Gobierno está buscando activar y ampliar el swap de monedas con el gigante asiático para que parte de las importaciones se paguen con yuanes. Eso descomprimiría la cuenta en dólares, dado que con China existe un déficit comercial anual de u$s7.238 millones, según datos oficiales hasta diciembre de 2021.

Pero llegar a ese acuerdo entre los bancos centrales puede demandar días o semanas. Mientras, se va aplicando el plan acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para dejar de “regalar” dólares baratos.

En los dos primeros días de esta semana el tipo de cambio mayorista subió cuarenta y un centavos, contra veintiocho centavos de suba en idéntico lapso de la semana anterior, señaló Gustavo Quintana, de PR Operaciones de Cambio.

En ese contexto, el tipo de cambio mayorista –al que acceden bancos y grandes empresas- cerró ayer en 105,82 pesos por unidad. En las primeras 27 jornadas de 2021, hubo una suba del 3%, mientras que en los 27 días previos a las elecciones legislativas el alza fue del 1,3%.

Según la visión de la consultora financiera VatNet Research, aún no varió notoriamente el ritmo de devaluación oficial del peso. “El mismo fue usado como una herramienta electoralista hasta quedar notoriamente retrasado. En los últimos cuatro meses, el tipo de cambio se atrasó casi un 8% y con la trayectoria anterior el atraso total triplicaría dicha cifra.

Para el economista Gustavo Ber, hay renovados indicios de aceleración del “crawling-peg” (ritmo de la devaluación) que podrían sumarse a una próxima nueva suba en las tasas en busca de ofrecer rendimientos reales positivos, una estrategia conjunta que buscaría ir achicando la elevada “brecha” actual.

“Esas señales continúan despertando una etapa de mayor calma en los dólares financieros, que siguen aflojando ante la expectativa de que podría ir cerrándose la brecha, y así que se estaría abriendo espacio a arbitrajes tácticos a favor de instrumentos ajustados por inflación y dollar-linked (atados al tipo de cambio”, analizó el economista.

Mientras tanto, las reservas del Banco Central siguen en estado crítico. Al 31 de enero (último dato disponible) las reservas netas se ubicaron en 1.552 millones de dólares. Eso indica que había unos 3.564 millones en oro y reservas líquidas negativas en 2.012 millones, estimó el Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES).

El Banco Central informó este martes que las reservas brutas se ubican en los 37.219 millones de dólares.

Los analistas de VatNet Research indican que “la cruda realidad es que al Banco Central se le acabaron las reservas líquidas propias, que ya resultan negativas”. Por ello, al no estar garantizado el pago de importaciones y servicios esenciales, indican que habría que reducir la brecha cambiaria del orden del 100% en forma “consiente y programada”, porque de lo contrario “la realidad económica inducirá una adecuación brusca y desmedida”.

En este contexto, las empresas que importan insumos, bienes y servicios se encontraron con que la AFIP hizo ajustes en el perfil de Capacidad Económica Financiera (CEF), una especie de veraz que otorga el organismo recaudador y que es imprescindible para poder concretar las operaciones.

El CEF evalúa la capacidad financiera de las empresas y su solvencia para hacer determinadas operaciones. Es el paso previo para solicitar la SIMI (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones) que habilita el Ministerio de Desarrollo Productivo.

La AFIP, que hasta enero que tenía en cuenta los antecedentes del mes anterior de las empresas, cambió los parámetros para considerar periodos más largos antes de dar su visto bueno.

Esa modificación apuntó a “limpiar” a aquellas firmas que se “avivaron” y empezaron a duplicar su pedido de acceso a dólares contra, por ejemplo, el año pasado. Esas firmas fueron detectadas por la cartera que maneja Matías Kulfas, pero al cerrar aún más el cepo del mercado cambiario, fueron afectados importadores “legítimos” de rubros productivos.

Esta situación hizo que la Unión Industrial Argentina (UIA) le enviara una carta a la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, para ponerla al tanto de la situación y pedir que se revea.

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