La leche a $100 y el precio de la carne en alza: ¿por qué los alimentos suben por encima de la inflación?

La leche llega al público con un precio tres veces más caro que lo que se le paga al productor y les pone presión a las metas inflacionarias, al igual que el aumento en las carnes.

Imagen ilustrativa / archivo Los Andes
Imagen ilustrativa / archivo Los Andes

El rubro alimentos y bebidas son en donde el Gobierno Nacional ha puesto la lupa para desacelerar el ritmo inflacionario, y sin embargo desde principios de mes, los consumidores advierten subas importantes en dos de los insumos más importantes en la dieta de los argentinos, como son los lácteos y las carnes.

Así, teniendo en cuenta sólo la leche larga vida, en un año aumentó un 37%, la que está incluida en el Programa Precios Cuidados ($65 Los Apóstoles), pero en la práctica, ya no se consiguen primeras marcas por menos de $100.

Este jueves se dará a conocer la inflación de abril para Mendoza y el país, pero las consultoras privadas la ubican cerca del 4%. De acuerdo con Evaluecon, “la inflación viene evolucionando a un ritmo promedio del 4% mensual desde fines del año pasado, y de mantenerse este comportamiento, se alcanzaría en el año un nivel del 60%”. En este contexto, para que una familia en abril “no percibiera que estaba en niveles de pobreza”, necesitó $72.600 (“Canasta Básica Total Digna”).

La misma consultora, a cargo del economista José Vargas, evaluó que los datos del último mes se vieron afectados por, “los aumentos de combustibles, indumentaria, calzado, combustibles y lubricantes, frutas, verduras, helados, rotisería, cereales, carne, pollo, pescado, harina, aceite, salsas, infusiones, fiambres, artículos limpieza del hogar, artículos higiene personal, artículos de ferretería, materiales de construcción, repuestos automotor, artículos de perfumería y regalería, colegios privados, transporte escolar, etc.”.

En tanto que, durante la primera semana de mayo, de acuerdo con la consultora privada LCG, la inflación sectorial estuvo empujada por los aumentos en productos lácteos y huevos, que registraron un avance del 1,1%, lo mismo que carnes, mientras que panificados, cereales y pastas crecieron 1%. En el acumulado de las últimas cuatro semanas (al 7 de mayo), también el rubro que más aumentó también fue lácteos y huevos, esta vez con un salto del 6,2%, mientras que las carnes se encarecieron en promedio el 5,2%, los dos motores de la inflación sectorial.

El precio de la leche y las carnes

Ambos productos se vieron afectados por un mismo componente, el aumento en el maíz (uno de los principales insumos para la dieta de las vacas), y el precio de los combustibles que sumó costos en logística.

En este contexto, la leche entera o descremada, larga vida, por litro se vende en los supermercados mendocinos desde $55,85 (Armonía, según Precios Cuidados para Cuyo), hasta $115,70 (La Serenísima en botella). Sin embargo, en un recorrido realizado por Los Andes, se advirtió que los artículos más económicos son los primeros en agotarse, y en general los consumidores se encuentran con artículos que rondan o superan los $100.

De acuerdo con Leonardo Guercio, propietario del tambo ubicado en Guaymallén, El Guercio, gran parte del precio de la leche se debe a costos asociados al producto principal. “En tranquera de tambo el precio es de $30, luego se la procesa, y tiene por lo menos dos fletes antes de llegar a la góndola”, explicó.

En su caso, la leche se vende en la puerta del tambo directamente a los consumidores en $50, precio que asegura le sirve por el momento, y por lo menos por los próximos 30 días, cuando tenga que volver a comprar maíz, y si este sigue subiendo, se verá obligado a corregir los precios. “Hay que mantener los precios porque los salarios no se han movido, y la gente no tiene dinero”, destacó.

El aumento en la leche se traslada al resto de los lácteos, y por ejemplo el queso cremoso lo venden a $400 por kilo. El empresario señaló que en tres meses este producto sufrió un incremento del 33%, debido a que “se requieren 100 litros de leche para producir 13 kilos de cremoso, aproximadamente”, a $30 el litro de leche, “no se puede vender a un precio menor”. Guercio señaló que lo mismo sucede con los quesos duros. “Se necesitan 100 litros de leche para 8 kilos de sardo fresco, y a $600 en que está, está desactualizado”, apuntó.

Los precios señalados por el tambero se ofrecen al público, pero también se venden a mercados de barrio que luego remarcan para cubrir sus costos, y obtener sus ganancias.

En el caso de las carnes, el Gobierno nacional renovó el acuerdo con supermercados y comercios para vender 11 cortes a precios económicos (como carne picada a $265 por kilo, vacío a $499, tapa de asado a $429 y cuadrada o bola de lomo a $515 por kilo). Los mismos se venden en grandes supermercados y en las carnicerías de la cadena Friar.

No obstante, más allá de este acuerdo, de acuerdo con el Indec, las carnes se incrementaron un 65% en el último año, 20 puntos por encima de la inflación general, y según pudo constatar Los Andes con los referentes del mercado local, a fines de abril se había trasladado del incremento en Hacienda (20%), solo un 10% a los valores al público, y el resto quedó pendiente. Ahora se espera un efecto en el precio de las carnes producto de la última medida tomada por el Gobierno en materia de exportaciones.

Cómo se componen los precios de los alimentos

De cada $67 que pagamos por un litro de leche (promedio entre las más económicas), $18 son impuestos, de acuerdo con los datos de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). Así, del precio final pagado por el consumidor, el 89,2% son costos, el 26% impuestos y -15,2% son pérdidas de la cadena. De esos impuestos, el 78% son nacionales, mientras que el 18% provinciales y 4% municipales. El IVA representa el 67% de los impuestos.

Por cada litro de leche, se paga un 35% para el tambo, un 33% para cubrir los costos de la industrialización, un 6% a la cadena de comercialización, y un 26% en impuestos.
Por cada litro de leche, se paga un 35% para el tambo, un 33% para cubrir los costos de la industrialización, un 6% a la cadena de comercialización, y un 26% en impuestos.

De acuerdo con David Miazzo, economista jefe de FADA, cabe una aclaración respecto al IVA en la leche, y es que “los consumidores pagan el 21% del impuesto, cuando debería estar exenta por ley”. “El problema está en que la ley contempla exenta la leche pasteurizada, producto que casi no se produce ni consume. En cambio, la leche que sí se produce y consume actualmente es la ultrapasteurizada, razón por la cual no queda exenta”, aclaró Miazzo.

“En un contexto donde el 42% de la población es pobre y el 57% de los chicos menores de 15 años también lo son, debería ser fundamental mejorar el acceso a alimentos de primera necesidad con políticas que no generen distorsiones en el sistema productivo y sea coherente con el tratamiento de otros alimentos, tomando como ejemplo, la carne y pan tienen alícuota reducida del 10,5%”, agregó.

Lo mismo sucede con otro alimento básico para los argentinos: el pan, que se multiplica por siete desde que sale como trigo del campo, hasta que llega a la mesa. De $135, precio promedio de un kilo de pan, $29 pesos son impuestos. La carga impositiva es mayor que lo que sale producir el trigo y hacer la harina para ese kilo de pan.

Y finalmente, la carne, según el estudio de FADA, es el producto más afectado por la “mochila” de los impuestos, de $531 de precio promedio por kilo, $149 son impuestos.

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