Cuando Jesús cura el sábado la mano paralizada de un hombre, lo que provocó la condena por parte los escribas y fariseos. En el Evangelio de hoy nos cuenta San Marcos que Jesús es el fundamento de la esperanza cristiana explica el Papa Francisco en la Homilía Santa Marta, lunes 9 de septiembre de 2013.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/Pontifex_es/status/1891096438857212148&partner=&hide_thread=false
La virtud de la esperanza – quizás menos conocida que aquella de la fe y de la caridad – no tiene que ser jamás confundida con el optimismo humano, que es una actitud que depende de nuestro humor. Para un cristiano, la esperanza es Jesús en persona y su fuerza de liberar y rehacer cada vida.
La esperanza es “un don” de Jesús, la esperanza es el mismo Jesús, lleva su “nombre”. La Esperanza no es aquella de quien normalmente mira el “vaso medio lleno”: aquello es simplemente “optimismo”, y “el optimismo es una actitud humana que depende de tantas cosas”. Esta fue la base de la homilía matutina del Papa Francisco, haciendo bien clara aquella distinción.
"Es Cristo quien rehace todas las cosas de la Creación de forma maravillosa, es el motivo de nuestra esperanza. Y esta esperanza no desilusiona, porque Él es fiel.", concluyó el Papa Francisco en la Homilía Santa Marta, lunes 9 de septiembre de 2013.
La Palabra de Dios nos brinda mensajes profundos, enseñanzas valiosas y una oportunidad para la reflexión. ”Cuando oramos, Dios abre nuestros ojos, renueva y transforma nuestro corazón, y sana nuestras heridas”. A continuación, compartimos las lecturas correspondientes al lunes 17 de febrero de 2025.
Lectura del libro del Génesis
Génesis 4, 1-15. 25
En aquel tiempo, Adán se unió con Eva, su mujer; ella concibió y dio a luz a Caín, pues decía: "Con el favor de Dios he engendrado un hijo". Después de algún tiempo dio a luz al hermano de Caín, Abel. Abel fue pastor de ovejas, y Caín labrador.
Sucedió en una ocasión, que Caín presentó como ofrenda al Señor los productos de la tierra. También Abel le hizo una ofrenda: sacrificó las primeras crías de sus ovejas y quemó su grasa. Al Señor le agradaron las ofrendas de Abel, pero no le agradaron las de Caín; por lo cual, Caín se enfureció y andaba resentido. El Señor le dijo entonces a Caín: "¿Por qué te enfureces tanto y andas resentido? Si hicieras el bien, te sentirías feliz; pero si haces el mal, el pecado estará a tu puerta, acechándote como fiera; pero tú debes dominarlo".
Un día Caín le dijo a su hermano Abel: "Vamos al campo". Y cuando estaban en el campo, Caín se lanzó contra su hermano y lo mató. Entonces el Señor le preguntó a Caín: "¿Dónde está Abel, tu hermano?" Caín le respondió: "No lo sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?" El Señor le dijo: "¿Qué es lo que has hecho? ¿No oyes cómo la sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra? Por eso serás maldito y tendrás que vivir lejos de la tierra que recibió de ti la sangre de tu hermano; y aunque cultives la tierra, ella no volverá a darte frutos abundantes. Tú andarás por el mundo errante y fugitivo".
Caín le contestó al Señor: "Mi castigo es demasiado grande para soportarlo. Puesto que tú me arrojas de esta tierra fértil, tendré que ocultarme de ti y andar errante y fugitivo por el mundo, y cualquiera que me encuentre, me matará". El Señor le dijo: "De ninguna manera. El que te mate a ti será castigado siete veces". Y el Señor le puso una señal a Caín para que, si alguien lo encontraba, no lo matara.
Adán se unió otra vez a su mujer, y ella dio a luz un hijo, a quien llamó Set, pues decía: "El Señor me ha dado otro hijo en lugar de Abel, asesinado por Caín".
Detalle del vitral de Iglesia Anglicana de San Juan Bautista, Ashfield, Nueva Gales del Sur.
Detalle del vitral de Iglesia Anglicana de San Juan Bautista, Ashfield, Nueva Gales del Sur.
Lectura del evangelio según San Marcos
Mc 8, 11-13
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: "¿Por qué esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal".
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Es Palabra de Dios. Gloria a ti, Señor Jesús.