Pami, la obra social más grande del país, mantiene abiertos varios frentes de conflicto en Mendoza. Algunos de más larga data, otros más recientes, pero que en definitiva no llegan a una resolución definitiva, se apela a dilaciones o no tienen respuesta por parte de la entidad. Se trata de una situación crítica si se tiene en cuenta que en la provincia tiene 247.000 afiliados y que la mayoría son jubilados, adultos mayores, con problemas de salud y vulnerabilidades.
El último que se sumó fue la deficiente entrega de los pañales que los afiliados reciben todos los meses, ya que una parte no los está recibiendo aunque es algo que no pueden dejar de utilizar.
Se suma el conflicto más antiguo en relación al recorte en la cobertura de medicamentos, medida judicial mediante, y los inconvenientes con los médicos traumatólogos que el 1 de abril habían dejado de prestar servicios a los afiliados de la obra social. Sin un acuerdo sino con arreglos particulares y provisorios se ha logrado retomar la mayor parte de la atención aunque una resolución nacional ha convocado para que se resuelva el conflicto de fondo: el valor y la forma en que se les abonan los servicios.
Estas situaciones atentan contra la atención de la salud y las necesidades de los afiliados en tiempo y forma; un golpe más para el bolsillo de los jubilados en un contexto en el que sobreviven a duras penas con una jubilación mínima que es poco menos de $380.000 (considerando el bono de $70.000).
En este contexto, las reiteradas intenciones de Los Andes de obtener respuestas por parte de la entidad no encontraron más que silencio.
Pañales de Pami que no llegan
Desde junio el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (Pami) implementó una nueva forma de entrega de los pañales para sus afiliados en una estrategia que aseguraban redundaría en mayor eficiencia y calidad de los productos.
El 12 de mayo el gobierno nacional había anunciado un cambio drástico en el formato que antes incluía el retiro en farmacias con la incorporación de una empresa que se ocuparía de llevarlos a domicilio. Se señaló que los contratos anteriores no eran claros y que incluso los productos se revendían en redes sociales. Por eso, se destacó que el nuevo mecanismo implicaría mayor eficiencia al evitar intermediarios y lograr una mejor trazabilidad, además de ciertas exigencias en cuanto a la calidad.
Esteban Leguízamo - titular de PAMI.png
En el primer mes de implementación, el 11 de junio se anunció que ya se había entregado 76% del total. Sin embargo, inmediatamente después comenzaron a surgir reclamos de afiliados que no los habían recibido. No solo no recibieron los productos sino tampoco respuestas. En medio de la ola de frío muchos familiares e incluso los mismos afiliados se trasladaron hasta la empresa distribuidora, Urbano Express, que tiene sede en Mendoza en el departamento de Godoy Cruz. Así pudieron verse largas filas en la vereda a la espera de tener alguna solución. Les dicen que no figuran en el sistema, que la base de datos no está actualizada, que debían volver otro día o los redireccionan a las oficinas de Pami. Por teléfono, bastante difícil. Esto implicó un peregrinaje difícilmente aceptable con esas condiciones del tiempo y para adultos mayores que tienen ciertos desafíos al respecto. Ni hablar de los costos para jubilados cuyos ingresos ya son de por sí magros.
Reclamos similares se han visto en el resto del país. Se estima que son más de 200.000 los beneficiarios que reciben estos productos que, de hecho, no pueden dejar de utilizarse porque son de uso cotidiano.
Incluso la etapa de transición fue problemática: en mayo Pami dejó de entregar los pañales a las farmacias preparándose para el cambio en junio y contar con el stock. Por eso, las farmacias terminaron de entregarlos con el stock que ya tenían pero muchas se quedaron sin nada, lo que implicó que muchos afiliados tuvieran ir de farmacia en farmacia para conseguir la entrega de mayo. En definitiva, han resuelto como han podido.
Claramente Pami no les ha dado respuestas sobre cómo deben proceder. Tampoco las obtuvo Los Andes, ni de Pami, ni de Urbano.
La red social X sirvió de espacio para la catarsis y los reclamos de los usuarios abundan.
“Día 3 de julio del año 2025 y nadie atiende mi reclamo. Abandono de persona, los pañales son insumos necesarios para la calidad de vida de los adultos mayores. Maria Silvia Roviello Licenciada en enfermería”, reclamaba una usuaria.
