La nueva droga para la obesidad es una oportunidad para uno de cada 4 adultos mendocinos

La semaglutida es una alternativa para quienes no han tenido resultados con tratamientos actuales, aunque su costo sería elevado. Promete buen descenso de peso sin usar psicofármacos.

El medicamento llegará a Argentina con el nombre comercial Wegovy. Se estima que costará unos $100.000.
El medicamento llegará a Argentina con el nombre comercial Wegovy. Se estima que costará unos $100.000.

La nueva droga para tratar la obesidad aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) ha generado grandes expectativas. Hay quienes han llegado a calificarla como “mágica” aunque lo cierto es que, despojada la novedad del entusiasmo que genera, hay que ser realista y sostener que por sí sola no lo será. Será una oportunidad para uno de cada cuatro adultos mendocinos desde el año próximo.

Como todo tratamiento para esta enfermedad considerada pandemia, el éxito requiere modificar conductas y sostener la adhesión a un tratamiento integral que incluye una alimentación saludable y la ineludible actividad física. Pero además, habrá que hacer algún esfuerzo que demuestre el compromiso ya que es fundamental adherir al tratamiento, que incluye comer bocados pequeños.

El laboratorio ha anticipado que habrá que esperar al menos un año para que esté en el mercado, según publicó la agencia de noticias Télam. El precio al que se estima que podría llegar no es justamente “popular”.

A través de la disposición 5591/2023, Anmat habilitó la inscripción en el Registro de Especialidades Médicas el principio activo “semaglutida” para este uso específico, que llegará con el nombre comercial Wegovy, elaborada por el laboratorio Novo Nordisck Pharma.

A nivel internacional la promocionan celebridades como Elon Musk, Lady Gaga y Kim Kardashian.

La obesidad preocupa a los especialistas locales y de todo el mundo ya que registra un incremento que se disparó durante la pandemia. Las dificultades para paliarla han encontrado un nuevo aliado: una forma de vida sedentaria que no colabora.

Los datos estadísticos ponen en evidencia el escenario: en Mendoza tienen obesidad 25% de los adultos, es decir uno de cada cuatro. El aumento ha sido sostenido ya que era 16,2% en 2005 y pasó a 20,5% en 2013. Hasta allí, los últimos datos disponibles.

En Argentina el aumento ha sido similar: llegó a 25,3% en 2018. Un relevamiento más exhaustivo, con mediciones físicas y no por autoreporte, elevó el dato a 32,4%. Pero la realidad que perciben en los consultorios, tal cual se alertó tras la pandemia, es que el impacto se ha profundizado.

“Se ha incrementado la prevalencia de exceso de peso. No tenemos datos posteriores a la pandemia, lo que sí podemos decir es que en la clínica, en los consultorios de los centros de salud y hospitales donde se aborda la temática de manera integral, sí se observa un incremento”, dijo Alejandra Mellado, jefa del Programa Provincial de Obesidad.

Por ello, los especialistas consideran que esta es una nueva oportunidad para quienes no han tenido éxito con las alternativas vigentes.

Destinatarios

Especialistas consultados aseguran que la nueva droga es prometedora, más allá de las características que la diferencian de la oferta actual. “De ninguna manera es un tratamiento mágico. Toda persona que se somete a un tratamiento para poder bajar de peso le cuesta mucho, implica mucha voluntad, mucha perseverancia. Esto es una ayuda que va a ir acompañada de la actividad física y del cambio de hábitos alimentarios. Sin esto, no va a ser exitoso el tratamiento”, señaló la licenciada Cecilia Llaver, decana de la Facultad de Nutrición de la Universidad Juan Agustín Maza.

Sucede que el producto promete un buen descenso de peso, paulatino, con menos efectos adversos que los tratamientos existentes y con la comodidad de ser inyectable en una dosis semanal.

Según lo ha anticipado la Anmat en su aprobación, está indicada para personas con obesidad y personas con sobrepeso que ya tengan alguna patología comórbida, como dislipidemia, hipertensión, diabetes o alguna otra alteración metabólica. El doctor Jorge Pujol, médico clínico y deportólogo especialista en obesidad, sumó que también es muy beneficiosa para personas con cirugía bariátrica o by pass gástrico que hayan vuelto a tener aumento de peso.

La licenciada Silvina Rodríguez, coordinadora del Departamento de Nutrición de OSEP opinó en el mismo sentido: “Las perspectivas, desde mi punto de vista, son buenas. Hay personas que generalmente han probado otros medicamentos, muchos han dado resultados, otros no. Sería una nueva posibilidad de tratar la obesidad en pacientes que, lógicamente, tienen que seguir además del tratamiento médico, el tratamiento nutricional, la actividad física como complemento y la ayuda psicológica para la aceptación y la continuidad del tratamiento”.

Mellado recalcó que la apuesta debe ser parte de un abordaje integral e interdisciplinario. Subrayó que la indicación de estos fármacos debe ser realizada por un médico especialista ya que no cualquier persona con sobrepeso puede usarla.

“Lo que nos preocupa es que se lo difunda como una droga mágica porque enciende en las personas una expectativa de que este fármaco puede resolverlo todo y, en realidad, la selección cuidadosa del candidato para este tipo de farmacoterapia lo hace el médico acompañado de un equipo interdisciplinario”, apuntó Mellado.

