La mirada integral, esa cuenta pendiente

En esta nota, una entrevista especial sobre el libro “Sexualidades. Guía de conceptos y herramientas para aprender, vivir y compartir”.

La mirada integral, esa cuenta pendiente
La mirada integral, esa cuenta pendiente

No importa cuánto tiempo pase, cuán modernos creamos ser, o qué novedades y tendencias existan al respecto, el mundo de la sexualidad (limitado a una mirada mezquina y errónea como sólo vinculada a lo meramente genital) necesita ser aprehendido en todo lo que implica de manera integral.

Un paso necesario y pendiente para que la información real, profesional y concreta, derribe prejuicios y se nutra de realidad.

“¿Por qué nos cuesta tanto hablar de sexualidad? Y cuando lo hacemos, tanto a nivel personal como profesional, ¿qué certeza tenemos de que nos expresamos desde el saber científico y no desde nuestras creencias?”.

Una pregunta que aparece en la reseña de la contratapa del libro “Sexualidades, guía de conceptos y herramientas para aprender, vivir y compartir”, cuya compiladora es Ana María Vega; quien cuenta en su haber con un background más que especializado al respecto: es licenciada en Comunicación Social, egresada de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Cuyo, especialista en promoción y Educación para la Salud (Facultad de Educación Elemental y Especial, UNCuyo), educadora y orientadora en Sexualidad (CEPAS), docente e integrante de la Red Par (Periodistas Argentinas en Red por una Comunicación no Sexista), y periodista especializada en temas de salud y calidad de vida.

También conductora del ciclo radial “Todo Salud”.

Una palabra más que autorizada que bosqueja, en esta entrevista, algunos de los temas desarrollados por diversos profesionales (ver aparte) en el libro.

Según expresa Vega: “vivimos en una sociedad que ha sido muy ‘sexofóbica’ en cuanto a hablar en serio sobre sexualidad, y en la posibilidad de conocer realmente de qué se trata este término en toda su expresión.

Además, los medios de comunicación la utilizan muchas veces como un objetivo de venta, ya que saben que es algo que llega a un punto sensible del público.

Sumado a esto tampoco ha existido durante mucho tiempo la necesaria educación sexual en todos los niveles de formación, como para contrarrestar esa mirada mercantilista que tienen los medios.

Todo esto hace que la falta de una educación amena, pero con conocimiento reales (no basada en mitos o prejuicios), llegue al público en general y se tenga mucho miedo a la temática, hablando más de la reproducción y de los  mitos por desconocimiento, que del conocimiento real sobre el tema”.

- Teniendo en cuenta esta reflexión, ¿por dónde debería empezar la educación sexual?

- Hay mucho investigado y estudiado sobre sexualidad y es algo que está a disposición de todos, pero las personas no saben cómo acercarse.

La educación sexual tiene que partir desde la casa, pero en el hogar no lo saben o no se da por diversas razones, por lo cual es la escuela la que tiene la obligación, como ‘formadora’ de seres humanos integrales, de abordar la temática.

-  ¿Sucede en lo concreto?, ¿o es que la escuela termina quedando a mitad de camino también?

- El tema es que la escuela está dentro de la misma sociedad de la que hablamos. Entonces por algún lugar hay que empezar.

El hecho de que exista una ley que ponga en marcha un Programa Nacional de Educación Sexual, cuyos materiales han sido elaborados por profesionales de la educación formal y especializados en educación sexual en particular, es un puntapié para que quienes deseen implementarla, puedan hacerlo.

También para que quienes no lo deseen hacer (directivos, docentes) empiecen a pensar que no están cumpliendo con la ley, y si no lo están haciendo es por limitaciones personales.

Es decir: les cuesta acercarse a la temática que tiene disponibilidad para todos. Aquel educador que se acerca a la ley sabe que a partir de las herramientas que le brinda la misma, lo avala y puede trabajar y darles a sus alumnos nociones  básicas y fundamentales,  para tener una mejor calidad de vida en general.

- En este sentido, ¿sentís que la escuela queda en pausa?

- Las generalizaciones siempre son malas porque implican ser injustos con la escuelas, docentes y directivos que son conscientes de su obligación, se capacitan, y a partir de esto (y de la comprensión de su verdadero rol) lo llevan adelante.

La escuela, como está concebida, debería poder implementarlo en todas las instituciones; pero es un proceso que necesita de gente capacitada y que comprenda que es parte de su rol docente abordar estas temáticas.

