La crisis en el sector tecnológico impacta en Mendoza y ya hay despidos

Aseguran que las desvinculaciones se producen, sobre todo, en las grandes empresas, mientras que las pymes locales son muy cuidadosas con sus estructuras de personal.

Aunque los despidos en el sector tecnológico (masivos en el mundo) llegaron a Mendoza, empresas de capitales locales anticipan una cierta estabilidad e incluso crecimiento para 2023
Aunque los despidos en el sector tecnológico (masivos en el mundo) llegaron a Mendoza, empresas de capitales locales anticipan una cierta estabilidad e incluso crecimiento para 2023

A fines del año pasado, el sector de la tecnología, que parecía escapar a los vaivenes locales y del mundo, se vio sacudido por sucesivas noticias de despidos de empleados. Así, un rubro desde el que siempre se plantea la necesidad de más talentos, comenzó con miles de desvinculaciones (en todo el planeta). Algunos pensaron que sería algo pasajero, pero la crisis continuó este verano, con despidos también en Mendoza. A nivel local, las empresas avizoran que se podría recuperar un cierto crecimiento a partir del segundo semestre, pero la situación es variable según el nicho al que enfoquen sus servicios.

Un caso reciente es el de la empresa Eventbrite, que cerró su oficina en la provincia y despidió a los 30 empleados que tenía, lo que agitó al sector local. Los empresarios consultados entienden que la mayor parte de las compañías que habían sobre dimensionado sus estructuras ya las achicaron en 2022, como también que esta reducción se produjo en las grandes empresas, porque las pequeñas hacen lo posible por asegurarse que el crecimiento sea sostenible.

Alberto Aguiló, cofundador y CEO de Interbrain, explicó que 2021 fue un año excepcional desde el punto de vista del financiamiento a las startups, ya que había mucha liquidez en el mundo, producto de la emisión monetaria durante la pandemia y los capitales se enfocaron en las empresas tecnológicas, que tuvieron un crecimiento importante.

Aguiló resalta que en 2021 había cinco unicornios en Argentina -firmas con una valuación que supera los U$S 1.000 millones en menos de 10 años y sin cotizar en Bolsa- y, en pocos meses, se sumaron cuatro más. Esta explosión llevó a que se contratara mucha gente. La pandemia también había producido una necesidad muy grande de estas tecnologías, para la enseñanza y capacitación, para las finanzas, para las empresas de delivery, las comunicaciones y los emprendimientos en general.

Tormenta tecnológica

El año pasado, confluyeron varias situaciones. Una propia de la industria, que fue la aparición de varias plataformas low code, que facilitan la programación, con lo que aumentan la capacidad productiva de las personas y, al incrementar la eficiencia, no es necesario un número tan grande de colaboradores. Por otra parte, analiza el CEO de Interbrain, empezó a sentirse el efecto de la desaceleración de la economía mundial y la recesión en ciertos países, con proyecciones de menos consumo.

Y hace poco, se sumó al panorama el quiebre del Silicon Valley Bank, producto de que las empresas tecnológicas que recibían financiamiento lo depositaban ahí, pero, cuando comenzó a disminuir el flujo de capitales, quisieron utilizar esos recursos, que la entidad había invertido en bonos a 10 años a una tasa que, con el ajuste que hizo la Reserva Federal de Estados Unidos, comenzó a depreciarse. Y cuando el banco empezó a liquidar los bonos, se produjo una corrida bancaria que lo llevó a la quiebra.

De ahí que Aguiló considere que la situación es más compleja en otras partes del mundo que en Mendoza, porque hay empresas que necesitan ese financiamiento para sostenerse -en general, los primeros años funcionan a pérdida- y los “venture capital” ya no están aportando fondos. Sin embargo, en la provincia casi la totalidad ya superó esa etapa inicial, por lo que tienen ganancias y no se van a ver impactadas por la falta de liquidez.

De todos modos, Aguiló reconoce que no son ajenos a la situación del país y el mundo, y añade que el tipo de cambio atrasado es un problema porque, en particular en el sector del software, provoca que los negocios terminen yéndose afuera, ya que los talentos prefieren trabajar de modo freelance para el exterior que ser empleados de una firma local.

