3 de septiembre de 2025 - 11:38

Viajó a Mar del Plata, comió camarones envenenados, se quedó ciego y sus amigos murieron

La historia de Marcelo Sández conmueve. Sus amigos murieron y él sobrevivió tras tres meses de internación en terapia intensiva, pero las secuelas fueron permanentes.

La vida de Marcelo Sández, a los 22 años, cambió por completo meses después de que Argentina se consagrara campeona del mundo en 1978. Lo que comenzó como un viaje de celebración a Mar del Plata con sus amigos terminó en una tragedia marcada por la marea roja y una intoxicación que lo dejó ciego de por vida.

El viaje que lo cambió todo

Con la alegría todavía viva por la gloria de Kempes, Fillol y Passarella, Marcelo y dos amigos viajaron a “La Feliz” en octubre de 1978. Una noche, para ahorrar unos pesos, decidieron comer mariscos en un sitio sin habilitación. Allí pidieron camarones que, según supo después, estaban contaminados por la llamada marea roja.

“Pedimos unos camarones sin saber que habían sido levantados durante la ‘Marea Roja’ y estaban envenenados. Ahí comenzó el drama”, sintetizó en diálogo con Infobae.

Pocas horas más tarde, el cuerpo de Marcelo empezó a reaccionar: cansancio, inflamación en las piernas y un rápido deterioro lo obligaron a regresar de urgencia a Buenos Aires. Lo que parecía una intoxicación pasajera se convirtió en meses de internación y un quiebre definitivo en su vida.

Viajó a Mar del Plata con sus amigos para festejar el Mundial 78 y quedó ciego tras comer camarones envenenados
Marcelo junto a Gladys.

Marcelo junto a Gladys.

Marcelo pasó más de tres meses en terapia intensiva en el hospital Posadas. Perdió la vista de manera progresiva, dejó de hablar y quedó en silla de ruedas por una ataxia cerebelosa. La recuperación fue lenta: volvió a emitir sonidos primero en murmullos, después en palabras claras, y con esfuerzo recuperó cierta movilidad en sus piernas, aunque nunca pudo volver a ver.

Su madre, Marisa, fue clave en el proceso. “Estuvo conmigo todo el tiempo. Aunque yo era grande, no se despegó nunca de mi lado. Su apoyo fue más que importante. Yo quería ponerme bien para devolverle algo de todo lo que ella había hecho por mí. Ese fue mi motor para salir adelante”, recuerda emocionado. “Poco tiempo después, mis dos amigos murieron”, agregó.

¿Fue realmente la marea roja?

Sobre los camarones contaminados explicó: “El doctor que me atendió me dijo que, muy probablemente, los habían levantado durante la Marea Roja. También me explicó que, como los moluscos se alimentan de lo que hay en el agua, podían haber acumulado las toxinas de microalgas tóxicas y, al consumirlos, nos envenenamos”.

El Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) explicó que en Argentina el primer caso confirmado de intoxicación por marea roja fue en 1980, cuando dos tripulantes de un barco murieron tras comer mejillones contaminados en Península Valdés.

marea roja

Sin embargo, en 1978 sí hubo registros de episodios en Brasil y Uruguay, lo que abre la incógnita sobre si los camarones consumidos por Marcelo pudieron haber estado contaminados.

“Si hubo una conexión entre la Marea Roja de Brasil y Uruguay de 1978 y los camarones que comió Marcelo ese mismo año, es imposible demostrarlo. En aquella época, en Argentina no existían los planes de monitoreo y control sanitario de Marea Roja. Actualmente, este trabajo lo coordina el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) con los gobiernos de cada provincia”, aclaró la bióloga Guillermina Ruiz.

La vida de Marcelo tras recibir el alta

Tras recibir el alta, Marcelo aprendió braille y movilidad con bastón. También se volcó al deporte: practicó natación, lanzamiento de bala y vela, llegando a competir en 1999 en el Mundial de Vela para no videntes en Miami.

“Toda la vida tuve la esperanza y las ganas de poder hacer lo que hacían los demás. Nunca me quedé pensando en lo que pasó. Decidí mirar para adelante y no quedarme en el pasado”, aseguró.

Respecto a los amigos con los que compartió el viaje, señaló que le dijeron que "murieron al poco tiempo, a los meses. No me acuerdo ni los nombres… Cuando pasan cosas así, lamentablemente, las amistades se alejan. Cada uno tomó un rumbo distinto, qué sé yo”.

En 2001 conoció a Sonia, quien también había perdido la vista en un encuentro para no videntes en Parque Avellaneda. Compartieron 22 años de pareja hasta la muerte de ella en 2022: "Lo que viví con ella fue hermoso. Jamás discutimos, siempre nos quisimos hacer sentir bien mutuamente. Nos vinculábamos de una forma tan fantástica que disfrutábamos de todo lo que hacíamos".

Viajó a Mar del Plata con sus amigos para festejar el Mundial 78 y quedó ciego tras comer camarones envenenados
Marcelo a la izquierda de la imagen y Sonia, la mujer de musculosa negra y vincha. Estuvieron juntos 22 años.

Marcelo a la izquierda de la imagen y Sonia, la mujer de musculosa negra y vincha. Estuvieron juntos 22 años.

Hoy, a sus 69 años, Marcelo vive en Floresta. Se mantiene activo con ejercicios, caminatas y escuchando a su querido Boca por radio.

Tras sufrir un síncope, un equipo interdisciplinario de la Comuna 10 de la Ciudad dispuso que recibiera ayuda diaria. Así apareció Gladys Quispe, una acompañante gerontológica que lo visita todas las mañanas de lunes a viernes: “Ella maneja mis medicamentos, me lleva al médico, me saca turnos. Me facilita un montón las cosas”.

Viajó a Mar del Plata con sus amigos para festejar el Mundial 78 y quedó ciego tras comer camarones envenenados
Gladys ayuda a Marcelo todas las mañanas.

Gladys ayuda a Marcelo todas las mañanas.

Nunca me reproché haber comido esos camarones. Es algo que me pasó y tengo que dar gracias a Dios porque pude superarlo y porque voy a seguir superándolo. Mientras haya vida y esperanza, siempre se puede avanzar. Esa es mi premisa”, concluyó.

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