Informe de Acovi: el cooperativismo vitivinícola ya aporta el 3,4% al PBG de Mendoza
El nuevo estudio sobre cooperativas vitivinícolas revela su peso en la economía provincial. Algunos actores del sector alertan por los riesgos de la desregulación para la calidad e identidad del vino.
Acovi presentó este 17 de noviembre un informe sobre el impacto económico del sector y el cooperativismo
Este lunes, a las 12 del mediodía, Acovi presentó el Informe de Impacto de las Cooperativas Vitivinícolas en la Economía de la Provincia, un estudio que analiza el aporte económico y social del sistema cooperativo en Mendoza. El evento se desarrolló en la casa matriz de Fecovita, en Maipú, con la participación de autoridades, especialistas y representantes de cooperativas de toda la provincia.
La exposición principal estuvo a cargo del economista Daniel Rago, responsable del informe, quien explicó la metodología y los resultados que evidencian la relevancia del sistema en un contexto de desafíos productivos y económicos. El análisis vitivinícola abordó el aporte al empleo, al producto bruto geográfico y al sostenimiento de miles de pequeños productores.
El rol de los pequeños productores dentro del sistema
Rago inició su presentación aclarando el objetivo general del estudio y el alcance del análisis. También detalló la estructura productiva sobre la cual se construyó el cálculo del valor agregado. “El sistema cooperativo tiene la producción primaria, tiene la elaboración de bienes y costos, y tiene el fraccionamiento que llega al canal comercial a través de Fecovita”.
Uno de los ejes centrales del informe fue la caracterización de los productores que integran la red cooperativa. Rago señaló: “Son pequeños productores, en promedio 5 hectáreas por productor, donde es muy importante eso: llegar a la sustentabilidad económica de ese pequeño productor, es decir, su permanencia tanto económica como social en el tiempo”.
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Profundizó también en los beneficios que aporta integrarse a una cooperativa. “La previsibilidad y la certeza del destino de su producción, y precio y financiamiento, son todas variables esenciales que hacen a esa sustentabilidad”. Rago remarcó que el cooperativismo permite sostener superficies cultivadas, acceso a crédito, asistencia técnica y mejoras tecnológicas en un contexto donde los pequeños productores, actuando solos, no podrían afrontarlo.
Además destacó el crecimiento sostenido de la participación cooperativa en el total de la producción provincial. “Desde el 2004 hubo un 20% de participación en la producción, un crecimiento continuo y estabilizado en el orden del 26 o 27% de participación. Es muy importante. Es un indicador relevante porque lo que me está diciendo es que en ese contexto de una vitivinicultura en retracción, quien viene ganando participación es el sistema cooperativo”.
Aporte al empleo, valor agregado y economía provincial
Rago detalló que el valor bruto de la producción primaria cooperativa alcanza los 113.000 millones de pesos a valores de septiembre. Explicó que el consumo intermedio representa el 36% de ese total, unos 40.000 millones, lo que permite dimensionar el peso de los insumos y servicios en la actividad.
También precisó que el 64% restante corresponde al valor agregado generado por el sistema. De esa cifra, 45.000 millones se destinan a mano de obra, 8.500 millones a impuestos y 13.000 millones a reinversiones internas, lo que demuestra la capacidad del cooperativismo para sostener inversión y actividad en la cadena vitivinícola.
En materia laboral, estimó que la producción primaria cooperativa genera 6.575 puestos de trabajo directos e indirectos, una cifra que equivale al 2,5% del empleo registrado en Mendoza y al 26,7% del empleo agrícola provincial. Destacó que estos números reflejan el rol territorial de las cooperativas en zonas donde la actividad privada es limitada.
Rago destacó que la vitivinicultura, en su conjunto, sigue siendo un motor económico. “La industria vitivinícola, con el 12,4% de participación del producto bruto geográfico, es el sector más importante de la economía de Mendoza”. El informe también arrojó datos significativos en materia de empleo. “Estamos casi en el 4% de la mano de obra empleada, que es mucho”.