Se tiene que entender que el niño o niña no deja su sexualidad en la puerta de la escuela. Va con sus inquietudes, temores, certezas y prejuicios a la institución y los docentes igual.

Pero  no son dos ámbitos diferentes de la vida, todo está integrado si comprendemos que la sexualidad es algo que nos atraviesa desde que nacemos hasta que nos morimos, en todos los aspectos de nuestras vidas.

Hay algunos que son más genitales, otros más biológicos o psicológicos, dependiendo de los ámbitos que se ponen en juego; pero entendiendo la sexualidad como noción integradora de fuerza vital, que atraviesa a los seres humanos presentes en todos los momentos de la vida.

- ¿En el libro existen herramientas también para profesionales de la salud?

- Todos los capítulos del libro se abordan para que sean comprendidos por el común de la gente y profundizado por especialistas. Los médicos en su formación de grado no tienen “sexualidad”, ni herramientas de sexología; que sería la  interdisciplina científica.

Entonces, su visión sobre la sexualidad está muy limitada a los aspectos biológicos (anticonceptivos, genitales, enfermedades, etc.) pero no tienen una comprensión acabada de todo lo que rodea a esos genitales o enfermedades, de la persona que está detrás de las vivencias, de cómo se construyó su sexualidad, o cómo se va a seguir construyendo a partir de la intervención de ese profesional.

Si ellos quieren  profundizar hay materiales que nunca han visto, y que se emparentan con aspectos sociológicos y psicológicos; entre otros. Es decir que es positivo y enriquecedor no sólo que el lector común pueda leerlo,  sino también profesionales de diversas áreas.

- ¿Qué miedos y prejuicios son los más recurrentes en cuanto a sexualidad?

- A lo largo  de toda la vida se sostienen diferentes prejuicios o  mitos. Si empezamos desde chicos, un mito es  pensar que la sexualidad empieza en la adolescencia, y esto no es así.

En realidad comienza cuando nacemos e incluso va a estar influenciada por la sexualidad de nuestras madres y padres, porque de acuerdo a sus preconceptos, al momento en que llegue el niño o niña a la familia, o si se trata del hijo del medio, el primero o el más pequeño (entre muchos aspectos más) todo influye en la sexualidad de ese bebé, que va a ser tratada de diferente manera y con expectativas distintas de acuerdo a diversas variables.

No es lo mismo nacer en una familia en donde hay preconceptos machistas muy arraigados, a otra en donde las tareas se comparten. Eso también influencia la sexualidad de ese bebé, y cómo ese niño va a ir construyendo sus modelos femeninos y masculinos, o cómo va a ir adquiriendo su identidad sexual y la identidad de los roles que se van a desarrollar. La rigidez de los modelos lo marcarán de manera diferente.

Por otro lado, en la adolescencia lo que ocurre es una explosión hormonal que va a hacer que los jóvenes expresen algunos aspectos de la sexualidad, que quizá más que la genialidad, va a tener que ver con la formación de pareja.

En la adolescencia, otro mito dañino es que en la primera relación sexual las jóvenes no pueden quedar embarazadas, ni los hombres ser padres.

Esta mentira, sumada a la prepotencia característica del adolescente (típica de la edad), y de creer que no le va a pasar nunca, devela que no tienen idea de que a partir de la primera menstruación, y antes (porque para que haya menstruación tiene que haber ovulación), una chica ya puede quedar embarazada.

En la adultez el mito es que la vasectomía, como método anticonceptivo permanente, quita virilidad; como si el hombre, por esa intervención, ya no tuviera erecciones u orgasmos.

Otro prejuicio, o idea falsa, es que los ancianos no tienen sexualidad; y esto no es así. En esta visión integral se entiende como otra forma de expresarse, pero no implica que se terminó.

Diversidad sexual
"Todo lo que tiene que ver con diversidad sexual, también es producto de muchos mitos y prejuicios. Nadie (ni siquiera la ciencia) sabe por qué una persona es gay. Sólo se busca cualquier excusa para discriminar.

Entonces las personas piensan que porque un niño nació con pene, o una bebé con vulva, su cerebro ya tiene que saber que es nena, o varón. No se comprende que en realidad esto se va  dando, por una parte con una base biológica que es fundamental, pero se va conformando a lo largo de la vida por diversos aspectos”.

- ¿Entonces no es determinante lo biológico?

