1 de noviembre de 2025 - 20:25

Los misterios ocultos detrás de los "edificios fantasmas" de Nueva York

Parecen hogares, pero están vacíos; bajo sus fachadas elegantes se esconden túneles del metro, centros secretos y ventilaciones camufladas que respiran por la ciudad que nunca duerme

En medio del caos urbano de Nueva York, hay edificios que no son lo que parecen. Son fachadas perfectas, con puertas selladas y ventanas oscuras que esconden una verdad sorprendente, dentro no hay nadie. Estos “edificios falsos” fueron creados hace más de un siglo con un propósito funcional, aunque a primera vista podrían pasar por lujosas residencias o antiguos brownstones del siglo XIX.

Su historia comenzó cuando las autoridades decidieron camuflar parte de la infraestructura urbana, como sistemas eléctricos o respiraderos del metro, bajo fachadas que mantuvieran la estética de los barrios más elegantes. Mostrar ductos, torres o maquinaria habría arruinado el paisaje urbano y reducido el valor de las propiedades. Por eso, la solución fue simple y brillante: construir edificios que, en realidad, eran una ilusión.

Casas que respiran bajo tierra

Uno de los ejemplos más conocidos está en el número 48 de Joralemon Street, en Brooklyn Heights. A simple vista parece una casa más entre tantas, pero en su interior se oculta un sistema de ventilación y una salida de emergencia para las líneas 4 y 5 del metro. Sus ventanas negras, la ausencia de timbre y la falta de buzón son las únicas pistas de que algo no encaja.

Los vecinos cuentan que, durante la madrugada, camiones de mantenimiento se estacionan frente al lugar para realizar tareas subterráneas. La casa, construida en 1847, fue adquirida por la compañía del metro en 1907, transformándose en una pieza clave del sistema subterráneo. Desde entonces, sigue cumpliendo su función silenciosa mientras miles de transeúntes la miran sin saber qué esconde.

Otro ejemplo emblemático se encuentra en Roosevelt Island, donde el histórico Strecker Memorial Laboratory, inaugurado en 1892 como laboratorio patológico, hoy funciona como subestación eléctrica del metro. Aunque abandonado durante años, su fachada gótica fue preservada como patrimonio arquitectónico, convirtiéndose en un símbolo del “engaño elegante” de la Gran Manzana.

Rascacielos sin ventanas y teorías de espionaje

Pero no todos los edificios falsos son pequeños. En el corazón de Manhattan se levanta el 33 Thomas Street, un coloso brutalista de casi 170 metros de altura que no tiene ni una sola ventana. Oficialmente, fue construido en los años 70 como centro de telecomunicaciones de AT&T, aunque su estructura también habría servido como búnker capaz de resistir explosiones nucleares y operar de forma autónoma durante semanas.

Con el tiempo, este rascacielos se ganó fama de ser un centro de operaciones de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Su aspecto imponente y sin vida lo convirtió en escenario ideal para teorías de espionaje y conspiraciones. Muchos lo llaman “el edificio más silencioso de Nueva York”.

Los edificios fantasma de Nueva York no son una casualidad. Son parte del mecanismo que hace funcionar la ciudad bajo tierra. Desde túneles ocultos hasta sistemas de ventilación, cumplen un rol esencial para mantener viva la urbe más icónica del mundo. Al final, estas fachadas falsas nos recuerdan algo, en Nueva York, lo que parece real no siempre lo es. Detrás de cada puerta cerrada puede haber un misterio esperando ser descubierto.

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