La Organización Panamericana de la Salud (OPS) hizo una fuerte advertencia en la voz de su director, Jarbas Barbosa. “La hipertensión sigue siendo la amenaza para la salud más letal, pero también la más manejable”, sostuvo el referente al hacer un llamado urgente a intensificar el control de la hipertensión en las Américas.
Lo aseguró en un evento paralelo a la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrado hoy en el Yale Club. El evento, co-patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Resolve to Save Lives y Bloomberg Philanthropies, coincidió con la publicación del segundo Informe Mundial sobre la hipertensión arterial de la OMS, que revela que 1400 millones de personas en el mundo tienen presión arterial alta, pero solo una de cada cinco la tiene bajo control.
El informe dio cuenta de que más de 6 millones de personas reciben tratamiento para la hipertensión a través de la iniciativa HEARTS en las Américas en 28 países de la región. Pero además, 60% ha logrado controlar su presión arterial.
Riesgos de la hipertensión
“La presión arterial alta, también llamada hipertensión, puede dañar silenciosamente el organismo durante años antes de que aparezcan los síntomas. Sin tratamiento, la hipertensión arterial puede derivar en discapacidad, una mala calidad de vida o incluso un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular letal”, describe Mayo Clinic.
Refiere que puede causar daño en las arterias, el corazón y el cerebro. También en los riñones, los ojos, los órganos sexuales. Con todo esto puede causar una gran cantidad de problemas a la salud e incluso poner en riesgo la vida.
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Salud: Recomendaciones a la hora de tomarse la presión.
Clarín
En ese marco la entidad hace referencia a las emergencias de la hipertensión y advierte: “La presión arterial alta suele ser una afección crónica que causa daños lentamente a lo largo de los años. Pero a veces la presión arterial sube tan rápida y gravemente que se convierte en una urgencia médica. Cuando esto ocurre, es necesario un tratamiento inmediato, a menudo con atención hospitalaria”
Señala que en estas situaciones, la hipertensión arterial puede causar lo siguiente:
- Ceguera.
- Dolor en el pecho.
- Complicaciones del embarazo, como la preeclampsia o eclampsia, relacionadas con la presión arterial.
- Ataque cardíaco.
- Pérdida de la memoria, cambios de personalidad, problemas de concentración, irritabilidad o pérdida gradual del conocimiento.
- Daño grave en la arteria principal del cuerpo, lo cual también se llama disección aórtica.
- Accidente cerebrovascular.
- Alteración repentina en los latidos cardíacos que lleva a la acumulación de líquido en los pulmones y falta de aliento, lo cual también se llama edema pulmonar.
- Pérdida repentina de la función renal.
Oportunidad de dar batalla a la hipertensión
Sin embargo, “las intervenciones exitosas son posibles y están ocurriendo”, enfatizó el Director de la OPS. Los países que priorizan el control de la hipertensión, adoptan políticas públicas sólidas como la reducción de sal y tabaco, y fortalecen la atención primaria con protocolos estandarizados y acceso a medicamentos, están obteniendo mejores resultados.
La iniciativa Hearts (Corazones) en las Américas, que implementa el paquete técnico Global Hearts de la OMS, ejemplifica este progreso. “Hoy, 33 países están comprometidos con Hearts, 28 lo implementan activamente, 12 lo han integrado en más del 80% de sus redes de atención primaria, y más de 10.000 establecimientos participan. Más de 6 millones de personas reciben tratamiento para la hipertensión, con un 60% que ha logrado controlar su presión arterial”, detalló el doctor Barbosa.
Para el profesional, la iniciativa ha demostrado cómo la evidencia puede traducirse en acción a gran escala, “simplificando decisiones clínicas, mejorando la continuidad de la atención, permitiendo la redistribución de tareas y asegurando acceso confiable a medicamentos y dispositivos validados”.
Medidas urgentes
Hizo referencia al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3.4, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles para 2030. Por eso, destacó la urgencia de ampliar las intervenciones exitosas.
“Conocemos el costo de la inacción—millones de vidas perdidas prematuramente por enfermedades prevenibles”, concluyó el doctor Barbosa. “Las herramientas existen, la evidencia es clara, y ahora es el momento de actuar con urgencia, equidad y solidaridad para garantizar que alcancemos las metas globales para las ENT, sin dejar a nadie atrás”.