La tragedia que conmovió a Maipú el fin de semana pasado podría haberse evitado. Así lo asegura Pablo Minatelli, ingeniero agrónomo y vecino de la zona donde una mujer perdió la vida al ser aplastada por un árbol cuando iba a buscar a su hija. Minatelli venía alertando desde hace más de dos años sobre el mal estado de esos ejemplares y la falta de respuestas de los organismos públicos.
“Venimos haciendo denuncias desde 2022 y nunca nos dieron bola”, lamentó en diálogo con la radio. “Siempre nos decían que no era jurisdicción de la municipalidad, que podía ser de Irrigación o de Vialidad, pero nadie hacía nada. Y tenía que pasar esta desgracia para que recién actúen”.
El viernes previo al temporal, empleados municipales comenzaron a cortar algunos árboles comprometidos, pero el operativo llegó tarde. “Hoy han estado trabajando, pero recién después de que una mujer murió. Es lamentable, porque esto era 100% evitable si se hubieran tomado las medidas adecuadas en su momento”, insistió Minatelli.
Un riesgo que se veía venir
El ingeniero explicó que en noviembre del año pasado ya habían presentado una nueva denuncia, con fotos que mostraban los troncos huecos y las inclinaciones peligrosas. “Adjuntamos imágenes donde se veía claramente cómo estaban ahuecados los troncos. Los árboles estaban inclinados, sin estructura de sostén. Pero nunca hubo respuesta, ni siquiera para decirnos si lo iban a evaluar”, sostuvo.
Según Minatelli, el problema no se limita a su barrio: “El arbolado público está con problemas en toda la provincia. Hay varios informes y censos que lo demuestran. Son árboles añosos, sometidos a estrés hídrico y contaminación, que ya cumplieron su ciclo de vida natural. Es necesario hacer un recambio, pero eso no se está haciendo”.
A la falta de planificación se suma, según él, un maltrato constante. “Veo podas mal hechas, en momentos inadecuados. Están podando ahora, cuando los árboles están brotados, lo que los debilita más. Además, muchas veces se poda sin criterio técnico, solo para despejar cables eléctricos”, explicó.
Raíces cortadas y estructuras debilitadas
Minatelli describió cómo las obras urbanas también afectaron la estabilidad de los árboles. “En esta calle se construyó un colector cloacal sobre lo que debería ser la vereda. Eso generó una zanja profunda y, al canalizar las acequias, se rompieron raíces estructurales. Los árboles quedaron sin sostén. Las raíces se fueron muriendo y los ejemplares quedaron totalmente descalzados”, detalló.
El resultado fue fatal: “El álamo se cayó a los dos o tres minutos de la primera ráfaga de viento. Eso muestra que no tenía ninguna estructura de sostén. Cuando ves lo que quedó de las raíces, te das cuenta de que era cuestión de tiempo”.
Cruce de responsabilidades y falta de decisión
Luego del accidente, los organismos involucrados —Municipalidad de Maipú, Vialidad e Irrigación— se cruzaron acusaciones sobre a quién le correspondía actuar. “La municipalidad dice que avisó en 2022, Vialidad dice que ese árbol no estaba marcado como crítico, y mientras tanto una persona se murió”, resumió Minatelli con indignación.
“Me puse colérico, porque esto no fue un accidente inevitable, fue producto de la inoperancia y de la burocracia. Nadie tomó la decisión que debía tomar. Si alguien hubiera actuado a tiempo, esa mujer hoy estaría viva”, concluyó.
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