Cómo actúa la nueva droga

La Semaglutida ya estaba aprobada en el país para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Luego se descubrió que produce un efecto para combatir la obesidad: saciedad y reduce el hambre.

“La droga no es nueva, lo que se descubrió es que hay una hormona que produce el duodeno que se llama GLP-1, que tiene la capacidad de cerrar el esfínter pilórico del estómago, es decir, le detiene su vaciamiento y manda un mensaje al cerebro para que no comamos más. Es un mecanismo de regulación de la absorción alimentaria, de la digestión”, detalló el doctor Pujol.

Además, controla la producción de la insulina que se ve afectada por la obesidad y por lo cual los pacientes que la presentan terminan desarrollando diabetes. Dado que este principio activo ya se usaba en pacientes con esta última patología, se observó que en dosis altas, también adelgazaban y por eso se desarrolló con esta nueva finalidad.

Pujol detalló que drogas similares comenzaron a usarse en Europa y luego en Estados Unidos. Por ello, ya hay algunas en el mercado argentino y se están usando para tratar la obesidad, aunque fuera de indicación y en dosis menores, ya que están desarrolladas para diabetes.

Explicó que el primer análogo del GLP-1 efectivo para obesidad se llama Lidaglutide, una marca de Dinamarca, también de Novo Nordisk y cuya marca comercial es Saxenda. “En Argentina, hace dos años se empezó a usar el Saxenda como indicación para obesidad, que tiene el inconveniente de la colocación diaria. Después se vio que podían hacer un análogo que durara una semana, eso se llama semaglutida”, explicó el especialista.

En tanto, esta droga ya estaba autorizada en Argentina en su presentación comercial de 1,5 miligramos, con la marca Ozempic para la diabetes. La nueva propuesta terapéutica será de 3 mg.

Pujol comentó que la nueva apuesta tiene competencia: el dulaglutide, que está autorizado para diabéticos en Argentina con la marca comercial Trulicity y es de 1,5 miligramos. En otros lugares del mundo ya se usa para obesidad en presentaciones de 3 miligramos con colación semanal. El doctor aprovechó a sumar un chimento: aseguró que es la que usó Luis Miguel para bajar de peso.

Volviendo a la semaglutida, entre sus virtudes se destaca la comodidad de la aplicación, que favorece la adherencia al tratamiento. Su presentación es inyectable, es autoaplicable, viene en una caja con cuatro aplicaciones para colocar una inyección por semana y así cubrir el mes.

Otra de las virtudes que se le atribuyen es un buen descenso de peso paulatino y la promesa de perder al menos 12% del peso corporal en un año.

“Es una lapicera similar a la insulina”, explicó Llaver. Agregó que las personas con obesidad que pueden ser usuarias tienen un índice de masa corporal igual o mayor a 30. “Por supuesto que todo tratamiento tiene que estar acompañado de cambio de hábitos en la alimentación que perduren en el tiempo, teniendo en cuenta que la obesidad es una enfermedad crónica y evitar el sedentarismo aumentando la actividad física”, apuntó la licenciada.

“El asunto es que este medicamento produce una sensación igual a la del bypass gástrico cuando te operan el estómago. Es decir, no podés comer bocados grandes, tenés que comer bocados muy chiquititos. Los efectos secundarios son crisis de náuseas, vómitos y diarreas, generalmente asociados a pacientes que se colocan las inyecciones pero siguen comiendo bocados grandes”, resaltó Pujol. Esto implica que podrían evitarse si se tuviera este cuidado.

Hay otro punto a tener en cuenta en cuanto al acceso: el costo. El especialista señaló que el producto que hoy está en el mercado para diabetes cuesta en torno a los 100.000 pesos. Cabe esperar que cuando salga el nuevo con mayor dosis y otra indicación cueste al menos lo mismo o, seguramente, más. El agravante es que según mencionó Pujol, la obesidad no es considerada una enfermedad en el país y por ello, las obras sociales no suelen dar cobertura de estos medicamentos.

Puntos a favor

Respecto de lo que la nueva alternativa aporta como superador frente a los tratamientos actuales, Llaver consideró que la opinión que se puede dar es a partir de los estudios que han realizado. Enumeró que tiene muy pocos efectos adversos y mencionó náuseas, vómitos, dolor estomacal, trastornos gastrointestinales pero explicó que, a medida que el usuario se acostumbra, se van superando y desaparecen.

Agregó que se ha visto que el descenso de peso que produce no es repentino, sino paulatino y se pierde entre 10% y 17% del peso en 12 meses. “Es una droga y un tratamiento que va a ayudar, que seguramente es superadora a otros tratamientos que han existido y que han tenido muchas reacciones adversas”, subrayó Llaver.

“Creo que es un pilar más del tratamiento de la obesidad. Puede producir algunos efectos adversos, que eso también es muy individual de cada paciente, por eso todo este tipo de medicamentos es prueba. Probarlos en los pacientes, medirlos, ver si realmente dan resultado y no crear tampoco grandes expectativas, todo con objetivos de a poco, lograr el descenso de peso progresivo, no que sea en poco tiempo, es lo ideal”, opinó la licenciada Rodríguez. Aclaró que se trata de sostener el peso deseado si es que se logró y, si no, un peso deseable para la persona.

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