En una era donde las imágenes son omnipresentes, resulta impactante redescubrir los primeros retratos fotográficos de algunos de los personajes más relevantes de nuestra historia. Estas imágenes nos permiten volver a mirar esos rostros que, por mucho tiempo, solo habíamos imaginado a través de pinturas o descripciones literarias.
Lamadrid y sus hijos: un guerrero en familia
Uno de los retratos más llamativos es el daguerrotipo de Gregorio Aráoz de Lamadrid (1795-1857), uno de los principales jefes militares del bando unitario durante las guerras civiles. En la imagen aparece junto a dos de sus hijos, en una escena familiar y serena, muy lejana al retrato épico del guerrero. Realizado entre 1852 y 1857 por un autor desconocido, forma parte de la colección del Museo Histórico Nacional.
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Gregorio Aráoz de Lamadrid y sus hijos.
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Lucio V. Mansilla: un hombre, muchas caras
Otra imagen significativa es la fotografía múltiple de Lucio V. Mansilla, publicada por la revista Caras y Caretas en 1903. El retrato, cargado de teatralidad, muestra al autor de Una excursión a los indios ranqueles en distintas poses, como si anticipara los juegos identitarios del siglo XX.
Mariquita Sánchez: el único retrato de una pionera
También impacta el único daguerrotipo conocido de Mariquita Sánchez de Thompson, figura central en la vida social y política del Río de la Plata. Esta imagen de 1854 congela para siempre el rostro de la mujer que entonó por primera vez el Himno Nacional en su salón de Buenos Aires y que supo mantener una intensa actividad intelectual hasta su vejez.
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Sarmiento, alto, firme y sanjuanino
En el caso de Domingo Faustino Sarmiento, lo vemos en una fotografía de 1884, tomada en su querido San Juan. Muchos suponen que el sanjuanino era de baja estatura, pero medía en realidad casi 1,90 metros. El retrato, realizado pocos años antes de su muerte, ofrece una mirada franca y directa del padre del aula.
Roca y Gramajo: una foto distendida
Otra escena íntima y llamativa muestra a Julio Argentino Roca junto a Artemio Gramajo, ambos sentados en reposeras. Aunque se desconoce la fecha exacta, la imagen revela una faceta relajada y cotidiana de dos figuras centrales del poder político de su tiempo.
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Julio Argentino Roca junto a Artemio Gramajo.
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Alsina y Maza: retrato de una pareja patricia
El daguerrotipo de Valentín Alsina y su esposa, Antonia Maza, de 1854, aporta otra pincelada familiar y afectiva al archivo visual. Este retrato, sobrio y silencioso, testimonia los inicios de la fotografía doméstica entre las élites argentinas.
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Valentín Alsina y su esposa, Antonia Maza. Daguerrotipo, 1854.
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Brown y su esposa: una imagen con historia
Aún más antiguo es el retrato del almirante Guillermo Brown y su esposa Elizabeth, tomado el 29 de julio de 1844, día de su 35° aniversario de bodas. Es el daguerrotipo más antiguo conservado en el país, y captura la ternura y dignidad de una pareja pionera en tiempos fundacionales.
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Guillermo Brown y su esposa Elizabeth
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San Martín en París: la imagen que venció al tiempo
Pero sin duda, uno de los documentos visuales más notables es el daguerrotipo de José de San Martín, tomado en París en 1848, en pleno clima revolucionario europeo. Fue su hija Merceditas quien insistió en que el Libertador posara, en lo que sería la única vez que lo hizo ante una cámara. Existen dos tomas de esa jornada: una se conserva, mientras que la otra se perdió con el tiempo. En la imagen preservada, de 12 por 10 centímetros y montada en un marco oval oscuro con detalles metálicos dorados, San Martín aparece en pose lateral, con un brazo dentro de la chaqueta y el otro apoyado en la silla. El gesto responde a indicaciones técnicas del fotógrafo, destinadas a evitar cualquier movimiento durante los prolongados segundos de exposición requeridos por la cámara.
Una galería que nos devuelve el pasado
Estas fotografías no solo ilustran a personajes históricos, sino que abren una ventana a la intimidad, la sensibilidad y el tiempo detenido de un país que, aún en formación, comenzaba a dejar huella en el nuevo lenguaje visual del siglo XIX. Conservarlas y difundirlas no es solo un ejercicio de memoria: es también una forma de entender quiénes fuimos y cómo nos representamos.