En cuanto a las perspectivas para el 2023, sostiene que en Interbrain no tienen prevista una disminución en 2023, sino, por el contrario, un cierto crecimiento en el segundo semestre, después de un enfriamiento a fines de 2022. Esto también podría favorecer alguna contratación, pero no masiva, si se concretan los proyectos que tiene en carpeta. De todos modos, la startup mendocina dedicada a la capacitación a través de realidad aumentada había duplicado su personal en 2021 y lo mantuvo el año pasado.

Bajó la marea

Joel Vitulli, cofundador de Vitcodes, una empresa que brinda soluciones para digitalizar la administración y contabilidad, coincidió en que, durante la pandemia, hubo mucho dinero disponible y un gran requerimiento de tecnología por parte de las compañías que se vieron obligadas a agilizar sus procesos tecnológicos. De ahí que las inversiones se enfocaran en el desarrollo de software y en el soporte activo, y las startups empezaran a contratar gente.

Esto hizo que los salarios de los empleados subieran mucho en dólares y que los de categorías junior para arriba superaran los U$S 2 mil. Sin embargo, cuando comenzó a bajar la carga de trabajo se produjo una gran ineficiencia del recurso humano. Vitulli comenta que hubo empleados de empresas grandes que estuvieron sin proyectos durante meses y que sólo se dedicaban a capacitarse. De hecho, contó que en Vitcodes contrataron personas que no elegían cambiar de empleo por el dinero, sino para tener una ocupación.

Además, las compañías internacionales se vieron afectadas por la suba de las tasas de interés en Estados Unidos y por la falta de liquidez, y, cuando los números no les cerraron, optaron por despedir miles de personas. En este sentido, planteó que hubo empresas que tenían una cultura de cuidar a sus empleados -Eventbrite permitía ir a la oficina con la mascota, por poner un ejemplo-, y de un día para el otro dejaron a muchos sin trabajo para volver al punto de equilibrio.

Pese a esto, cree que el rubro tecnológico, en especial el del software, va a seguir creciendo, porque cuando hay crisis, las empresas necesitan de la tecnología para optimizar y automatizar los procesos, lo que les permite disminuir sus costos. Por otra parte, Vitulli destaca que las empresas pequeñas manejan con cuidado las estructuras y prefieren negociar el plazo del proyecto que tener mayor capacidad y luego no poder asignarles proyectos.

Pero sí plantea que, después de estos despidos, se produjeron cambios en el ecosistema. Por un lado, hay talentos disponibles, a los que antes era muy difícil acceder para las empresas pequeñas. Y, por otro, hay profesionales que hoy prefieren trabajar de modo freelance, por proyecto, que ser contratados de modo permanente.

Reajustar el negocio

Carlos Tomba, gerente técnico de Holos Technology, reconoce que el ambiente está enrarecido y, para ilustrarlo, menciona que Accenture va a despedir 19 mil personas en todo el mundo, lo que implica el 2,5% de su plantel general, pero no deja de ser un número muy alto. Y esta consultora se suma a una larga lista de firmas globales y nacionales que redujeron sus estructuras de personal en los últimos meses.

Tomba también mencionó que estas movidas han facilitado que las empresas pequeñas puedan retener talentos, algo que antes era muy complicado, porque no podían competir con las grandes.

Pero advierte que, ante una situación de recesión económica mundial, las compañías en general se enfocan en la subsistencia e intentan reducir lo más posible los costos, con lo que restringen los nuevos proyectos, pese a que ciertos desarrollos les pueden brindar mayor eficiencia. De ahí que anticipe una desaceleración de la demanda.

En el caso de Holos, que se enfoca en petróleo y minería, explica, tienen clientes en Argentina, Chile y Colombia. Sin embargo, están haciendo un esfuerzo por intentar ampliar la base y no sólo trabajar en proyectos puntuales de capacitación en seguridad e higiene, sino también prestar servicios de manera sostenida en el tiempo. Esto, porque los proyectos tienen una duración determinada, mientras que ellos deben sostener a los talentos, porque lleva un tiempo formarlos de acuerdo con las necesidades de los desarrollos que realizan.

Tomba plantea que, como prevén una posible disminución, están tomando acciones para poder afrontar esta coyuntura mundial y ciertas situaciones particulares, como la caída del precio del cobre (que podría afectar a sus clientes en el sector minero). Pero resalta que la tecnología es transversal a todas las actividades, y cada vez más necesaria, y que las compañías tecnológicas tienen una facilidad mucho mayor que otras para reinventarse.

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