¿Cuántas veces ha pasado que un niño se golpea o se cae y tiene un llanto tan intenso que inspira y deja de respirar un momento? Es una situación que alarma a muchos padres y cuidadores. ¿Son peligrosos los espasmos del llanto?
¿Cuántas veces ha pasado que un niño se golpea o se cae y tiene un llanto tan intenso que inspira y deja de respirar un momento? Es una situación que alarma a muchos padres y cuidadores. ¿Son peligrosos los espasmos del llanto?
Es lo que se conoce como crisis de espasmo del llanto o espasmos del sollozo. “Es un fenómeno frecuente y alarmante que ocurre en niños aparentemente sanos. Son episodios ocasionados por un enojo, un susto o una emoción importante, en los que el niño deja de respirar bruscamente llegando a veces a desmayarse”, explicó la doctora Valeria López Girons, pediatra de Ospedyc.
Detalló que son episodios que pueden presentarse en hasta 5% de los niños sanos y suelen ocurrir entre los seis meses y los cinco años de edad. Además, detalla que existe un pico de mayor frecuencia alrededor de los dos años de vida. Un dato llamativo es que señaló que en 35% de casos, los padres presentaron en su infancia el mismo cuadro.
Estos espasmos pueden aparecer tras una caída, un golpe, una rabieta. El niño llora o intenta llorar. Después inicia una espiración forzada seguida de una pausa de apnea (deja de respirar); de forma rápida empieza a ponerse morado (cianosis). En ocasiones, puede sufrir unas sacudidas como convulsiones. Finalmente, el niño rompe a llorar o en algunos casos puede perder la consciencia de forma muy breve. Este es el espasmo del sollozo cianótico.
Existe otro tipo de espasmo menos frecuente, denominado espasmo del sollozo pálido. Suelen ocurrir tras un episodio doloroso, un susto o sobresalto, en el que el niño pierde rápidamente la consciencia, palidece y presenta una marcada hipotonía (se pone “blando”).
“Ante estos cuadros – comentó la doctora López Girons- en primer lugar y en la medida de lo posible, debemos mantener la calma. Los espasmos del sollozo se resuelven en pocos segundos sin ninguna repercusión para el niño. Es importante no sacudir, gritar ni golpear al niño para intentar detener el espasmo, ya que solo se corre riesgo de lastimarlo. Tampoco se requiere realizar maniobras de reanimación en estos casos”, explicó.
Dado lo impactante que resulta, es comprensible que sea difícil mantener la calma, pero es importante recordar que el cuadro se resolverá por sí solo. Por esto, se recomienda:
“Aunque resultan angustiosos para los padres, en la mayoría de los casos los espasmos del sollozo son inofensivos y desaparecen a medida que el niño crece. Entenderlos y responder adecuadamente ayuda a manejar la ansiedad de los cuidadores y a brindar seguridad al pequeño durante estos episodios”, finalizó la médica.