La Ciudad de Mendoza ya tiene una “esquina del canillita”

Es en Paso de los Andes y Pueyrredón, de la Quinta Sección. Hoy se descubrió una placa conmemorativa al canillita fallecido Juan Antonio Vidable, aunque el acto homenajeó a todos los vendedores de diarios que siguen resistiendo.

Momento en que se descubre la placa dedicada a Juan Antonio Vidable, este miércoles 24 de mayo a las 13. Es en la esquina de Paso de los Andes y Pueyrredón. / Los Andes
Momento en que se descubre la placa dedicada a Juan Antonio Vidable, este miércoles 24 de mayo a las 13. Es en la esquina de Paso de los Andes y Pueyrredón. / Los Andes

A partir de hoy, la esquina de Paso de los Andes y Pueyrredón se llama “La esquina del canillita”, en honor al vendedor de diarios fallecido recientemente, Juan Antonio Vidable, más conocido como “Juancito” o “Coco”.

La Municipalidad de Capital, a partir de la inquietud de numerosos vecinos y gente de los alrededores que apreció la labor y hombría de bien de Vidable durante décadas, decidió descubrir una placa conmemorativa en un acto sencillo y muy sentido.

Felipe Rinaldo, secretario de Turismo y Cultura de la Municipalidad de Mendoza, recordó que el pedido de homenajear a este carismático vendedor de diarios llegó al intendente Ulpiano Suárez. Así, el proyecto elevado al Concejo Deliberante fue aprobado de inmediato y sin objeciones y hoy se efectuó el descubrimiento de la placa.

“Juan era una persona muy querida que más allá de haber sido canillita también fue carnicero. Todos lo querían. Incluso cuentan que llegaban clientes de Godoy Cruz a comprarle ejemplares”, señaló el funcionario.

Añadió que el acto no tuvo sólo como finalidad reconocer su labor, sino también la de muchísimos canillitas que siguen apostando al diario impreso más allá de la era digital. “Hoy, la esquina de Paso de los Andes y Pueyrredón es una esquina icónica, la esquina de todos los canillitas”, concluyó.

Los Andes, que entregó ejemplares a los asistentes, también estuvo presente en el encuentro a través de Luciana Zanetta, encargada del área de Circulación. “En la actualidad tenemos más de 250 canillitas que distribuyen el ejemplar de Los Andes todos los días en toda la provincia y más de 80 kioscos de diarios, revistas y productos opcionales”, indicó Julieta Nadin, subgerente de Marketing Comercial.

Los Andes repartió ejemplares entre los que se hicieron presentes en el homenaje a Juan Vidable.
Los Andes repartió ejemplares entre los que se hicieron presentes en el homenaje a Juan Vidable.

“Para Los Andes Diario es un honor acompañar en este reconocimiento que realiza Municipalidad de la Ciudad de Mendoza al canillita que trabaja incansablemente todos los días, cuando todos descansan, para que nuestros lectores reciban las mejores noticias apenas se levantan en la mañana y salgan informados de sus hogares”, sostuvo.

Dijo, además, que se trata de reivindicar una actividad que no se ve porque trabajan en la madrugada “y sigue siendo un oficio que se transmite de generación en generación, manteniendo clientes de toda la vida, sus hijos y nietos”.

“El canillita renuncia a eventos, festividades, familia, para hacer un gran esfuerzo y dedicarse a esto que, en muchos casos, es un oficio que les apasiona. Más que merecido el reconocimiento de la sociedad y autoridades”, reflexionó Nadin.

Durante el acto, hubo varios momentos emotivos y se leyeron algunos párrafos de la ordenanza municipal, que fundamenta el homenaje en el fallecimiento del “querido amigo del vecindario” quien por más de 60 años se desempeñó como comerciante primero y luego como canillita del diario Los Andes en la esquina de calle Pueyrredón y Paso de los Andes.

El intendente Ulpiano Suárez participó del homenaje. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
El intendente Ulpiano Suárez participó del homenaje. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Agrega que “Juancito”, como todo el vecindario lo conocía, fue una persona intachable, muy trabajadora, siempre atenta a las necesidades de cualquier persona, respetuosa del prójimo, de personalidad alegre, divertida, honesta, desinteresada.

Logró que la vida le regalara un sinnúmero de amigos ganándose el cariño y respeto de todo el vecindario”, añade la ordenanza.

“Conocido su fallecimiento, el pasado mes de marzo, cantidad de personas se han acercado a brindarle pequeños homenajes. Es loable la labor del canillita, oficio noble de quienes son el último eslabón de la cadena que une a los editores con los lectores, personajes de un paisaje urbano que resiste el paso del tiempo”, detalla el escrito.

Entre las muchas palabras que se señalaron, se destacó a hombres y mujeres que profesan el oficio de “vender diarios”, quienes son dueños de noches y madrugadas; no conocen días de frío, lluvia o calor y salen a ganarse el pan del día.

“El oficio de canillita se aprende en una sola escuela: la calle. Quien lo oficia, lo hace con empeño sabiendo que es uno de los trabajos más duros y sacrificados. Tales razones, de significativa trascendencia, se amalgaman con la notable personalidad de Juan Antonio Vidable, fundada en valores éticos, circunstancias que animan al Departamento Ejecutivo a postular el merecido homenaje póstumo de sus conciudadanos y junto con su reconocimiento al de todos los canillitas de nuestra ciudad”, acota.

Un adiós sentido

En marzo pasado, una gran tristeza causó la desaparición física del canillita y fueron numerosas las personas que se acercaron a una suerte de “santuario” que se armó en la esquina mencionada de la Quinta Sección.

“Siempre te recordaré por tu respeto, apoyo y por el ser que fuiste. Tu mano abierta para saludarme todos los días. Tu pregunta habitual: ‘¿Cómo andás?’ y tu respuesta: ‘Paciencia, no queda otra’”, rezaba una carta firmada por Mónica Tertusio, uno de los tantos escritos de afecto.

Vidable no había cumplido aún 70 años, pero una afección pulmonar terminó por agravarse, provocándole la repentina muerte. Pero hasta hacía poco tiempo se lo solía ver saludable en la calle. “Era un tipo muy sociable, muy buena gente, siempre te hacía un chiste y muy respetuoso de los niños, las mujeres. No hay persona que te diga algo malo de él. Lamentablemente estaba solo y siempre fue muy reservado en sus problemas”, comenta Daniel Castro, el veterinario de la zona y amigo del canillita.

Dicen quienes lo conocían que “Juancito” prefería que nadie se enterara de la afección que iba a terminar con su vida.

Fue así, tras su muerte, que los vecinos pusieron manos a la obra y comenzaron a firmar un petitorio que fue acompañado como aval para realizar el pedido formal al municipio de rendirle un homenaje.

La única hija del canillita, Cristina, que es arquitecta y vive en Francia, llegó a Mendoza para casarse. Pudo darle un momento de alegría a su papá, que poco después comenzó a desmejorar. Sin embargo, y afortunadamente, Juancito pudo participar de la ceremonia.

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