Bodegas negocian que se autorice un aumento del precio del vino

El lunes vence la prórroga del programa Precios Máximos. Desde el sector vitivinícola piden que les permita un reajuste. Desde marzo hubo sólo uno en julio: 4%.

Desde que se inició la cuarentena se ha vendido más vino que el año pasado. Lo mismo sucedió con las exportaciones.
Desde que se inició la cuarentena se ha vendido más vino que el año pasado. Lo mismo sucedió con las exportaciones.

Faltan pocos días para que venza el programa Precios Máximos, que congeló el valor de la mayoría de los productos que se venden en los supermercados. Si bien la referencia es el precio que tenían el 6 de marzo, a mediados de julio se permitió una actualización de hasta 4,5%. En el caso del vino, esa suba fue de 4% y, desde el sector, advierten que es insuficiente porque el costo de los insumos ha ido siguiendo a la inflación –o al dólar- y el vino en el mercado de traslado tuvo una importante recuperación.

El 20 de marzo, cuando se anunció la cuarentena, se lanzó también este programa, que retrotrajo los valores de casi todos los productos que se venden en supermercados al que tenían el 6 de marzo y los congeló. La resolución ha tenido varias prórrogas y recién a mediados de julio se autorizó a las empresas de alimentos, bebidas, perfumería y limpieza a realizar un ajuste promedio de 3%.

La prórroga más reciente vence el próximo lunes y la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal) ha solicitado una reunión con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, para pedir, al menos, una nueva autorización para hacer un ajuste. El funcionario ya había adelantado que no se podrá sostener por siempre y que la idea es ir haciendo subas paulatinas.

Desde Bodegas de Argentina han enviado a Nación comunicados en los que señalan que, si bien los precios en góndola no han variado, el de los diversos insumos, al no estar incluidos en el congelamiento, siguieron su tendencia ascendente. La presidente, Patricia Freuler de Ortiz, planteó que el incremento de 4% que se les autorizó queda muy debajo del que han tenido por parte de los proveedores.

Así, indicó que el vino ha aumentado 65%, las botellas entre 6 y 10%, el cartón de las cajas de 10 a 12%, las etiquetas entre 15 y 17%, los corchos alrededor de 20% y las cápsulas un porcentaje similar. Además, ha habido una suba en los costos logísticos –de 7 a 10%- y los salarios habían tenido el aumento de $ 4 mil, por decreto presidencial, y ayer se cerró la paritaria vitivinícola.

Todo esto, señaló, se traduce en un incremento promedio de 20% en los costos. Pero Ortiz subrayó que, además, los precios venían ya atrasados porque en los últimos tres años fueron perdiendo con la inflación para intentar recuperar un mercado interno resentido por la pérdida de poder adquisitivo. Así se llegó a la situación actual, en la que el vino está muy barato en comparación incluso con un agua saborizada o una gaseosa.

La titular de Bodegas de Argentina explicó que le han planteado esta situación a Kulfas y a la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, y que la entendieron, aunque también les señalaron que, si autorizan un incremento al sector, reclamarán lo mismo todos los de la cadena alimentaria. Sí habría consenso en la necesidad de que los productos vayan recuperando el valor que les corresponde, pero de manera escalonada, para no generar un salto inflacionario.

Pese a esto, Ortiz subrayó que el vino no influye tanto en la canasta y que tendría que aumentar 100% para generar un punto de suba en el total. De todos modos, están esperando el resultado de la reunión con la Copal (entidad de la que Bodegas de Argentina participa), aunque destacó el buen diálogo con los funcionarios nacionales.

El presidente de la Asociación de Coooperativas Vitivinícolas (Acovi), Eduardo Sancho, señaló que hubo un aumento del precio del vino en el mercado de traslado, que estaba muy bajo en 2019 -$ 6 el blanco y $ 8 el tinto -, mientras los precios de producción rondaban los $ 14 por litro. Este año, en tanto, se ha llegado a unos $ 15, para el blanco y el tinto.

De ahí que considere necesario que ese incremento llegue al consumidor, sobre todo porque el precio del vino de mesa, que representa 70% del mercado, está por debajo del de la cerveza. Así, planteó que los valores de referencia se han alterado y lo que se pide es poder recuperar costos.

Sancho coincidió en que los insumos han seguido el ritmo de la inflación e incluso la han superado, por lo que estimó que la recomposición del precio debería responder a este aumento de costos. Pese a eso, destacó que se debería ir trasladando de a poco, para que no se repita lo que sucedió en 2016, cuando hubo que ajustar cerca de 80%, lo que se tradujo en una reducción del consumo. Por esto, consideró que no es prudente mantener los precios bajos y después a aumentar de golpe.

Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, indicó que el programa Precios Máximos opera en el final de la cadena y que los supermercados mantienen sus ganancias, al tiempo que los proveedores de las industrias han seguido aumentando, por lo que se genera un “efecto morsa” en los elaboradores. Además, subrayó que el insumo principal, que es el vino, está en un proceso de recuperación para llegar al valor que necesita el productor.

El gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, Mauro Sosa, señaló que, cuando un gobierno fija un precio máximo al consumidor, lo hace por una consideración social. Y manifestó que no conoce las cuentas de los fraccionadores, pero que recientemente uno de los principales referentes del sector reconoció que en los últimos años se podría haber pagado mejor el vino de traslado, en el mismo momento en que se dice al productor que no se le puede pagar más porque el programa nacional establece un techo.

La paritaria vitivinícola cerró con un acuerdo por 40%

En una nueva reunión paritaria “maratónica” el sector vitivinícola cerró el acuerdo hasta febrero de 2021, con sumas no remunerativas escalonadas que llevan los salarios un 40,35% por sobre los que tenían los trabajadores del sector en febrero de este año. Entre agosto y octubre, los empleados recibirán una suma no remunerativa de $ 3 mil; entre noviembre y enero el monto se elevará a $ 3.800; y en febrero se convierten $ 4.300 en remunerativos.

Miguel Rubio, secretario de Prensa, Cultura y Difusión de la Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (Foeva), indicó que no era lo que pretendían, pero que tampoco quedaron tan lejos, aunque el inconveniente que tienen los trabajadores del sector es que se parte de básicos tan bajos que el porcentaje de aumento no se refleja en un salario adecuado. De hecho, el inicial, con presentismo, llegará en febrero de 2021 a $ 32.586,44 (unos $ 29.500 de bolsillo). Por otra parte, el ítem refrigerio pasará de los $ 2.020 actuales a $ 3.200.

Rubio consideró que el 40% de incremento es una buena base para sentarse a negociar el año próximo, aunque sean sumas no remunerativas, y que esperan que el acuerdo se homologue pronto porque hay empresas que no pagan hasta que no se ha cumplido con este paso.

Walter Pavón, gerente de Relaciones Institucionales de Bodegas de Argentina, señaló que el total del incremento, de marzo 2020 a 2021 es de 40,35%, aunque reconoció que el impacto se reduce cuando se da de modo escalonado, pero que esto permite a las empresas hacer frente a la suba y para los trabajadores es bueno porque se va acompañando el proceso de inflación.

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