Un almacén de barrio con comida de restaurante, atendido por jefas de hogar

La atención personalizada por especialistas en llevar adelante una casa y un vínculo de cercanía con el vecino caracteriza a este tipo de negocio que ofrece una variada gama de productos de microemprendedores locales. Empezaron en la Quinta Sección y la idea es extenderse a toda la provincia.

Almacenes FRAT, tienen un función social, la particularidad de estos negocios es que son atendidos por mujeres jefas de hogar.
Una de las trabajadoras, Karina Gomez.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Almacenes FRAT, tienen un función social, la particularidad de estos negocios es que son atendidos por mujeres jefas de hogar. Una de las trabajadoras, Karina Gomez. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Parte del grupo de trabajadoras del almacén de la Quinta Sección.
Laura Agüero, Fernanda Maya, Karina Gómez, Laura Fuestes y Verónica Agüero.
 
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Parte del grupo de trabajadoras del almacén de la Quinta Sección. Laura Agüero, Fernanda Maya, Karina Gómez, Laura Fuestes y Verónica Agüero. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Un almacén de barrio que ofrece a sus clientes el asesoramiento de cómo cocinar cada pasta fresca, dispone de productos para los que siguen una dieta keto y las ofertas que tiene cualquier local, pero durante casi toda una jornada en horario corrido de 8 a 23. Frente a tanta oferta de súper, híper y mayoristas, los almacenes de cercanía se reinventan y hasta las cadenas internacionales apuestan a este tipo de negocio, más cerca del vecino. Y los emprendedores mendocinos se suman a la ola con una novedosa propuesta: conservar la calidez de atención de un almacén de barrio y productos de gran calidad. Así nacieron los locales Frat en la ciudad de Mendoza, que son atendidos por mujeres jefas de hogar, una idea surgida en el seno de Broda, la marca de los hermanos Joaquín y Santiago Barbera, integrantes de la reconocida familia de tradición gastronómica en la provincia.

“Me soluciona la vida, tienen de todo y el horario de atención es bien extenso, si bien los precios de almacén no son de oferta, por la cercanía y la atención los elijo. Algunos productos de elaboración propia son de muy buena calidad y están a precios competitivos, asegura Andrea, vecina de calle Roca, en la Quinta Sección. Hace un año y medio abrió el primer local en Zapata y Rodríguez, en diciembre otro en Pueyrredón y Rodríguez, en los próximos días inaugurará el tercero, en avenida San Martín, a la altura de Virgen del Carmen de Cuyo y gestionan la apertura de cinco locales más para este año en Guaymallén, Godoy Cruz y en Luján de Cuyo. Pero la idea es extenderse al resto de los departamentos con esta propuesta de atención personalizada, la posibilidad de hacer un pedido por whatsapp, en pocas palabras, lo que el cliente prefiera.

Un trabajo para llevar adelante la casa

A sus 40 años, Laura necesitaba encontrar un trabajo para llevar adelante su hogar con sus tres hijos. “Había tenido un negocio en mi casa hace un tiempo, también tenía experiencia en un supermercado, me contrataron a través de una consultora durante la pandemia para reemplazar a la gente que se enfermaba. Pero luego me quedé sin trabajo”, cuenta la mujer que hoy tiene 41. Y agrega: “Vi en Instagram que convocaban a mujeres mayores de 35 años para trabajar, a partir de esa edad ya es difícil encontrar una salida laboral y me inscribí porque pensé que podía ser mi oportunidad. Y así fue, me llamaron, hice un curso de capacitación y aquí estoy, con trabajo estable hace un año y dos meses”.

Rubén Gómez, vecino de calle Olascoaga, asegura que las mujeres que atienen el negocio de Pueyrredón y Olascoaga “le ponen unas pilas bárbaras, los domingos bien temprano ya está abierto y a la noche igual, todo el día están las chicas trabajando a full. El negoco está bien puesto en un esquina estratégica”. Y asegura: “Allí estaba La Elsa, el antiguo almacén, creo que estaba desde la época de mis abuelos, igual que la ferretería de Llobel, en Palero y Pueyrredón, que ya cumplió 100 años, son negocios históricos”.

