Los rugbiers hoy: depresión, temor constante a ser atacados y el miedo a que los separen

Los acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa viven la detención entre amenazas, aislamiento y el silencio hermético del caso que conmocionó al país.

Los jóvenes acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa permanecen detenidos en una cárcel de La Plata.
Los jóvenes acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa permanecen detenidos en una cárcel de La Plata.

El asesinato de Fernando Báez Sosa a comienzos de 2020 en Villa Gesell conmocionó a la opinión pública de todo el país. Tras la brutal golpiza que sufrió en la puerta del boliche La Brique, la reconstrucción del caso rápidamente mostró como principales sospechosos al grupo de rugbiers con el que se había enfrentado durante la madrugada del 18 de enero.

Los sospechosos fueron detenidos a las horas y desde entonces permanecen presos, ahora en la Alcaidía Departamental N°3 de Melchor Romero, en La Plata. Según lo señaló el portal TN, los jóvenes están alojados en cuatro celdas de tres por tres metros, las que son ocupadas de a dos reclusos.

Los rugbiers poseen un solo teléfono celular para contactarse con el exterior y sus familiares pueden verlos un día a la semana: cada lunes, entre las 8 y las 12, solo pueden entrar en contacto con sus mamás, papás, hermanos y hermanas o novias. Según lo detalla dicho portal, al principio sólo uno de ellos había anotado a una novia como visita, pero desde hace unos meses que la chica no va más.

Desde el inicio de la pandemia, las visitas higiénicas en la cárcel quedaron suspendidas y los encuentros con sus seres queridos se dan dentro de los protocolos por el covid y sin contacto físico, situación que aseguran provocó cambios en la conducta de estos reclusos: “Durante estos meses exhibieron cambios de conducta muy notorios, con cuadros depresivos”, reveló una fuente cercana. Los psicólogos de la alcaidía los entrevistan periódicamente: el motivo del cambio de ánimo es el encierro.

De lunes a viernes tienen permitido estar tres horas en el patio. Es ese el único espacio en el que los ocho profundizan el vínculo grupal. Además, ni ellos ni sus familiares o amigos quieren dialogar abiertamente con la prensa.

Los pedidos de entrevistas son muchos pero la respuesta es unánime y l hizo saber el abogado Hugo Tomei: ‘no’ rotundo por pedido de todos los involucrados.

“Nunca hicieron pedidos especiales. El teléfono celular que tienen recibe únicamente llamados y mensajes de texto. No poseen redes sociales ni WhatsApp. Pero mantienen un perfil bajo, ni siquiera han solicitado ingresar un televisor para las celdas o algún otro aparato tecnológico”, aseguran fuentes.

Además, fuentes del entorno de los rugbiers aseguraron a TN que “Sienten que todas las personas los odian y con ello el temor de la agresión física, dado que la verbal es constante, aunque en los últimos meses disminuyó”.

Los jóvenes tienen la sensación de que pueden ser atacados en cualquier momento y creen que quedarían aún más expuestos si son separados e incorporados en otros grupos carcelarios: este temor los invade de manera constante, transformándose en uno de los sentimientos más hostiles con los que deben lidiar a diario, detalla el portal.

“Son un problema para la unidad penal porque al Estado no le quedaría otra que hacerse responsable si algo les sucediera. Si los trasladan a otro lugar y les pasa algo, si la vida y la salud de ellos se pone en peligro, la responsabilidad es del Estado”, aseguran.

El juicio a los ocho acusados estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 1 (TOC 1) de Dolores y por el momento no tiene fecha.

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