Acovi: asociatividad, futuro y compromiso colectivo
El presidente de Acovi, Fabián Ruggieri, resaltó la importancia de dimensionar el aporte real del sistema cooperativo. Además, apuntó la fortaleza del sistema, que el sistema no se construyó de un día para otro, sino con el esfuerzo de distintas generaciones que sostuvieron el cooperativismo como forma de producción y organización territorial.
El dirigente subrayó la importancia de sumar nuevos actores a la red cooperativa y garantizar su sostenimiento. Destacó que la asociatividad será clave para enfrentar los desafíos futuros del sector y que el cooperativismo seguirá siendo una herramienta fundamental para la integración de pequeños productores.
“Representar el 3,4% del PBG de la provincia cuando uno lo puede comparar con otras actividades que medimos año a año es relevante. Sobre todo para nosotros que a veces no medimos esta tremenda fortaleza y empresa, que la construimos entre todos. Que la han hecho crecer personas antes que nosotros y que nos toca seguir con esto hacia adelante", agregó.
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Ruggieri cerró su intervención señalando la responsabilidad generacional y el camino que queda por recorrer. Expresó que el desafío es seguir construyendo sobre lo hecho e integrar a los jóvenes que deberán conducir el sistema en los próximos años, siempre bajo la premisa de fortalecer la asociatividad.
La visión de Coviar: instituciones, calidad y riesgos de la desregulación
El vicepresidente de Coviar, José Zuccardi, hizo un llamado a comprender el peso estructural que tienen las instituciones dentro de la cadena vitivinícola. “Las actividades necesitan de instituciones. Si no hay instituciones, no hay organizaciones. Las empresas somos las organizaciones a través de las cuales las personas desarrollamos una parte muy importante de nuestra vida. Y creo que la viticultura argentina tiene un pilar muy sólido en un sistema cooperativo que maneja un tercio del mercado de vinos y del mercado nacional”.
Zuccardi destacó que la integración ha sido un objetivo histórico del Plan Estratégico Vitivinícola y un componente determinante para sostener la actividad. “La integración tiene un aspecto central para la subsistencia de la viticultura argentina y es la calidad”.
Subrayó que el contexto internacional exige redoblar esfuerzos: “Estamos en un momento crítico para la vitivinicultura mundial. Nos están atacando muy duramente y muy injustamente poniendo al vino como alcohol. El vino es un alimento que contiene un 13 o un 14% de alcoholes propios de la fermentación de azúcares naturales de la uva”.
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El dirigente hizo una fuerte defensa del vino como parte de la cultura alimentaria del país y alertó sobre los efectos de decisiones legislativas que, según señaló, desconocen esa identidad. En este sentido, cuestionó la Ley de Tolerancia Cero: “La paradoja de una ley de tolerancia cero en un país como Argentina donde el vino es parte de nuestra alimentación. Hubo un lobby infernal de las bebidas azucaradas y la cerveza, que ven en la tolerancia cero la posibilidad de sacar el vino de la mesa y reemplazarlo con cerveza sin alcohol”.
Uno de los tramos más contundentes de su presentación fue su advertencia sobre el avance de la desregulación. “Hoy en día hay una ola de desregulación que no entiende que el vino no es commodity. Que el vino no es lo mismo que el acero, que el vino no es lo mismo que la soja. Es un producto vivo que tiene identidad”. Afirmó que algunas propuestas desconocen la formalidad que caracteriza al sector: “Desregular no implica informalizar una actividad que está formalizada. La vitivinicultura tiene una formalidad que nos ayuda a gestionar y desarrollarnos”.
Zuccardi remarcó que la vitivinicultura argentina ha hecho profundas reconversiones y que retroceder en estándares sería un riesgo para toda la actividad. “La vitivinicultura ha hecho ya muchos deberes. No nos oponemos a la desregulación, pero la desregulación no significa desorden ni pérdida de identidad”. Finalmente, celebró el aporte del informe de Acovi: “El estudio de Daniel refleja una enorme herramienta para enfrentar las incertidumbres que tenemos hacia el futuro”.