El clásico "¡Chinchín!" de las doce estuvo musicalizado por masivos estruendos que hicieron recordar a años pre-prohibición de la pirotecnia en Mendoza.
Las celebraciones familiares estuvieron acompañadas por fuertes estruendos de fuegos artificiales. Sobre todo, en el Gran Mendoza. Más heridos, una tragedia y venta ilegal.
El clásico "¡Chinchín!" de las doce estuvo musicalizado por masivos estruendos que hicieron recordar a años pre-prohibición de la pirotecnia en Mendoza.
El incremento del uso de pirotecnia en las fiestas de fin de año, algo prohibido en todo el territorio provincial, no solo se percibió en todo el Gran Mendoza, sobre todo, cuando el reloj marco las 00, sino se materializó en la suba de heridos por el uso de elementos explosivos, en los millonarios decomiso de fuegos de artificios y en el fatal incendio en un deposito clandestino en Godoy Cruz.
Los festejos con explosivos parecía que era una discusión cerrada. Desde 2016 la provincia insiste con la incitativa “Pirotecnia 0” y en la actualidad todos los departamentos prohíben la venta y uso de pirotecnia. Es decir que Mendoza quedó “libre” de los estruendos que tanto perjudican a personas con autismo, animales, adultos mayores y que traen peligros innecesarios a las fiestas de fin de año, como incendios y eventuales heridas y quemaduras.
Sin embargo, los estruendos de la madrugada del pasado 25 de diciembre, sobre todo en el Gran Mendoza, se trasladaron a las redes en forma de quejas y reclamos. Muchos usuarios hablaron de un retroceso en cuanto a la empatía colectiva por quienes sufren el uso de pirotecnia e impide a muchas familias pasar una celebración en paz. Otros pidieron mayores controles y muchos se limitaron a insultar a los que hacen estallar fuegos artificiales para “celebrar”.
La clandestinidad va de la mano con la creciente demanda. Si nadie vende, nadie compra. Pero el interés por adquirir pirotecnia primero ganó las tribunas de fútbol y luego se trasladó al uso doméstico.
“El problema radica en la venta clandestina de pirotecnia. Mucha de esta mercadería ingresa a través de envíos por correo o servicios de mensajería y luego se comercializa mediante redes sociales, incluso en grupos cerrados donde se ofrece de manera directa”, explicó Adrián Méndez, director de Repriv. En ese sentido, el funcionario señaló que se han realizado decomisos tanto en la vía pública como en domicilios particulares.
“Hemos secuestrado pirotecnia en distintos procedimientos, incluso en el domicilio de la persona a la que se le incendió la vivienda en Godoy Cruz días atrás”, precisó. Méndez remarcó además que no se han detectado irregularidades en comercios habilitados.
“En los locales comerciales no se ha observado venta de pirotecnia, pero sí esta modalidad clandestina que se realiza por fuera de los circuitos formales”, concluyó.
La autoridad principal en materia de fiscalización y control es el Ministerio de Seguridad y Justicia, a través del REPRIV (Registro Provincial de Armas). Desde este organismo se realizan operativos, decomisos y se aplican sanciones ante la detección de venta ilegal, transporte no autorizado, almacenamiento irregular o comercialización clandestina de pirotecnia, especialmente aquella que se ofrece por fuera de los circuitos formales.
En paralelo, los municipios son responsables del control de los comercios habilitados dentro de cada departamento. A través de las áreas de Inspección verifican el cumplimiento de las ordenanzas locales, las habilitaciones correspondientes y las prohibiciones vigentes, ya que en todos los municipios la venta de pirotecnia está directamente prohibida.
Por su parte, la Policía de Mendoza interviene como organismo auxiliar, participando en procedimientos en la vía pública, respondiendo a denuncias y brindando apoyo operativo en acciones conjuntas con el REPRIV o los municipios.
El Código Contravencional de Mendoza estipula multas de entre $840.000 y $3.780.000 o arresto desde 20 y hasta 90 días por venta ilegal. Si los productos en venta fueran de pirotecnia y/o cohetería clandestina, la sanción se triplica.
El detalle de las multas por uso de pirotecnia
Los festejos de Nochebuena y Navidad volvieron a dejar un saldo de personas heridas. Según datos oficiales del Ministerio de Salud y Deportes, al menos 11 personas resultaron lesionadas como consecuencia directa del uso de fuegos artificiales durante la noche del 24 y la madrugada del 25 de diciembre.
La cantidad de heridos registrada en esta festividad iguala la cifra del año 2024. No obstante, los especialistas manifiestan preocupación al comparar estos números con los de 2023, año en el que apenas se contabilizaron cuatro casos en todo el territorio provincial.
Días antes a las fiestas, una tragedia ocupó las portadas de los medios mendocinos: se incendió un deposito ilegal de pirotecnia en Godoy Cruz: al día siguiente confirmó la fatalidad de una mujer.
Federico Natalio Quiroga, señalado como el responsable de una propiedad donde funcionaba un depósito ilegal de pirotecnia que se incendió, terminando con la vida de una mujer fue imputado.
Quiroga enfrenta una grave situación judicial bajo la calificación de “incendio culposo seguido de muerte en concurso real con tenencia de arma de fuego de guerra”, según lo estipulado en los artículos 189, 55 y 189 bis del Código Penal.
La tragedia se desencadenó pasadas las 16:00 horas del lunes en Godoy Cruz, cuando las llamas, presuntamente originadas por negligencia o imprudencia en el manejo del material explosivo, envolvieron la propiedad.
El siniestro resultó en el fallecimiento de Ángela Daniela Pardo, de 45 años, quien se encontraba internada en el hospital Lagomaggiore y murió a causa de las heridas la tarde del martes. Además de la víctima fatal, un bombero voluntario sufrió una descarga eléctrica durante las maniobras de extinción.