Los traumatólogos de Mendoza no atienden a afiliados de Pami: reunión para llegar a un acuerdo
Los traumatólogos de Mendoza están en conflicto con Pami por los bajos valores
“@SPettovelloOK estimada usted sería tan amable de rever el tema Pañales y su entrega. El mes pasado gracias al cobro del medio aguinaldo pude comprarlos. @PAMI_org_ar no atiende las llamadas, Urbano tampoco”, señalaba otro.
“A partir de junio @PAMI_org_ar se hizo cargo de la entrega de pañales con la excusa de eliminar intermediarios y actos de corrupción. En junio no hubo intermediarios. Tampoco hubo entrega de pañales. Lo que sí hubo fue corrupción, porque quien tenía que cobrar el servicio cobró”, es otro de los innumerables mensajes.
Problemas en la atención de traumatólogos
Sobre el conflicto con los médicos traumatólogos en la provincia tampoco hubo declaraciones ni respuestas. Al menos por ahora, ya que las partes, incluido Pami, se verán obligadas a sentarse tras la resolución de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia que las insta a llegar a un acuerdo.
Los médicos traumatólogos de Mendoza renunciaron a la atención de afiliados de Pami en clínicas privadas desde el 1 de abril tras largos reclamos por los bajos valores que percibían y las dilaciones en el cobro. Ese mes los afiliados quedaron a la deriva, la atención fue muy escasa, salvo urgencias. Las clínicas manifiestan ser meras intermediarias ya que los valores los fija Pami.
Médicos y clínicas trataron de acomodar los valores de manera individual para sostener la atención. En el medio intentó mediar el Ministerio de Salud de la provincia. Durante toda esa crítica situación no hubo respuestas ni propuestas por parte de Pami, las clínicas están pagando de sus bolsillos la diferencia con los valores que paga Osep como parámetro.
Tras una denuncia presentada por algunas clínicas locales esta resolución emitida por Nación obligó a los traumatólogos a sostener el servicio, negarles la posibilidad de generar aumentos y obliga a las partes a sentarse para lograr un acuerdo. Si bien Pami no se ha expresado públicamente se supo por algunos referentes de las clínicas que ante esta exigencia evalúa una propuesta con nuevos valores.
Menos cobertura en medicamentos
La novela por la cobertura de medicamentos del Pami a sus afiliados suma varios capítulos. Pami dispuso a partir de septiembre del año pasado que 44 principios activos o moléculas dejaran de tener cobertura total. Esto implicó que por los que antes recibían de manera gratuita debieran comenzar a abonar una parte, que en algunos de alto costo se transforma en una suma importante. Más cuando son varios, algo común en adultos mayores.Ya antes se había tomado una disposición similar. Los productos de venta libre directamente dejaron de tener cobertura, sobre lo cual sostuvieron desde la entidad que no la tiene ninguna obra social.
El listado incluye aspirina, corticoides, medicamentos para el dolor severo como tramadol o morfina, antibióticos, antipsicóticos y antidepresivos, en un segmento en el que son frecuentes los problemas de salud mental y el deterioro cognitivo.
El impacto ha sido notorio: en las farmacias advierten que se venden 30% menos recetas por Pami y que los afiliados eligen qué llevar y dejan el resto porque no pueden pagarlo.
Tras una denuncia presentada por una asociación de jubilados de Mendoza, los últimos días de diciembre la Justicia Federal local suspendió el recorte. El juez federal Pablo Quirós, dispuso que la obra social volviera al esquema anterior hasta que se resuelva la cuestión de fondo. Incluso se establecieron multas por cada día de demora. No pasó nada. En mayo, Pami consiguió trabar la causa al solicitar el cambio de jurisdicción para trasladarla a CABA. Dilaciones mediante, esto no prosperó y volvió a la Justicia de Mendoza. Hace un mes, ésta determinó que la entidad recae en un continuo e injustificado incumplimiento y le aplicó una multa de $100.000 diarios directamente al director nacional de Pami, el doctor Esteban Leguizamo. Aún no ha pasado nada, la historia tiene final abierto y los jubilados resuelven o sobreviven como pueden.