17 de diciembre de 2025 - 07:30

Guarderías caninas en Mendoza: precios, requisitos y el boom de verano para dejar a las mascotas

En temporada alta, el alojamiento para perros puede superar los $25.000 por noche y llegar a $40.000 en fechas clave. Cómo funcionan estos espacios, qué cuidados ofrecen y qué buscan los dueños.

En Mendoza, hay algo que se reserva con más anticipación que una cabaña en la montaña y genera menos culpa que dejar a un familiar: la guardería canina. En diciembre, enero y febrero, los perros hacen check-in mientras sus dueños hacen malabares con el calendario.

El dato que sorprende es el precio: entre 20 y 25 mil pesos por noche, y hasta 40 mil si la estadía coincide con el 24 o el 31 de diciembre. No incluye desayuno continental, pero sí convivencia, cuidado constante y la promesa de que el perro la va a pasar mejor que muchos humanos.

Las guarderías caninas dejaron de ser un plan B improvisado para convertirse en un engranaje más de la rutina viajera. Daiana Estrella lo sabe bien. Desde su casa en Dorrego, donde funciona su guardería, cuenta que el movimiento fuerte va de diciembre a febrero, con estadías que suelen durar entre 7 y 15 días, aunque este año nota un cambio: la gente viaja más, pero menos días. “Hacen más escapaditas”, resume.

El emprendimiento nació casi sin plan, en plena pandemia, cuando la salud de su hijo la obligó a quedarse en casa. “Si del cielo te cae un limón, hacés limonada”, dice. Tenían patio grande, experiencia acumulada —su marido es peluquero canino hace más de 20 años— y una certeza: el trabajo con animales era algo que ya sabían hacer. Primero fueron los perros de la familia, después las recomendaciones y, más tarde, las redes sociales.

Hoy el cupo máximo es de 19 perros. “Es muchísimo”, se ríe, y aclara que el límite no lo pone el espacio sino el cuidado. “Cada perro trae una historia que hay que saber llevar”. En su guardería los animales andan sueltos, juegan, se meten en la pileta, duermen adentro y conviven sin caniles. “Para mí son como niños”, dice. Daiana los cuida junto a su marido y con ayuda ocasional, aunque aclara que no cualquiera sirve: la paciencia no se aprende rápido.

El precio del alojamiento va de 12 a 15 mil pesos la noche, con pequeñas rebajas para estadías largas o clientes habituales. Aun así, Daiana reconoce que otras guarderías ya manejan valores más altos por noche en esta temporada. “Este año se nota la crisis y la baja del turismo. Antes muchos turistas dejaban a los perros por el día cuando se iban de excursión. Ahora casi nada”. En diciembre, asegura, la ocupación cayó un 50 por ciento respecto al año pasado. El viaje a Chile, habitual para muchos mendocinos, también se reprogramó por cuestiones de inseguridad.

Ubicar al perro o comer Vitel toné

Las fiestas son un capítulo aparte, ya que se cobra más porque el trabajo se multiplica, aseguran las guardianas de las mascotas. La pirotecnia sigue siendo un factor de estrés, aunque menor que otros años. “Uno que grita, gritan todos”, explica. En su caso, el patio grande y la disposición de la casa ayudan a amortiguar el ruido.

Así, el 24 y 25 de diciembre, como el 31 y 1° de enero, el valor llega a 40 mil pesos por día, casi el doble que el año pasado. “Es cuando más trabajo hay y más cuidados requieren. No dejamos de amar el trabajo, pero claramente nos esclaviza en muchos momentos. Aunque parece mucha plata, es muchísima la responsabilidad y mientras todos celebran las fiestas nosotros estamos pendientes de sus perritos”, aclara Silvina Spongia, veterinaria y dueña de la guardería De Vacaciones, en Godoy Cruz.

