El precio del vino aumentó 7,6% y estuvo por debajo de la inflación en septiembre

Los vinos de gama baja son los que más subieron, aquellos de $1296 a $2221 aumentaron en ese mes el 9,4%. Si bien es menor que la inflación de 12,7% es la gama que más accesible al público.

Los vinos de gama baja aumentaron en septiembre un 9,4%.
Los vinos de gama baja aumentaron en septiembre un 9,4%.

El aumento de precios en Argentina es un tema que ha adquirido una analogía notable en los últimos tiempos, ya que se asemeja a un barril de vino que parece nunca dejar de llenarse. La inflación en septiembre, con un alarmante 12.7%, es el último trago amargo en esta botella ya desbordada.

En un escenario donde los precios parecen fermentar sin control, se observa un fenómeno curioso en el mercado vitivinícola. Contrariamente a lo que venía ocurriendo en meses anteriores, el precio del vino en Argentina aumentó por debajo del registro de la inflación mensual, con una marca de 7,6% entre agosto y septiembre. Asimismo, los vinos con etiquetas más asequibles han sufrido incrementos superiores en septiembre en comparación con las botellas de lujo.

El precio del vino en Argentina aumentó por debajo del registro de la inflación mensual, con una marca de 7,6% entre agosto y septiembre.
El precio del vino en Argentina aumentó por debajo del registro de la inflación mensual, con una marca de 7,6% entre agosto y septiembre.

El dato se desprende del último informe de Índice de Precios de Vino (IPV) de Vinodata, un centro de investigación especializado en el mercado del vino argentino, que recopila mes a mes información sobre las variaciones de precios en la industria.

Con un total de 5.455 etiquetas, el estudio destacó que aquellos vinos con precios hasta los $1.296 experimentaron un aumento promedio del 9,4% en septiembre, un incremento muy cercano al 9,2% reportado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) para la categoría “vino común” en el Gran Buenos Aires (GBA). Por otro lado, las botellas con precios superiores a los $9.255 vieron un incremento del 5,6%.

Extrapolando las cifras acumuladas desde octubre de 2022, la gama de vinos más económicos muestra un incremento a septiembre 2023 del 141,9%. Esta cifra se encuentra cerca de las proyecciones para el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que alcanza un 141,1%, así como para la mencionada categoría “vino común” que se sitúa en un 149,5%.

La evolución de precios

Los autores del informe de Vinodata especifican que el aumento de septiembre es considerablemente más bajo que los anteriores meses. En el noveno mes del año el aumento del IPV fue del 7,6%. Mientras que en agosto esta cifra había sido del 13,7% y en junio del 9,4%.

Si observamos por categoría, todas las gamas de vinos subieron su precio, pero es llamativo el segmento bajo porque durante los otros meses las modificaciones se habían visto en los segmentos medios o altos.

Nosotros veníamos registrando aumentos de precios de las gamas más altas que estaban por arriba del IPC y en general por arriba de las gamas más bajas. Uno sospecharía que es ahí donde las bodegas compensaron, porque obviamente han tenido aumentos de costos, problemas con la cosecha, inflación y demás. Era razonable que las bodegas trasladaran o aplicaran remarcaciones mayores en las gamas más altas de precios. Lo que pasó, digamos, es que eso se revirtió”, explicó Andrés López, director del Instituto Interdisciplinario de Economía Política IIEP (UBA-Conicet) y parte del equipo de Vinodata.

Para Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi) la diferencia de precios tiene que ver con la macroeconomía del país. “En agosto tuvimos las PASO y el lunes siguiente a las elecciones una devaluación del 20%. En septiembre lo que se ha ido trasladando es intentar llegar a la inflación, y tampoco se ha conseguido. Por eso en septiembre el costo, digamos, de aumento que ha tenido no llega ni siquiera al valor de la inflación”, aclaró.

Por su parte, Sergio Villanueva gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, afirmó: “Hemos tenido un pico en el momento del primer semestre, los primeros meses del segundo, pero ahora en este momento hay una reducción. El precio del vino hace varios meses que no se mueve, y por lo tanto también del precio del consumidor, que no influye tanto”.

Cómo se calcula el aumento de precios

El vino no es solo la bebida, sino que conlleva detrás una mano de obra en la cosecha y realización. Pero dentro de los costos que se trasladan al consumidor hay muchos de valor agregado que se contemplan.

“Básicamente se parte de los insumos. Tenemos vino, botella, corcho, cápsula, etiqueta, fraccionamiento, amortizaciones, electricidad, cargas impositivas, logística... Se toma todo ese combo, y se saca el precio de costo del vino, y después depende de cómo sea el lugar de entrega”, comentó Ruggeri.

Fraccionamiento vino, imagen ilustrativa.
Fraccionamiento vino, imagen ilustrativa.

En concordancia con el tema, Villanueva dijo que el aumento de precios no va en su totalidad para la bodega. “Cuando ves el precio final, a lo mejor lo que sale de la bodega es el 45% del valor del consumidor. Hay toda una cadena de distribución y estas valen, por eso mucha gente intenta la venta directa, la venta electrónica, pero es muy chica”, explicó.

Por otro lado, el investigador de Vinodata comentó: “El hecho de que consistentemente nuestra medición de los vinos de franjas más bajas se parezca al vino común que mide el INDEC, tiene que ver con que las bodegas, por un lado, pueden estar en algún acuerdo de precios. Y, por otro lado, esa es la franja de precios en donde la demanda es menos elástica. Por lo tanto, las bodegas no pueden trasladar aumentos excesivos a riesgo de que el consumidor de ese tipo de vinos se vaya a un vino más barato o deje de tomar vino, o sea, tomar otra bebida”.

Ingresos y consumo de vino

El contexto nacional hizo que desde hace algunos meses se experimente la llamada “economía barrani”, donde cierta población decide trabajar en Ilegalidad, pero tal vez cobrar en una moneda extranjera para mejorar su poder adquisitivo. Esta posibilidad hace que el poder de compra de ciertos ciudadanos sea mucho mayor y destinen sus ingresos a compras más costosas.

Así, es posible estimar que varios trabajadores de esta economía lo que hacían era ahorrar en vino, es decir, comprar botellas de gamas medias o altas para así invertir en lo que toman.

En los últimos meses el nivel de actividad económica se ralentizó mucho, probablemente una parte de los consumidores adopta conductas más precautorias y tal vez no están dispuestos a gastar tanto dinero en una botella de vino cara”, comentó López.

Para Ruggeri el consumo ha caído bastante a nivel mundial por distintos factores, pero a su vez también se reactivan países que no eran consumidores de vino. “En Argentina el problema que tenemos es la macroeconomía y el escaso poder adquisitivo que tienen las personas. Cuando tenés que decidir si vas a comprar un litro de vino o comprar un kilo de papa y medio kilo de carne molida para hacer un guiso, la decisión ya está tomada”.

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