16 de octubre de 2025 - 14:43

Tres de cada 4 jóvenes tienen título secundario en Argentina: llegan menos los más pobres y las mujeres, más

Un informe nacional dio cuenta de que persisten las brechas entre “ricos y pobres” y que, pese a que mejora el acceso, hay deudas con la calidad.

Cada vez más jóvenes acceden a un título secundario en Argentina. En una década hubo un incremento significativo y a 2024, 3 de cada 4 jóvenes de entre 25 y 30 años contaban con esta certificación de educación básica.

Sin embargo, persisten grandes brechas entre los sectores más “ricos” y los más “pobres”. Es notoriamente mayor la proporción que accede entre los sectores socioeconómicamente más pudientes lo que, una vez más, da cuenta de qué tan determinante es este factor y cómo condiciona oportunidades.

Las cifras surgen del informe “Terminalidad educativa: foco en la secundaria”, de Argentinos por la Educación, elaborado por Viviana Postay (especialista en gestión educativa), María Sol Alzú y Martín Nistal. A partir de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, el informe releva las tasas de finalización de los niveles primario, secundario y universitario en los jóvenes argentinos de entre 25 y 30 años en 2014, 2019 y 2024. Además, analiza las desigualdades por género y por nivel socioeconómico, entre otras dimensiones.

Educación

De acuerdo al trabajo, en la última década la finalización de la escuela secundaria en Argentina experimentó un avance sostenido y los especialistas consultados destacan esto como una virtud, sobre todo al considerar el mayor incremento alcanzado por sectores menos favorecidos.

En ese periodo, la proporción de jóvenes de 25 a 30 años con título secundario aumentó del 67,6% en 2014 al 74,2% en 2024. “Si bien persisten desigualdades por género y por nivel socioeconómico, entre los jóvenes más pobres (los del quintil más bajo) el salto fue mayor: la terminalidad pasó de 41,5% a 60,0%”, subraya la investigación. Entre los más “pudientes” la variación es mucho menor y pasó del 87,1% al 92,2%.

Primaria universalizada

La primaria parece como un tema más resuelto, al menos en cuanto al acceso y aunque hay un acotado segmento que aún permanece sin lograrlo. Pero en definitiva, lo que expresan los datos es que puede decirse que está universalizada. Este trayecto de la educación es obligatorio desde hace un siglo, aunque hoy se cuenta bajo este criterio también el nivel medio, obligatorio desde 2006.

Volviendo al segmento en análisis, entre los jóvenes y adultos de 25 a 30 años, la primaria tiene una tasa de finalización de 96,4%. Esto decae en la secundaria , 3 de cada 4 jóvenes (74,2%) obtienen el título, es decir que entre un nivel y otro hay una nada despreciable pérdida de 20 puntos. Es ahí que hay que analizar quiénes son los que se quedan.

Los investigadores remarcaron que los mayores avances en la finalización de este nivel, fueron en las edades más tempranas. Así, entre los jóvenes de 19 años, la proporción de graduados pasó del 52% en 2014 al 71,2% en 2024. En tanto, entre los de 30 años, la tasa de finalización se mantiene estable en torno al 70%. Asimismo, al analizar los porcentajes de acceso según el nivel socioeconómico se puede anticipar de donde provienen los que se quedaron: es que la proporción de quienes han logrado tener su título secundario decrece a medida que baja el nivel socioeconómico y aumenta la vulnerabilidad.

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“Las desigualdades por nivel socioeconómico se redujeron, pero siguen siendo significativas. Entre los jóvenes del quintil más pobre, el 60% finaliza la escuela secundaria, mientras que la cifra asciende al 92,2% entre los jóvenes del quintil más rico. En la última década, el crecimiento de la terminalidad fue mucho mayor en el quintil de menor nivel socioeconómico (+18,5 pp.) que en el de mayor nivel (+5,1 pp.)”, describe el trabajo.

Escuela elitista en Argentina

“No debemos olvidar que la escuela secundaria responde a un contrato fundacional elitista y expulsivo, tampoco que su obligatoriedad registra menos de dos décadas. Por lo tanto, el crecimiento de la terminalidad en este nivel es un logro democrático importantísimo que no debe minimizarse, en particular por el aumento registrado de estudiantes de sectores sociales empobrecidos e históricamente excluidos de este espacio de formación que están logrando completarlo. El desafío continúa siendo compatibilizar esta positiva expansión del nivel con aprendizajes reales”, afirma Viviana Postay, coautora del informe.

“El informe pone de manifiesto una deuda con los sectores de menores recursos: si bien mejoraron la terminalidad, aún 4 de cada 10 de estudiantes de los quintiles de menores ingresos tienen secundaria incompleta”, señala Romina de Luca, investigadora del Conicet y coordinadora del área de educación del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS). Y agrega: “Si bien los números hablan de la mejora en el desempeño de las escuelas, esto no puede interpretarse en ausencia de la modificación de los regímenes académicos del nivel secundario y de las flexibilizaciones en las promociones introducidas durante la pandemia”.

En seis ciclos lectivos, 1 de cada 10 alumnos dejó de repetir el año Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Cada vez más jóvenes acceden a un título secundario en Argentina. En una década hubo un incremento significativo y a 2024, 3 de cada 4 jóvenes de entre 25 y 30 años contaban con esta certificación de educación básica./ Los Andes

Cada vez más jóvenes acceden a un título secundario en Argentina. En una década hubo un incremento significativo y a 2024, 3 de cada 4 jóvenes de entre 25 y 30 años contaban con esta certificación de educación básica./ Los Andes

Informes recientes de la organización mostraron que el nivel de desempeño decrece en las provincias con menor nivel socioeconómico.

