Un viaje por la ruta 40 entre huellas de dinosaurios, árboles petrificados y afloramientos de petróleo

Mediante una tarea conjunta entre estudiantes y profesores de Geología de la UNCuyo y la comuna de Malargüe, ponen en valor ocho sitios de interés turístico a lo largo de 210 kilómetros. Cuentan con información para que el visitante pueda entender cómo se formaron esos bellos paisajes.

Malargüe, un viaje por la ruta 40 entre huellas de dinosaurios, árboles petrificados y afloramientos de petróleo.
Poti Malal, un parador turístico
Malargüe, un viaje por la ruta 40 entre huellas de dinosaurios, árboles petrificados y afloramientos de petróleo. Poti Malal, un parador turístico

“Cuando uno ingresa a Bardas Blancas se observa como una forma de montaña, esta zona está atravesada por el río Grande y ahí se puede ver mejor la columna estratigráfica de Malargüe. Allí se encuentran todos los sedimentos depositados en la zona”, comenta Elías Millán, estudiante de Geología. El sanrafaelino residente en Malargüe continúa: “Otro sitio es el Parque Llano Blanco, con sus árboles petrificados, posiblemente araucarias, hace millones de años, o La Pasarela, que la hace única, por su paisaje que conforma el Río Grande pasando a través de un campo basáltico negro y que marca el inicio a la reserva volcánica de La Payunia”.

El departamento más austral de la provincia tiene bellezas naturales reconocidas en todo el mundo, pero ante tanta riqueza por conocer, bien vale destacar otros lugares que tal vez pasen inadvertidos a lo largo del camino que marca la ruta 40. En esta dirección apunta un trabajo conjunto entre la UNCuyo y la Municipalidad de Malargüe: poner en valor 8 sitios que se encuentran a lo largo de 210 kilómetros de la ruta.

Los recorridos a caballo permiten llegar a sitios con millones de años de historia.
Los recorridos a caballo permiten llegar a sitios con millones de años de historia.

Por medio del proyecto Jorge Alberto Sabato de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNCUyo se logró vincular el trabajo académico con el municipio para poner en valor estos lugares. “El objetivo es que el visitante sepa cómo se formó ese paisaje que está admirando y estimular a los alumnos a investigar por medio de este trabajo que pretende divulgar la parte geológica de Malargüe”, comentó Diego Cattaneo, profesor de la carrera de Geología de la UNCuyo, con sede en Malargüe. Y agregó: “escogimos 8 sitios de interés para sumarle parte a la parte turística el plus geológico, la explicación de porqué y cómo se formaron y los fenómenos que se produjeron para que hoy se vean así, tan lindos e imponentes estos paisajes”.

“La propuesta no se quedó en la recopilación de información si no que se diseñó la implementación de carteles interactivos para que turistas, a través del uso de código QR, puedan enriquecer su experiencia y ampliar su conocimiento geológico e histórico de cada sitio, contó Gabriela Guerra estudiante de la carrera de geología.

“En la Cuesta del Chihuido se pueden observar las maravillosas vistas panorámicas , descubriendo a su paso miradores encantados, cascadas de agua cristalina, cárcavas de piedra marcadas por el paso del tiempo y gran cantidad de fósiles marinos”, señaló Marcelo Rivarola, director de Turismo de Malargüe. “Antes de fin de año pensamos contar con la cartelería necesaria para que el turista, además de observar el paisaje, se detenga a leer. También estamos capacitando a guías y prestadores”, agregó Rivarola.

Cattaneo, por su parte, aconsejó que aquel que quiera conocer estos lugares destine al menos dos jornadas, para hacerlo en dos etapas, con base en la ciudad de Malargüe. “Empezamos en el empalme de la ruta 222 (camino a Las Leñas) y ruta 40, hacia el sur por la ruta 40. Sobre el río Salado, tenemos la Colada del Infiernillo, es lava baslática que tapa las rocas más viejas que hay en la cuenca neuquina. Más hacia el sur se observan las impresiones de huellas de dinosaurios saurópodos (cuadrúpedos herbívoros)”.

Valle Hermoso, Malargüe
Valle Hermoso, Malargüe

Luego el visitante se encuentra con un lugar más conocido, los Castillos de Pincheira. Al cruzar el río Malargüe “allí uno puede ir de este al oeste y atraviesa toda la columna sedimentaria de la cuenca neuquina, se observan fósiles marinos bibalbos y más hacia el sur está la Cuesta del Chihuido, muy importante desde el punto de vista paisajístico. Se ve la formación Vaca Muerta, de roca oscura de un grano muy fino, un limo con mucha materia orgánica del período jurásico. Hay restos de amonites (moluscos) e intrusiones de rocas ígneas paralelas y perpendiculares muy estudiadas internacionalmente”, expresó el docente.

Por otro lado, Catraneo explicó que en Bardas Blancas, al cruzar el puente sobre el río Grande, hacia el sur, es muy llamativo el paisaje, con afloramientos que muestran los depósitos de la cuenca neuquina. “Antes de cruzar el río, se puede ver la formación La Manga, donde hay manaderos de petróleo naturales. Continuando hacia el sur, el próximo punto es el geoparque Llano Blanco, que tiene fósiles de árboles muy antiguos”.

Diego Cattaneo remató: “el último punto es el de La Pasarela, allí el Río Grande se encajona en un cañón de basalto negro y comienza el territorio de la Reserva Natural de La Payunia, la zona más densa y variada de volcanes del mundo”.

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