Mendoza se ha consolidado como una de las provincias referentes en materia de donación y trasplante de órganos a nivel nacional.
La provincia se encuentra en el cuarto puesto a nivel nacional y superó el promedio del país.
Mendoza se ha consolidado como una de las provincias referentes en materia de donación y trasplante de órganos a nivel nacional.
Según las cifras del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), la provincia alcanzó una tasa de 25,40 Donantes de Órganos por Millón de Habitantes (DPMH), estableciendo la cifra más alta registrada en los últimos 10 años.
Este registro histórico posiciona a Mendoza en el cuarto puesto del ranking nacional, solo superada por Tucumán, San Luis y Neuquén. El crecimiento fue significativo: en solo un año, la provincia escaló desde el noveno al cuarto puesto, ubicándose siete puntos por encima del promedio nacional de 18 DPMH.
Este avance se da en el contexto de la “Ley Justina” (Ley Nº 27.447), una norma clave que entró en vigencia en 2018 en honor a Justina Lo Cane, una niña que falleció esperando un trasplante de corazón. La normativa establece que toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos, tejidos y células, a menos que haya manifestado expresamente su oposición.
El progreso también se ve reflejado en la cantidad de cirugías: este año se realizaron 224 trasplantes de órganos en la provincia. Del total, se destacan 115 trasplantes de córneas, 75 renales, 15 hepáticos, 9 de corazón y 4 renopancreáticos, además de 1 pulmonar.
Pese al volumen de la actividad, la lista de espera actual es de 329 pacientes. Esta lista se divide principalmente en: 202 personas esperando un riñón, 52 esperando un hígado y 37 un corazón o pulmón, además de 27 córneas y 11 páncreas.
El coordinador del Incaimen explicó que solo 4 de cada 1.000 personas que fallecen pueden ser donantes, lo que equivale a una tasa de 0,4%. Debido a la estricta necesidad de ciertas condiciones de fallecimiento para que la ablación sea posible, Fernández aclaró que siempre es más probable que una persona esté en una lista de espera a que sea donante.
Otro aspecto destacado es la edad de los donantes potenciales, que es cada vez más alta debido a la ampliación de los criterios de aceptación de órganos.
Hace 30 años, un donante de 50 años era considerado "muy grande". Sin embargo, gracias a los avances, los órganos de pacientes de 60 años pueden funcionar bien, aunque esto siempre se evalúa mediante análisis y ecografías exhaustivas en el hospital.