Romina Durán, directora de Evaluación de la Calidad Educativa de la DGE explicó en una nota reciente con Los Andes el vínculo entre estas variables y que se expresa en el cuestionario complementario que tienen las pruebas Aprender. “Hay una asociación directa entre el NSE y los resultados de aprendizaje -afirmó- los alumnos de NSE más bajos tienen mayores dificultades en los aprendizajes”.

Influye el clima educativo del hogar, mayormente determinado por el nivel académico alcanzado por los padres o personas a cargo. También las condiciones del hogar que van a determinar las comodidades y recursos que tengan los chicos para estudiar, como un lugar adecuado para hacerlo, servicios y acceso a libros, dispositivos electrónicos e internet.

La deuda de la educación con la calidad

Hay que considerar otra variable, en relación a datos que ya se vienen advirtiendo y que son prometedores: la tendencia es al aumento en el acceso y la terminalidad dentro del sistema educativo, lo que permite suponer que la proporción de quienes terminan uno y otro tramo será mayor entre quienes hoy son más jóvenes y, con buenas expectativas, probablemente se superior en el futuro entre quienes hoy son niños. Por el contrario, mucho se viene advirtiendo sobre cuánto se ha puesto en juego para lograr mayor permanencia y terminalidad en la escuela. Es que según se advierte hay una pérdida de calidad, tal cual ponen en evidencia los magros resultados en el desempeño de los alumnos en evaluaciones de aprendizaje.

Los autores también hicieron hincapié en el desafío de la calidad y trajeron a colación un informe previo de Argentinos por la Educación. Allí se revelaba que actualmente solo el 63% de los estudiantes llega en el tiempo teórico al último año de secundaria (es decir, sin haber repetido ni abandonado) pero apenas 10 de cada 100 estudiantes lo hacen en tiempo y forma, es decir, con aprendizajes suficientes de Lengua y Matemática (según las Pruebas Aprender).

Educación

Los resultados de la Prueba Aprender 2024 mostraron que apenas el 14,2% de los estudiantes de 5º y 6º año de secundaria logró un nivel satisfactorio en Matemática. En Lengua, ascendió a 58% de los alumnos. De todas formas, en ambos casos se da cuenta de que muchos no logran un nivel esparo: 4 de cada 10 no llegan en Lengua mientras que no lo hacen 8 de cada 10 en Matemática.

Gustavo Romero, vicerrector del Colegio Nacional de Buenos Aires, asegura que “el crecimiento sostenido de la terminalidad en el nivel secundario, sobre todo entre los sectores más vulnerables, es una buena noticia que contrasta con el clima de desconfianza hacia la escuela. Los datos muestran que el mensaje anti escuela que discute su sentido no cala tan hondo como a veces se presume. Sin embargo, el desafío no es solo alcanzar la universalización, sino cómo se termina: la expansión de la cobertura debe ir acompañada de aprendizajes significativos y trayectorias completas dotadas de sentido para el mundo adulto y del trabajo”.

Más mujeres con estudios

Otro dato diferencial se muestra en relación al acceso y desempeño de las mujeres. Es que entre ellas hay un mayor porcentaje de personas con el título secundario en la mano.

“Al analizar las diferencias por género, se observa que las mujeres tienen niveles más altos de finalización que los varones, tanto en primaria (97,6% versus 95,1%) como en secundaria, donde la brecha se amplía: 77,4% de las mujeres de 25 a 30 años terminaron la secundaria, en comparación con 70,9% de los varones de ese rango etario”, resumen los investigadores.

Rompiendo prejuicios: son mujeres 3 de cada 10 estudiantes de desarrollo de software de la UNCuyo
Rompiendo prejuicios: son mujeres 3 de cada 10 estudiantes de desarrollo de software de la UNCuyo
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Esto también se observa en el nivel superior, donde las estudiantes mujeres son más. En este punto hay que considerar que variables intervienen en el acceso o no a los estudios y, tal cual advierten los análisis, hay un elemento que puede ser crucial: en sectores con menos recursos los varones son más fuertemente empujados al mercado laboral para complementar ingresos o directamente buscan independencia económica. Tal cual analizan en las universidades e incluso observan los docentes en las escuelas secundarias, los alumnos que se incorporan al mercado laboral, suelen tener una trayectoria más complicada y extensa , con mayor ausentismo, bajan el nivel de aprendizaje y muchos terminan por abandonar y “caerse” del sistema.

Un informe del Ministerio de Educación de la Nación a través de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) dio cuenta de esta brecha. “Mujeres en el Sistema Universitario Argentino”, presentado en 2023 mostró que en términos generales la participación de mujeres en el nivel superior es mayor al 60%.

En el 2021, al igual que en años anteriores, la participación femenina es mayor en el total de ingresantes (62,6%); estudiantes (61,2%) y graduadas (63,5%). El trabajo destaca que este escenario se verifica tanto en el pregrado y el grado como así también en las carreras de posgrado, que si bien cuentan con una participación algo menor, alcanza el 59% en los tres casos.

“Esta tendencia de mayoría femenina va en aumento, ya que cada año se inscriben más mujeres que varones. Desde 2012 a 2021, el incremento de nuevas inscriptas a la universidad creció un promedio de 7,2% anual”, subraya.

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