Qué es el chip sexual que estimula el deseo y por qué cada vez más personas lo usan

Entre los famosos ya es de uso común. Sergio Goycochea, Carmen Barbieri y Catherine Fulop fueron los precursores en su promoción, aunque también Pablo Echarri y Pampita Ardohain manifestaron intenciones de probarlo.

El llamado "chip sexual" puede ayudar a aumentar el deseo.
El llamado "chip sexual" puede ayudar a aumentar el deseo.

Luego de que varios famosos admitieran usarlo, el chip sexual se convirtió en un tema de consulta entre pacientes tanto de ginecólogos como de sexólogos y hasta de esteticistas. Lo cierto es que no es un “chip” en el sentido estricto de la palabra. Tampoco es “sexual”, aunque sí colabora con el incremento de la libido, tanto en hombres como en mujeres de edad media. Entonces, ¿qué función cumple y por qué cada vez más personas apelan a este dispositivo? Simplemente porque es un “concentrado de juventud”, con todo lo que ello implica.

Esto es, desde mejorar el aspecto de la piel y el pelo, hasta promover el incremento de la actividad sexual gracias a su dosis de testosterona, este dispositivo colabora con el descenso de peso en mujeres perimenopáusicas, ayuda a mantener la función eréctil por más tiempo en los hombres, colabora con la lubricación vaginal, promueve la creación de músculo, aumenta la energía, mejora el estado de ánimo y retarda la osteoporosis, entre otras maravillas.

Esto se debe a que el dispositivo, que se coloca en forma subcutánea mediante una pequeña incisión, contiene altas dosis de testosterona, indispensable para regular el funcionamiento hormonal del cuerpo, que se van liberando a lo largo del tiempo por un período de seis meses aproximadamente, luego de lo cual se reabsorbe.

La testosterona es la responsable de muchos factores que afectan nuestra calidad de vida. La aplicación en mujeres se integra en las llamadas terapias hormonales sustitutivas (durante, por ejemplo, los procesos de premenopausia, menopausia y posmenopausia, o tras intervenciones quirúrgicas como la histerectomía), y en las terapias llamadas “antiaging”, es decir, aquellas que buscan paliar los efectos fisiológicos propios de la edad.

Las mujeres también generan testosterona en niveles variables aunque normalmente en cantidades que se sitúan sobre la décima parte de la que generan los hombres, de modo tal que es una hormona determinante en el desarrollo y la salud de ambos sexos.

Con los años, la producción de esta hormona disminuye produciendo en las mujeres falta de tono vital, cansancio, los sofocos tan propios de la menopausia, pérdida de masa muscular o incremento de tejido graso, alteraciones en el sueño, disminución de la densidad ósea, producción de vello y disminución de la libido.

En una publicación del Grupo Gamma, una red integrada de salud con noticias online, las médicas ginecólogas Melisa Picco, Giselle Pérez e Invonne Guinle, explicaron que el “chip sexual” consiste en un implante que se coloca debajo de la piel, que tiene forma cilíndrica sólida, similar a un comprimido y que libera la hormona testosterona.

La ciencia conoce algunas de las funciones de esta hormona en el sexo femenino, quedando muchos interrogantes aún, por falta de investigación. La forma de testosterona que contiene el implante se llama bioidéntica ya que proviene de fuentes biológicas de origen vegetal. Esto hace que sea similar a la producida por el cuerpo. Pareciera que esta vía de administración disminuye los efectos indeseables de la testosterona ya que permite la administración de dosis equivalentes a las que tiene una mujer en premenopausia.

En los medios de divulgación masiva se asegura que no produce ningún efecto indeseable, aunque faltan trabajos a largo tiempo y con suficiente número de pacientes que corroboren esta hipótesis. Aunque su uso sólo está autorizado por los organismos regulatorios en el tratamiento de los trastornos del deseo sexual de la postmenopausia.

Es decir que al tratarse de una terapia hormonal transdérmica, su indicación necesita el asesoramiento del médico para determinar si la persona entra en el grupo que necesita utilizarlo y evaluará la respuesta terapéutica y el tiempo de uso apropiado a su situación.

La testosterona se muestra y actúa como especialmente vigorizante; su función hormonal es capital para mantener unos niveles óptimos de nuestra libido. Aunque está claro que esto por sí solo no alcanza para tener una sexualidad plena y feliz.

Por este motivo, no se recomienda la colocación del chip sexual sólo con fines lúdicos, ya que requiere una serie de extensos análisis y la colocación mediada por un profesional, ya que los efectos secundarios que puede ocasionar una incorrecta dosificación de testosterona, o un uso inapropiado pueden ser tanto estéticos (como que salgan pelos en la cara o en otras partes del cuerpo como las orejas) como desequilibrantes para el delicado sistema hormonal de nuestro organismo.

Ivana Villar, médica ginecóloga, obstetra, sexóloga y especialista en medicina estética, explicó al diario porteño Infobae cuáles son los beneficios, mitos y dudas sobre este chip, el cual ella aplica a sus pacientes y cada vez son más jóvenes quienes lo solicitan. “Lo que hace es que aumente la testosterona, que es una hormona que tienen los hombres y las mujeres y que empieza a descender a partir de los 30 años; es decir, que a partir de esa edad se puede colocar”, admitió.

Según ahonda Villar, hay diferentes tipos de chips sexuales. Uno para hombre, otro para mujer y la dosis de cada uno varía de acuerdo a las características del paciente según la edad, el peso, la altura y lo clínico, si el paciente está estresado, si duerme mal, si no tiene deseo sexual, entre otros factores.

“Hay pacientes que se sienten bien pero quieren estar mejor, recobrar más vitalidad. Hay otros que vienen por la falta de deseo sexual -que son muchos- y también por los sofocos menopáusicos”, detalló.

Aumenta el deseo sexual, el rendimiento y mejora la disfunción eréctil

– Mejora la calidad del sueño

– Mejora la piel y el pelo

Quema grasa

– Mejora la función cardíaca

– Disminuye la inflamación y el colesterol

– Normaliza la presión arterial

– Mejora la glucosa

– Mejora el estado de ánimo

– Aumenta la masa muscular

– Disminuye la osteoporosis

– Mejora el flujo sanguíneo al cerebro

Previene el Alzheimer

– Mejora la función cognitiva

– Mejora la resistencia física al entrenamiento

– Mejora los síntomas de la menopausia y los premenstruales

– Es energizante. Da sensación de bienestar

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