23 de agosto de 2025 - 07:45

Seguridad: así se controlan los alimentos industrializados que salen al mercado en Mendoza

La Fiscalización y Control que analiza toda la producción agroindustrial local, que abarca a casi 600 empresas. El mayor problema: la elaboración informal y la falsificación.

Es que el área se ocupa de controlar y garantizar la seguridad de toda la producción de productos agroindustriales de Mendoza.

No es una tarea menor: hay casi 600 empresas inscritas en el rubro que venden lo que procesan no solo en la provincia sino en el país y en el exterior.

El funcionario aclaró que en empresas grandes es muy difícil que se produzcan irregularidades, ya que tienen ellos mismos sus propios controles y laboratorios mientras que además son muy cuidadosos de la calidad en tanto buscan resguardarla como condición sustancial para sostener y ampliar mercados.

Roland dijo que se realizan controles anuales en todas las industrias, pero en las de menor magnitud pueden hacerse cada 6 meses.

Laboratorio
En los tres laboratorios de la Dirección de Fiscalización y Control verifican la seguridad de toda la producción de productos agroindustriales de Mendoza. Abarca a casi 600 empresas inscritas en el rubro. Foto: Ramiro Gómez

En los tres laboratorios de la Dirección de Fiscalización y Control verifican la seguridad de toda la producción de productos agroindustriales de Mendoza. Abarca a casi 600 empresas inscritas en el rubro. Foto: Ramiro Gómez

Por otra parte aclaró que hay una pata que queda exenta de los controles y es la producción informal que realizan algunos emprendedores y que termina en pequeños mercados, ferias o despensas, incluso en venta callejera. Es que claramente las empresas inscritas son accesibles y lo otro es una especie de “mercado paralelo informal”. Por eso, buscan acercarse a los emprendedores para ofrecerles los recursos que den garantías a su producción.

El caso del tomate triturado y la alerta de Anmat

El 19 de agosto, el municipio de Rojas (Buenos Aires) alertó sobre un lote de puré de tomate Marolio distribuido en escuelas, tras denuncias de irregularidades en el producto. Se trataba del lote L25114 (vencimiento abril 2027), elaborado en Mendoza en el que se observaban lo que parecían ser gusanitos blancos.

Ante esto, la ANMAT emitió un alerta de manera preventiva en la que pidió a la población abstenerse de consumir esas unidades y suspender su venta para facilitar la trazabilidad, hasta que se hicieran los análisis. Inmediatamente dio aviso al área de control de Mendoza.

Un día después, el organismo aclaró que el producto no representa riesgo sanitario. Según los estudios realizados, lo observado eran “brotes o germinaciones blancas de semillas de tomate, de superficie lisa y homogénea”, y descartó la presencia de parásitos.

La empresa informó que inició el retiro preventivo del lote y coordina acciones con la autoridad sanitaria local.

“Nosotros habíamos hecho controles a Marolio y no habíamos encontrado ningún desvío”, aclaró Roldán. “Cuando intervenimos, vimos que no se trataba de un parásito sino de semillas de tomate germinadas. El producto no representa un riesgo para la salud, pero no cumple con el Código Alimentario, por lo que no puede comercializarse”, señaló.

“Cuando empezamos a investigar, trabajamos en conjunto con la empresa, vemos de ese lote identificado todo el proceso productivo, cómo se hizo, qué materia prima se utilizó, de dónde venía, cuándo ingresó, está todo registrado, es lo que pasa en las empresas grandes en general”, detalló. Y agregó: “Vimos que ya en las planillas de producción, los operarios habían puesto que se observaban germinación de las semillas del tomate, porque es una variedad en la que puede pasar aún después del tratamiento térmico para la esterilización que se le hace a 140°C durante veinte minutos”.

Cómo se controla la producción

Más allá de episodios puntuales, la fiscalización en Mendoza se realiza mediante inspecciones periódicas. “Los inspectores toman muestras de todos los productos elaborados y las envían al laboratorio”, detalló Roldán.

El procedimiento es riguroso: “De cada lote se toman muestras por triplicado. Una se analiza, otra queda de resguardo en la dirección y otra en la empresa. Si la primera da mal, se hace la contramuestra en presencia del interesado. Y si hay resultados contradictorios, se recurre a la tercera”.

El área provincial, dependiente del Ministerio de Producción del Gobierno de Mendoza, procesa unas 2.500 muestras por año. “Los casos problemáticos son menos del 1% y nunca han implicado un riesgo para la salud. Lo más frecuente es encontrar desvíos menores, como que un encurtido tenga más porcentaje de zanahoria u otro vegetal del establecido por el Código Alimentario”, precisó.

