Subieron las frecuencias pero los micros igual viajan llenos

Durante las horas pico, la gente sube muchas veces sin contemplar el límite fijado. Muchos no usan los barbijos. Además, escasean los controles.

El Gobierno de Mendoza volvió a implementar la salida por número de documento después de nuevos casos de coronavirus. A pesar de la restricción, mucha gente viaja en colectivos.
El Gobierno de Mendoza volvió a implementar la salida por número de documento después de nuevos casos de coronavirus. A pesar de la restricción, mucha gente viaja en colectivos.

Son poco más de las seis de la tarde en el microcentro mendocino. La parada de calle Godoy Cruz entre San Martín y 9 de julio está repleta. “Y esperá a que cierren los persas, se llenan los micros”, asegura al ver la cámara de fotos de Los Andes una de las personas que está esperando que llegue el vehículo que lo llevará a casa.

El Centro ya tiene menos gente que en las jornadas previas porque tras el decreto del gobernador, Rodolfo Suárez, las salidas están limitadas por el número de documento, lo que hace que las veredas estén menos pobladas.

La luz del sol ya no alumbra la tarde y son los carteles de los comercios que empiezan a bajar las persianas lo que más brilla en una de las calles más populares de la Ciudad. Llega un 644, suben por lo menos diez personas que permanecerán paradas el resto del recorrido. Algunos pasajeros tienen la nariz afuera del tapabocas. Algunos, tras una larga jornada ,laboral se han rendido al sueño.

Los choferes -detrás del nylon que los protege- hacen lo que pueden. Saben que dejar a una persona abajo del colectivo implican varias decenas de minutos de espera. Pero con la cámara cerca, prefieren no arriesgarse al escrache. Abajo, algunas personas que pretendían subirse al colectivo aun con la capacidad permitida en el límite -todos los pasajeros sentados y 10 parados- se enojan. El regreso al hogar deberá esperar.

Los vendedores ambulantes aprovechan. Llega uno que vende películas truchas -nadie le compra- y otro que mientras sortea a quienes extienden la mano para parar el colectivo, ofrece caramelos y gomitas. Pocas ventas para ellos, como para los comerciantes que observan desde los locales vacíos.

Los motores de los colectivos rugen. Pero la Ciudad sin dudas es más silenciosa que antes. Llega un 607, se llena. Uno atrás de otro suben trabajadores, familias, una mujer con una bolsa llena de flechas y un hombre con indumentaria de seguridad privada. Atrás, el 401 también se llena y minutos después pasa lo mismo con el 521. Y quienes están allí dicen que las mañanas son peores.

Testigos

Alejandrina, que habitualmente viaja desde el barrio Procrear de Maipú hacia el Centro, contó que tuvo problemas con el uso de la web ya que durante la semana estuvo caída y nunca pudo saber el horario de su colectivo. “Usaba el “cuando subo” de Mendotran. Después me pasaron un link para la app nueva, pero mi sistema operativo no lo tiene así que no me quedó otra que aguantar. Tuve que esperar como 30 minutos a principios de semana y esta mañana después de estar 40 minutos el colectivo nunca pasó. Como se me hacía tarde me volví a buscar el auto. Después hablando con una vecina me dijo que estuvo en la parada más de 45 minutos”, aseguró.

Carla contó que se toma el colectivo frente al barrio Dalvian. “Esa historia de que las empleadas tenían que ir en autos particulares o que los patrones las buscaban no pasó. Lo que sucede es que se bajan en la universidad y las esperan en la parada y las meten al barrio. Así están todos los que trabajan en ese barrio. De todas formas yo nunca escuché que un chofer baje a alguien porque son más de 35 arriba del colectivo”, detalló.

Continuando, dijo que los colectivos que van a El Challao o a La Favorita llegan llenos. “Hay recorridos del 600 que te dicen uno por asiento y la mayoría de los asientos son de a dos más la gente que va parada. Hay cero distanciamiento social ni hablar de los que van hablando por teléfono o con los barbijos abajo”, relató Carla y apuntó a los controles. “Una sola vez vi una policía y preguntó de dónde veníamos pero no pidió nada. Inspectores tampoco controlan pasajeros, sólo a los choferes”.

Evangelina hace el recorrido que la lleva desde Beltrán a la Ciudad. “A veces el chofer sabe que si no para el tipo que está en esperando llega tarde al trabajo. Respetan bastante el distanciamiento adentro del colectivo. Pero me pasa que si no agarro el micro de las cinco de la tarde palmo en la Terminal hasta las siete. En ciudad la frecuencia es poco más seguida, pero en Beltrán si no para el primero no tenés otro hasta las diez y cuarto de la mañana”, admitió.

Mario reconoció que fue mejor la segunda etapa que la primera de la cuarentena. “Los primeros días los micros pasaban con menos frecuencia, por lo menos había que esperar 30 o 40 minutos. La cantidad de gente que circulaba en algunas líneas era poca, en las otras a veces venía con los asientos llenos y no te paraban”, dijo.

Más frecuencias

Desde la Secretaría de Servicios Públicos informaron que, aun con la marcha atrás en las salidas por DNI, no hay modificaciones respecto al transporte y las últimas actualizaciones. Recordemos que el pasado martes se anunció que se aumentaban las frecuencias de colectivos al 65% de la normalidad previa a la cuarentena.

“Cuando comenzó la pandemia se inició trabajando con frecuencias de domingo, ya que sólo viajaba el 10% de los pasajeros, luego con la incorporación de las diferentes actividades y a pesar de la recomendación de evitar el transporte público, fuimos sumando frecuencias. Vamos haciendo un análisis día a día de la necesidad de ampliar”, explicó Luis Borrego, director de Transporte.

Desde la Secretaría de Servicios Públicos, detallaron que antes del 20 de marzo se registraban en promedio 750.000 transacciones (o viajes) diarias. En abril se llegó al número más bajo de transacciones: 75.000 diarias, un 10% del total habitual. “Actualmente estamos en un 30% del movimiento habitual, unas 230.000 transacciones por día”, precisaron.

Asimismo, en cuanto a los recorridos de media y larga distancia, vale decir, que van desde los distritos a las cabeceras de los departamentos, también la frecuencia aumentó y hoy están en un 65%.

“Hemos hecho una adecuación en el horario porque la carga también es diferente a antes de la pandemia. Actualmente, comienza entre las 8 y las 9 de la mañana la mayor circulación y termina a las 17 aproximadamente”, explicó el funcionario.

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