Una tirolesa de 1.5 km, la más larga de Sudamérica, es la nueva atracción de Villavicencio

La Zipline Extreme forma parte de un parque de altura ubicado en el Área Natural Protegida en Las Heras, como una apuesta al desarrollo del turismo. La adquisición superó los 150.000 dólares y hoy genera cientos de visitas.

El famoso parque de altura tiene tres tirolesas conectadas entre sí en un circuito, que permite sobrevolar los jardines del icónico hotel.  | Foto: gentileza Villavicencio
El famoso parque de altura tiene tres tirolesas conectadas entre sí en un circuito, que permite sobrevolar los jardines del icónico hotel. | Foto: gentileza Villavicencio

La reserva natural Villavicencio es bien conocida por su recurso hídrico, biodiversidad y paisajes, además de ser una emblemática conservadora del patrimonio natural, cultural e histórico de Mendoza. En la actualidad ha sumado otra distinción a su prestigioso currículum, como lo es el turismo, con el objetivo principal de que la reserva sea autosustentable. Por eso, a su parque de altura le sumó la nueva Zipline Extreme, la tirolesa más grande de Sudamérica, que ya es la nueva estrella de la aventura en la provincia.

Quienes ya conocen las bondades de Villavicencio, ubicado en Las Heras y a 50 kilómetros de la Capital, ahora tienen un nuevo motivo para volver. Quienes no han ido, tienen muchos más. Es que ahora el parque de altura cuenta con una zipline, una especie de tirolesa pero mucho más larga, en la que la persona no se ubica “sentada” sino casi acostada, en condición de vuelo.

Se trata de la zipline más larga de toda Sudamérica, con dos líneas de 1,5 kilómetros de extensión, que recorren desde el mirador del hotel hasta el centro de interpretación de Vaquerías. La adquisición superó los 150.000 dólares y hoy genera cientos de visitas al Área Natural Protegida. “Es la estrella de este invierno. Se puede bajar de a dos y con un guía que acompaña. Después, desde el cerro se hace un trekking hasta Vaquerías”, comentó a Los Andes Silvina Giudici, responsable de la Reserva Natural Villavicencio y de la Fundación homónima.

El paseo suma senderos de altura entre la frondosa arboleda. | Foto: gentileza Villavicencio
El paseo suma senderos de altura entre la frondosa arboleda. | Foto: gentileza Villavicencio

A partir del Villavicencio Park, que incluye tirolesas, senderos para trekking, arborismo y más atracciones, se generó un cambio en la visita a la reserva natural Villavicencio, con una estadía bastante más prolongada por parte de los visitantes. De hecho, el lugar recibe un promedio diario de 1.200 turistas, llegando a 1.600 en algunas jornadas. La proyección de la temporada, que empezó el 9 de julio y termina el 31 del mismo mes, prevé que finalmente serán más de 25.000 personas las que concurrieron a Villavicencio este invierno.

De esta manera, se superarían las 90.000 visitas anuales, contando sólo a quienes ingresan al lugar. “Como nos atraviesa una ruta, más o menos tenemos unos 250.000 visitantes al año”, aclaró la responsable de la reserva. En definitiva, la nueva zipline y el parque en general son una apuesta más al desarrollo de las áreas naturales protegidas. “De alguna manera, desde Villavicencio estamos colaborando con esa necesidad que tiene Mendoza de más actividades por el día”, manifestó Guidici.

Turismo y parque de altura

El desarrollo del turismo como fuente económica autosustentable para un área natural protegida no es algo nuevo, y de hecho existe en varios lugares del mundo. Ejemplo de ello son las cataratas del Iguazú, donde “se puede ver cómo la inversión privada, por fuera del Estado, genera una cierta cantidad de atractivos que termina siendo un ingreso sostenido para el parque”, acotó Silvina Giudici.

En el mismo sentido, la responsable de Villavicencio aseguró que la zipline “es parte de una estrategia de generar un atractivo dentro del Área Natural Protegida para que la familia pueda permanecer más tiempo en el lugar y tenga un mayor disfrute”. “Con esa mirada, abrimos las puertas de la reserva a inversores”, contó Giudici, en lo que fue el primer paso para la creación del Villavicencio Park y todo lo que rodea a la reserva.

 | Foto: gentileza Villavicencio
| Foto: gentileza Villavicencio

Convencidos de que el turismo es “la única posibilidad que tenemos de generar la sostenibilidad económica de la Reserva”, como afirmó Silvina, lo primero en desarrollarse con ese objetivo fue un parador y la posterior llegada de un foodtruck. A esto se le sumó una oferta gastronómica extra de cocina elaborada y de montaña, como un restaurante, además de un expendio de comidas rápidas pensado para quienes quieren comer al paso.