Laboratorio
En los tres laboratorios de la Dirección de Fiscalización y Control verifican la seguridad de toda la producción de productos agroindustriales de Mendoza. Abarca a casi 600 empresas inscritas en el rubro. Foto: Ramiro Gómez

En los tres laboratorios de la Dirección de Fiscalización y Control verifican la seguridad de toda la producción de productos agroindustriales de Mendoza. Abarca a casi 600 empresas inscritas en el rubro. Foto: Ramiro Gómez

La cantidad de muestras que se toman de cada producto está establecida en la normativa en relación al tamaño de la producción.

Los productos llevan en su envase los números de RNE (Registro Nacional de Establecimientos) y el RNPA (Registro Nacional de Productos Alimenticios) que son obligatorios en Argentina. “Lo más seguro es adquirir alimentos de empresas que tengan RNE y RNPA. Pero en una feria o en una despensa puede haber productos caseros o falsificados. Ahí el riesgo es no saber ni dónde ni cómo se elaboraron”.

Justamente, el mayor desafío, admite Roldán, está fuera de la industria formal: “El 80% de los decomisos que hacemos son por productos falsamente rotulados o sin rotular. Muchos son elaborados por microemprendedores que trabajan de manera informal. Por eso damos capacitaciones con los municipios y con Economía Social, para que puedan producir dentro de la ley”.

Los laboratorios de Mendoza

La dirección cuenta con laboratorios en sus tres sedes: la de Ciudad, la de San Rafael y la de General Alvear. El laboratorio central, el de Ciudad, recibe las muestras de la zona Norte de la provincia.

El laboratorio de San Rafael, las de este departamento y las de la zona Este y el de General Alvear analiza una parte de las muestras de San Rafael y toda la zona Sur.

El laboratorio de Ciudad cuenta con siete espacios diferentes en los que se analizan diversos productos o, en su defecto, pasan por diferentes instancias de análisis. Además, cuenta con un laboratorio destinado al análisis de productos para personas con celiaquía y una gran sala del laboratorio central se está reacondicionando para poder incorporar el análisis de productos de limpieza.

Nueva concepción: se apunta a los servicios

Roldán explicó que desde que asumieron la gestión, el año pasado, han buscado eficientizar los procesos pero además cambiar la concepción del organismo. Es que ha estado más asociada a un rol de policía mientras que, en realidad, buscan una colaboración con los productores para garantizar buenos productos y asegurarse mercados. Pero además, están afianzando la arista de los servicios. Es que están mejorando las prestaciones que brindan los laboratorios de manera tal de ofrecer a las empresas la realización de los análisis que requieran, como un servicio tercerizado.

Laboratorio
En los tres laboratorios de la Dirección de Fiscalización y Control verifican la seguridad de toda la producción de productos agroindustriales de Mendoza. Abarca a casi 600 empresas inscritas en el rubro. Foto: Ramiro Gómez

En los tres laboratorios de la Dirección de Fiscalización y Control verifican la seguridad de toda la producción de productos agroindustriales de Mendoza. Abarca a casi 600 empresas inscritas en el rubro. Foto: Ramiro Gómez

En este marco es que se ha triplicado el personal en los laboratorios y se ha autoimpuesto la resolución de los análisis en un plazo máximo de 96 horas. En el de Ciudad trabajan 6 profesionales. Sucede que, cuando toman una muestra, ese lote debe quedar inmovilizado en la empresa, no puede comercializarse hasta que estén los resultados, por lo cual, si hay muchas dilaciones, esto implica pérdidas económicas para la empresa.

El laboratorio de gluten estaba cerrado, sin hacer determinaciones, lo reabrimos y estamos trabajando”, agregó. Este espacio se encuentra en un edificio aparte del laboratorio central y les permite ofrecer el servicio y control que den garantías a las personas celíacas.

Además, en breve comenzarán a analizar productos “domisanitarios”, como aquellos de limpieza, en la sala que están reacondicionando.

Recientemente se les ha adjudicado el control de esta producción, lo cual por ahora se aborda a través del control administrativo y de papelería que presentan las empresas.

El mito del vencimiento

Hay un mito urbano que susurra la creencia de que hay empresas que modifican la fecha de vencimiento cuando está próxima para extenderla. Al respecto, Roldan consideró que es muy difícil que suceda y también lo controlan. “Un producto puede no estar etiquetado dentro del establecimiento ya que la obligación de etiquetado es cuando sale del establecimiento elaborador; pero lo que no puede estar es no identificado el lote, y uno de los requisitos de identificación del lote es la fecha de vencimiento”.

Consideró que duda que las empresas hagan esa manipulación porque sería en detrimento de la trazabilidad de su producción, sus controles y su calidad, lo que podría afectar su comercialización.

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