Con el reciente ascenso de Gimnasia y Esgrima, Mendoza celebra un hecho histórico: volverá a contar con tres equipos en la máxima categoría del fútbol argentino. El Lobo se sumará a Godoy Cruz e Independiente Rivadavia, que ya militan en la Liga Profesional, formando así un tridente inédito para la provincia en los torneos modernos.
Con los ecos de los festejos retumbando calle abajo por Avenida Lencinas, la patria futbolera mendocina comienza a tomar conciencia de la histórica jornada que vivimos el pasado sábado, con una consagración inolvidable del Lobo mendocino, que provocó festejos más allá de los colores que dividen este hermoso deporte. Todos, incluyendo a los primos leprosos, celebraron un título que fue tan deseado como merecido. Es que el fútbol mendocino vive un momento que no sucedía desde hace 51 años. ¡Más de medio siglo de espera y sueños para volver a tener tres equipos de la provincia en la máxima categoría!
Gimnasia y Esgrima
Orgullo mendocino: Gimnasia vuelve a Primera y su gente lo celebra como merece.
Marcelo Álvarez / Los Andes
Las estadísticas confirman que la última vez que Mendoza tuvo tres representantes en Primera División fue en el Torneo Nacional de 1974, hace más de medio siglo. Aquella participación incluyó a San Martín de Mendoza y Godoy Cruz, junto a Huracán de San Rafael, que aportó representación desde el sur mendocino.
Aquella edición del Nacional, que permitía el acceso a clubes del interior en una estructura paralela a la tradicional Primera A, quedó marcada como un momento de fuerte presencia mendocina en el fútbol grande, aunque ninguno de esos tres logró consolidarse en la categoría por mucho tiempo.
Tres clubes, tres caminos
Lo que ocurrirá a partir de 2026, sin embargo, tiene un carácter aún más inédito: por primera vez, los tres equipos mendocinos en Primera serán de la Liga Mendocina. Godoy Cruz, con más de una década sostenida en la elite, Independiente Rivadavia, recién ascendido en 2023, y ahora Gimnasia, que vuelve tras su última experiencia en 1984, configurarán una escena sin precedentes para el fútbol de la región.
El fenómeno plantea múltiples lecturas: desde el crecimiento de las instituciones locales y su infraestructura, hasta la consolidación de proyectos deportivos de largo plazo.
Por supuesto, cada club tiene su historia y cada hinchada, su orgullo. Por eso, cada ascenso tiene su propio peso simbólico. El nuevo escenario del fútbol mendocino en la Liga Profesional no es solo un dato estadístico: es el resultado de tres trayectorias distintas, pero profundamente arraigadas en la identidad de la provincia.
Godoy Cruz, el punto de partida
Godoy Cruz lleva la delantera. No solo por su continuidad: es el único club mendocino que logró sostenerse durante más de 17 años en Primera, con participaciones en torneos internacionales (Copa Libertadores y Copa Sudamericana), campañas destacadas y una estructura que creció al ritmo de sus logros. Desde su histórico ascenso en 2006, posterior caída y resurgir en la temporada 2007/2008, el Expreso se transformó en referencia del fútbol del interior, marcando el camino para otros.
Godoy Cruz
Godoy Cruz acumula 17 años en la máxima categoría y fue el punto de partida para este presente inmejorable.
Marcelo Álvarez / Los Andes
Con el estadio provincial Malvinas Argentinas como base, primero, y el Gambarte, después, el Tomba forjó una identidad competitiva, con planteles que supieron ilusionar a propios y extraños, con jugadores que incluso llegaron a tener participación activa en distintos seleccionados. Su lugar en la máxima categoría, ya no sorprende: es, en muchos sentidos, el punto de partida de esta nueva era del fútbol mendocino.
Independiente Rivadavia, el legado
Independiente Rivadavia, en cambio, representa la espera. La ilusión de generaciones que soñaron con ver a la Lepra en lo más alto del fútbol argentino, y que recién en 2023 lograron hacer realidad ese anhelo. Su ascenso, tras décadas de intentos frustrados, desató una de las celebraciones más emotivas que se recuerden en la provincia de Mendoza, tras un inolvidable triunfo en suelo cordobés, ante un Almirante Brown que se preciaba de ser el "candidato de todos".
Copa Argentina: Independiente Rivadavia
Independiente Rivadavia provocó un cisma con su llegada a Primera División y dejó en claro que "pretende quedarse".
Gentileza
Con una hinchada fervorosa y una identidad barrial intacta, la Lepra pisó en la categoría con la fuerza del que llegó para quedarse. Su presencia en la élite puso al club en un lugar histórico. Además, desde ahora tendrá a su eterno rival en la categoría, para revitalizar aquellos clásicos que hoy son parte de la memoria colectiva provincial. Leprosos y Mensanas prometen capítulos intensos en el corto plazo.
Gimnasia y Esgrima, en la élite
Finalmente, Gimnasia y Esgrima llegó para completar el tridente con una vuelta cargada de épica. Tras años de lucha en el ascenso, con idas, vueltas, frustraciones y reconstrucciones, el Lobo regresa a Primera tras más de 40 años. Su último paso por la categoría data de 1984, en una estructura de torneo muy distinta a la actual.
La campaña que lo depositó en la Liga Profesional fue fiel a su estilo: aguerrida, luchada, con momentos claves, donde el equipo respondió con carácter. La vuelta de Gimnasia no es casualidad: es fruto de un proyecto que maduró con paciencia, supo transitar frentes de tormenta y obtuvo su premio mayor en la eterna tarde-noche de Vicente López, cuando una lluvia bendijo para siempre al pueblo mensana.
Gimnasia y Esgrima - Deportivo Madryn
El Lobo ganó una final inolvidable en Vicente López y se sumó al Tomba y a la Lepra en la máxima categoría del fútbol argentino.
GyE
Tres clubes, tres realidades, un mismo destino. El fútbol mendocino vive un momento único, no solo por la cantidad, sino por la calidad de sus protagonistas, cada uno con su historia, su gente y sus sueños. Por primera vez en la historia moderna, Mendoza se instala con fuerza en el mapa grande del fútbol argentino. Y lo hace con su propia voz futbolera.