Luego llegó el famoso parque de altura, con tres tirolesas conectadas entre sí en un circuito, sobrevolando los jardines del hotel, y un sistema de arborismo en su interior. Cada una de las tirolesas puede hacerse también por separado, con diferentes senderos de trekking para culminar la aventura. Es decir, se pueden realizar todas juntas, incluida la zipline, o individualmente.

También hay un “Mini Park” para niños, un mirador, un bosque de pinos y otro de castaños, y los históricos circuitos del avión o el ahora más amplio de los jardines. Se suman los senderos interpretativos enfocados en la conservación y el histórico hotel de Villavicencio, el principal atractivo que tuvo y tiene la reserva.

“Tenemos un atractivo nuevo que hace que haya un disfrute por más tiempo dentro de la reserva. Estamos teniendo un promedio de estadía de entre 4 y 5 horas, lo que habla del disfrute de los visitantes en el lugar”, detalló Giudici.

 | Foto: gentileza Villavicencio
| Foto: gentileza Villavicencio

Los costos para disfrutar de los atractivos oscilan entre los $3.000 y $8.000, aunque existen promociones y un descuento especial del 20% para mendocinos.

Por lo que expresó Silvina, el costo anual del mantenimiento y la conservación del Área Natural Protegida es de $350 millones, del cual entre el 58 y 62% está sustentado por la recaudación que genera el turismo. El resto es cubierto por la empresa a través de donaciones.

“Todo lo que nosotros hacemos a nivel de turismo tiene un solo fin: poder generar sustentabilidad para trabajar en lo que importa en la reserva, que es la conservación de la biodiversidad y del patrimonio histórico y cultural”, explicó la responsable de Villavicencio.

Más turismo a futuro

Con la experiencia positiva del Zipline Extreme y todo el parque de altura, en Villavicencio ya se proyectan nuevas oportunidades para seguir desarrollando turísticamente y que la reserva complete el 38% de la autosustentabilidad que le falta.

“Creemos que la reserva tiene grandes posibilidades, siempre en el marco del turismo de bajo impacto”, apuntó Giudici, y dio como ejemplo a la tercera edición del Villavicencio Trail que se realizará este año.

 | Foto: gentileza Villavicencio
| Foto: gentileza Villavicencio

Por otro lado, Silvina reveló que “hay un gran interés en generar espacios de duomos y de desarrollar un poco más fuerte el tema de las cabalgatas”, además de un posible bikepark sustentable. Otra idea a futuro es volver a abrir la planta baja del hotel como un museo, es decir, el sector histórico del viejo lobby y parte del restaurante.

Al fin y al cabo, “todo lo que de alguna manera se invierte en la reserva, se ve en los resultados con visitantes que eligen venir a Villavicencio”, sentenció Giudici.

Todo sea por la conservación

En Villavicencio tienen tres grandes objetivos: combatir el impacto del hombre en la biodiversidad, fomentar la investigación científica y el vínculo con las universidades y respaldar la educación ambiental.

“Nos ocupan los tres por igual porque afectan muchísimo con la pérdida de biodiversidad y están asociados entre sí”, aseguró Giudici. Para el primero de los ejes, además del trabajo en cartelería y concientización, los guardaparques combaten la basura, el fuego y la cacería. Así es como han logrado 14 años sin incendios forestales, reducir la basura un 80% en 12 años y eliminar la caza deportiva, aunque todavía siguen detrás del trampeo y el tráfico de fauna, y del tráfico de carne para introducirla en el mercado negro.

 | Foto: gentileza Villavicencio
| Foto: gentileza Villavicencio

“En cuanto a la investigación científica, tenemos aproximadamente 20 pasantes al año, entre guardaparques, turismo y pasantías profesionalizantes para ingenieros en recursos naturales y renovables”, detalló Giudici. Además, la reserva da soporte a tesis de grado e investigaciones de Conicet.

Por último, hace 15 años que Villavicencio lleva adelante un programa de educación ambiental, en donde más de 8.000 niños asisten a una visita guiada en el Área Natural Protegida.

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