1 de septiembre de 2025 - 17:25

Por el fuerte rechazo, en San Martín dejaron en suspenso la remoción de pérgolas y gazebos del centro

A las 8.30 de la mañana iban a comenzar el trabajo en el centro de San Martín, pero una orden de último momento paralizó la medida

Estaba todo listo para empezar, pero una orden de último momento de un funcionario de la municipalidad de San Martín, frenó todo y la remoción de los gazebos y las pérgolas de las confiterías del centro de la ciudad quedó en suspenso debido al fuerte rechazo que había suscitado la medida.

"Guardá esa amoladora. Si nos hacen una foto, nos escrachan por todos lados", fue la frase que, a las 8.30 de la mañana de este lunes, paralizó el inicio de los trabajos.

Ya comerciantes y clientes estaban en alerta. Es que los cafés y pizzerías de las cuadras del centro de la ciudad de San Martín, sobre la avenida Boulogne Sur Mer entre Avellaneda y 25 de Mayo, son parte del paisaje y las costumbres de la ciudad más importante del Este de Mendoza y, que de pronto y sin aviso se iban a retirar las estructuras que se habían colocado en 2011, habían generado polémica y rechazo.

"Con esta medida corremos el riesgo de tener que cerrar", advirtieron el viernes los empresarios, cuando ya el rumor de remoción de las estructuras de la vereda, eran una orden concreta para este lunes.

El director de Obras de la comuna, Jesús Da Prá, había confirmado que “sacaremos las pérgolas y, más adelante, el resto de las estructuras”, para "realizar una mejora integral".

Sin embargo, reconoció que no hay un plan definido y que, en principio, el único objetivo era que los bares y pizzerías vuelvan a utilizar sombrillas y mesas y sillas removibles.

Ocurre que justamente ese fue el inicio del caos que, antes de 2010, sucedía en esas cuadras. Los comercios, cada uno a su criterio, invadían sin control las veredas y hacía dificultoso el tránsito.

En 2011, cuando se decidió la remodelación del centro de la ciudad, la construcción de pérgolas y gazebos, con diseños y materiales modernos, pareció resolver el problema.

A partir de allí cada negocio mejoró y embelleció la pérgola que le tocó.

Esto, sumado al resto de la modernización del centro, generó un buen movimiento en la zona.

Es cierto, después algunos propietarios de los locales, viendo que se había elevado la cotización de esa área, aumentaron los alquileres de manera desproporcionada y algunos negocios terminaron cerrando. Pero, aún así, esas cuadras siguen siendo las que concentran el movimiento gastronómico, especialmente los fines de semana.

Con la decisión de la comuna, este movimiento parecía correr peligro. Ahora, parece que la calma ha regresado.

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