- Ningún factor es absolutamente determinante en este sentido. La orientación sexual no se elige, se vive de acuerdo a ella. Entonces la persona o elige reprimirla, ser infeliz, buscar una doble vida, engañarse y engañar a los otros para no hacerle frente a lo que significa el rechazo de su orientación sexual, o elige vivirla buscando pareja del mismo sexo o de otro.

Eso es lo que puede hacer, y en función de eso, es que nuestra sociedad tiene que ser cada vez lo menos discriminadora posible, para que todas las personas puedan ser felices

- ¿Qué implica identidad sexual?

- Es diferente a lo anterior. Una persona homosexual, sabe que es un varón (tiene pene y es varón) y se siente varón, pero se enamora de otro hombre.

En cambio en la  identidad sexual, la persona tiene sus genitales masculinos, por ejemplo, pero su íntima y potente percepción es de que es una mujer; o sea, que es un error genital.

Todo lo demás en su cuerpo le dice que es del sexo opuesto... Se trata de una identidad sexual diferente a la que dicen sus genitales.

Todo eso está explicado en el libro para que, desde la comprensión, y con argumentos de todo tipo y especialidades pertinentes, se entienda que no se trata de un capricho, mucho menos de una enfermedad, sino de diferentes formas de manifestar la sexualidad.

La gente cree que con la crianza, o tratamiento psicológico, se modifica algo de este sentir en la persona; como si se tratara de una patología, o si el sujeto quisiera pasar por el calvario de ser discriminado.

Esto no es así. Las diversidades sexuales no implican una enfermedad. El objetivo es que este material esté dispuesto para toda la sociedad, para que puntos como estos queden claros, y así hacer un mundo más justo basado en el conocimiento”, afirma Vega y continúa.

“La sexualidad se trata de una energía vital que nos atraviesa desde que nacemos hasta que morimos, con una base biológica, y se va alimentando de las experiencias que vamos teniendo a lo largo de toda nuestra vida; que, a través de esa sexualidad, expresan lo que somos, lo que sentimos, pensamos, desde nuestro ser masculino o femenino, entendiendo a la sexualidad de manera integradora.

“La discriminación tiene una base fundamental en el conocimiento. Los miedos y prejuicios surgen de la falta de información. Por ello el nombre del libro es ‘Sexualidades...’, ya que hay tantas sexualidades como sujetos”.

Para agendar

Libro: "Sexualidades. Guía de conceptos y herramientas para aprender, vivir y compartir"

Fragmento de la reseña de contratapa: "'Sexualidades...' llega con el objetivo de brindar herramientas que permitan conocer, conocerse y desarrollar mejor la vida personal, familiar y el quehacer profesional en relación con estos temas.

Sin pretender definiciones absolutas, porque en sexualidad nada es definitivo, las autoras y autores de los artículos de este libro han integrado y sintetizado bibliografía científica sobre la mayoría de los temas significativos de la sexualidad humana”.

Autores: pertenecen al Cepas (Centro de Educación, Pareja y Asistencia a las Sexualidad), que funciona en Mendoza desde el año 1995 como un instituto privado de perfeccionamiento docente.

Los autores/as de esta compilación han sido, y son, parte del equipo estable de capacitadores; que en un momento determinado tomó las tareas de formación y asistencia que desarrolla el Cepas, pero que se enriquece cada año con cada curso de formación de educadores y orientadores en sexualidad que brinda la institución, bajo la coordinación de la sexóloga, licenciada Alejandrina Román de Giro.

Hoy el Cepas suma a su oferta de capacitación su curso de formación a distancia del que participan profesionales de todo el país y otras partes del mundo.

Por su parte, Marcelo Briccola (revisor) es licenciado y profesor en Psicología, magister en Psicología Social y doctorando en Educación Sexual.

Docente de nivel secundario, profesor e investigador universitario. Educador y orientador en sexualidad, formado en el Cepas. Trabaja en educación sexual y abordajes de adolescentes, parejas y familias.

Coautores/as: Eleonora Abramovich, Marcelo Briccola, María Eugenia Cafaro, Gabriela Verónica Díaz, María Isabel Escolar, Susana Ferreyra, María Laura Fernández Peláez, Claudia Verónica Grau, María del Carmen Giraud Billoud, María Angela Grebenc, Alejandra Moyano, Andrea Roccasalva, Alejandrina Román de Giro, Ramiro Morán, Mónica Valgañón, Ana María Vega.

Para acceder al libro: aún no está en librerías, pero los interesados pueden contactarse al mail anivega.mendoza@gmail.com

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