Fernanda y Carina, también trabajan en los locales Frat. “Hace 7 meses que estoy acá, re contenta . Más allá de que esto es un almacén, se genera un vínculo con el cliente, si bien ya tenía experiencia en atención, aquí me siento muy bien además porque el grupo de compañeras es muy sólido. Esto ayuda a que podamos trabajar mejor”, comenta Carina, que es de Guaymallén. “Otras compañeras son de Capital, de Maipú, Las Heras y de Godoy Cruz y estamos para asesorar al cliente. Después nos comentan cómo les quedó la preparación y nos agradecen. Esa es la diferencia con otro local, como un supermercado. Lo nuestro es una atención personalizada y esto nos permite ir sumando clientes día a día”.

Competencia por las pastas frescas

“Siempre paso por el Frat y me parece divino, higiénico, re bonito y está en un lugar donde hay muchos negocios que se dedican a la venta de pastas, está la Vene, Familia del Olmo, La Cuyanita”, resalta Alejandra al referirse al local que se encuentra en Rodríguez y Zapata, a dos cuadras al norte de Arístides Villanueva. Por lo visto la competencia por las pastas frescas es intensa y se da en pocas cuadras a la redonda.

Los locales manejados por jefas de hogar cuentan con el respaldo de la familia Barbera, propietaria de la famosa cadena de restaurantes de comida italo-argentina, que comenzó con La Marchigiana. Es decir que al buen trato con el vecino, el mix de productos se suma una experiencia gourmet, con la posibilidad de adquirir preparaciones con la calidad de un restaurante gracias a la sinergia que existe en el grupo. Además, participa una serie de microemprendedores locales que colocan sus productos en estos locales, entre ellos, El Arca, Almaoliva, La Joya, GTE, Rie La huerta.

Amigos del barrio

A la hora de explicar cómo nació esta idea de reposicionar a los negocios de barrio, Santiago Barbera, uno de sus responsables, explica: “Nosotros queríamos generar una solución a la alimentación en casa y a las necesidades de cualquier vecino. Poner en valor el almacén de barrio, aggiornándolo a las familias actuales. Así armamos una propuesta que contiene un mix de productos, experciencias de compras y que es sustentable”. El empresario agrega: “consideramos importante conservar la calidez del almacén de barrio y tener personas que puedan asistir al vecino. Y para ello, qué mejor que las jefas de hogar, con este objetivo las incorporamos y les brindamos mucha capacitación para atender la demanda actual, que requiere la incorporación de tecnología para una atención rápida y ágil”. En este sentido, comentó que están preparando a las chicas en nuevas tecnologías, que está en proyecto un modelo que permitirá scanear los productos desde el celular y esperan que esté disponible próximamente.

Desde el grupo Broda señalan que uno de sus grandes activos y diferencial de la propuesta, es el factor humano. “Nuestras empleadas son mujeres. en especial madres encargadas de hogar. Desde sus comienzos se eligió este perfil de empleados como forma de generar un impacto social positivo, y además como forma de dar la mejor experiencia posible a los clientes. Un modelo empresarial donde se prioriza la gestión humana y la responsabilidad social”.

Sobre el nombre de los comercios Frat, Santiago comenta que tiene origen en Fratelli (hermanos en italiano). “Broda pertenece a los hermanos Barbera, a la cuarta generación, que nació bajo el concepto de que una persona pueda elegir lo que le parezca mejor. Le damos la posibilidad al cliente de elegir, desde comida vegana, otra persona puede adquirir huevos de gallina libre o la de producción común; comprar una granola industrial o la que elaboramos nosotros y así pasa con el resto de los productos. Tenemos microemprendedores locales, como las mujeres viñateras y ahí se presenta nuevamente la opción de elegir un vino de las grandes bodegas, las más chicas, artesanales y el producto de las mujeres viñateras, que hacen hasta su propia etiqueta”.

Barbera considera que a fin de año estarían en condiciones de contar con 8 locales en funcionamiento y para ello ya realizan gestiones para abrir comercios en Guaymallén, Godoy Cruz y Luján de Cuyo. Y el objetivo es extenderse a toda la provincia. “Siempre bajo el mismo concepto, eficientes con muy buenos precios y accesibilidad de los productos”.

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