En Godoy Cruz, la guardería OHM PET funciona como un emprendimiento familiar entre madre e hija. Rosa Martín y Galia Leiton, veterinaria, cuidan hasta 13 perros chicos dentro de su casa, sin caniles. “Este año bajaron las reservas. El año pasado, a esta altura, ya estaba todo febrero completo. Ahora la gente especula mucho más y decide a último momento”, cuenta Rosa.

Los precios, explican, se autorregulan en un grupo de WhatsApp que comparten con otras guarderías. Para esta temporada, el valor habitual se mueve entre los 20 y 25 mil pesos la noche. La exigencia excluyente es la sociabilidad. “Si no se lleva bien con otros perros, no puede quedarse. Acá convivimos todos”, explica. Piden vacunas al día, alimento propio y una mantita. Los platitos los ponen ellas.

Todos los días envían fotos a las familias. “Es para que se queden tranquilos”, dicen. Rosa asegura no tener preferencias, aunque admite que su hija tiene debilidad por los pinscher, los chihuahuas y los perros viejitos. Entre las anécdotas, recuerdan una cachorra de gran danés que adoraba el azúcar y se sentaba en el medio de la mesa como si fuera un centro decorativo, y a Clarita, una perrita con parálisis en las patas traseras que quedó marcada en la historia afectiva del lugar.

Golden en Guardería
Los perros disfrutan el agua en el verano. Foto: Gentileza Silvina Spongia.

Los perros disfrutan el agua en el verano. Foto: Gentileza Silvina Spongia.

Por su parte, la veterinaria Spongia confirma que el rubro se volvió más exigente. “Muchos dueños dicen que sus perros son buenos y después no lo son tanto”, advierte. Hace ocho años que trabaja en esto y hoy maneja un cupo de entre 10 y 12 perros. Los animales pasan tiempo adentro o afuera según la temperatura y el tipo de pelaje.

Para ingresar, los requisitos son claros: carnet de vacunación con quíntuple y antirrábica a nombre del dueño, desparasitación interna y externa, pipeta recomendada y alimento propio. No reciben gatos —por su territorialidad y riesgos sanitarios—, pero sí, en el caso de Daiana Estrella, ha cuidado conejos y hasta cuyis en jaula.

Ella se especializa en razas pequeñas y, según su experiencia, el perro ideal para cuidar es el mestizo chico o, en sus palabras, ese perrito callejero que fue adoptado. “Se enferma menos, se la aguanta más, tiene, como dice el dicho, carne de perro”.

Los dueños deben traer mantita, colchón, alimento y, si quieren, un juguete de apego. Silvina, la veterinaria, atiende casos especiales: perros diabéticos, alérgicos o con dietas caseras estrictas.

Entre vacunas, mantas y cuidados especiales, las guarderías caninas se consolidan como una opción cada vez más elegida por quienes, al momento de viajar, saben que su perro quedará acompañado y bien cuidado.

Buena conducta, condición excluyente

Silvina Spongia, a diferencia de las otras dos guarderías acepta perros de todas las razas y tamaños, pero siempre con prueba previa. “Los cruzo con otros perros y veo cómo se llevan. También tienen que llevarse bien con niños: tengo hijas de 7 y 10 años”. Para ella, el desafío no es la cantidad sino la combinación. “Cuando se arma un grupo que se lleva bien, es hermoso”.

Para Rosa Martín también el hecho de que el perrito se integre bien al grupo es “excluyente” y asegura que incluso siempre pide un contacto de emergencia de algún familiar y amigo que se queda en Mendoza. “Por ahora nunca tuvimos problema”, aclara, orgullosa.

Entre caniches intensos, perros que se quedan 55 días de “huésped” y otros que no quieren volver a casa, las guarderías caninas mendocinas se consolidan como respuesta a una pregunta cada vez más frecuente: ¿con quién dejamos al perro? La respuesta no es barata, pero para quienes lo consideran parte de la familia, el precio —al menos por ahora— no se discute.

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