“Katy Perry es la banda sonora de mi vida”, así describió Julián Mazzucotelli su vínculo con la estrella. El mendocino, que está a punto de cumplir 32 años, subió al escenario en el primer show del martes en Buenos Aires de la cantante estadounidense y contó su lucha contra el cáncer. Lo que no pudo decirle, por los nervios y la barrera del idioma, es que, sin saberlo, ella fue su “testigo” (“Witness”, en referencia al nombre del álbum de 2017) y heroína de una enfermedad que transitó en silencio.
En cuanto Julián vio en redes sociales que Katy Perry volvía a Argentina después de siete años, no dudó en hacer espacio en su tarjeta de crédito y pagar, en cuotas, la entrada.
Además, organizó sus vacaciones en el trabajo específicamente para que coincidieran con el 9 de septiembre. El joven, oriundo de Guaymallén, viajó a Buenos Aires como un devoto que va a agradecer a su santa una intercesión que pidió en su show anterior.
La lucha del mendocino Julián contra el cáncer y el vínculo con Katy Perry
En enero de 2018, Julián recibió el peor diagnóstico: tenía cáncer de colon. En marzo de ese año, la artista se presentaba por cuarta vez en el país en el marco de la gira "Witness".
“Tenía que empezar el tratamiento; estaba en un mal momento de mi vida y ella fue una salvación, un llamado a poder continuar con mi vida y con lo que era yo en ese momento. La fui a ver y fue mágico en ese sentido”, comentó Julián en una charla exclusiva con Los Andes. Y agregó: “La vi cuando tenía cáncer y no sabía qué iba a pasar conmigo…”.
Julián destinó el dinero que había ahorrado para otras necesidades viajó solo para verla, ritual que repetiría en 2025. Si bien sus amigos querían acompañarlo, no podían costearse los pasajes, la estadía y la entrada.
“Fue bastante difícil. Aparte de eso atravesaba otras cosas complicadas lo que terminó de detonar mi salud mental. Agradezco a la vida que tuve a uno de mis mejores amigos, con quien somos muy cercanos desde hace 18 años. Él estuvo ahí y logró sacarme adelante, hacerme entender que había más en la vida y que podía superar todo”, relató.
Sobre Katy, el fan añadió: “A través de su música decía lo mismo: que podía vencer cualquier obstáculo. Ellos fueron mi horizonte para poder avanzar”.
Inmediatamente, después del show de 2018, comenzó su tratamiento contra el cáncer. Durante un año, el joven —que en ese momento tenía 25 años— se realizó quimioterapia que le producía fotosensibilidad y otras consecuencias: mide 1,81 metros, pero llegó a pesar 45 kilos.
Julián con su cartel en el concierto de Katy Perry.
Julián con su cartel en el concierto de Katy Perry.
gentileza
“Durante las quimios no podía escucharla. Después llegaba a mi casa y me desplomaba: dormía 12 o 15 horas. Al otro día uno empieza a estar medianamente bien y ahí sí volvía a poner su música”, recordó.
Sobre el proceso de atacar el cáncer, Julián contó: “Decidí hacerlo todo solo, no se lo dije a nadie. No quería que cargaran con el peso negativo de una enfermedad tan delicada. Lo tapé todo el tiempo y no fue fácil”.
Para esa época, Katy Perry había lanzado “Witness” (“Testigo” en español), un disco que, según Julián, lo acompañó mucho durante su enfermedad. Se trata de uno de los álbumes más personales de la artista, donde muestra sus debilidades y lucha contra pensamientos autodestructivos. Algo que reflejaba muy bien lo que estaba viviendo el mendocino.
“Ella vivió cosas muy duras, incluso tuvo ideas suicidas. Obviamente, Katy no lo sabía, pero justo en ese momento yo también estaba pasando por lo mismo”, contó. Finalmente, en 2019 entró en remisión y desde entonces sigue así.
El tema favorito del joven es “Rise”, del álbum “Witness”, una canción de autosuperación y de levantarse después de los momentos oscuros.
Julián destinó el dinero que había ahorrado para otras necesidades y viajó solo para verla. Ese ritual lo repitió en septiembre de 2025.
El especial encuentro del mendocino con Katy Perry sobre el escenario
Tras esas declaraciones cobra aún más relevancia que en su encuentro de este martes en el escenario, sin saberlo, la cantante le haya hecho tres preguntas claves luego de ver el cartel del joven donde le contaba que había vencido el cáncer: “¿Fue duro?”, “¿Estás sano ahora?” y “¿Sos feliz?”, lo interrogó en un inglés lento y claro.
“Yo sé inglés, pero en ese momento se me nubló la mente. No me caía la ficha de que estaba ella enfrente mío. Vengo de un lugar muy humilde y nunca pensé que la iba a conocer”, reconoció sobre el encuentro, que inició antes de lo que se vio arriba del escenario y en redes sociales.
Cuando Katy recorría el público observó el cartel de Julián y le expresó, en una charla íntima entre ellos cuando ella bajó al vallado, que estaba muy contenta de que hubiera superado el cáncer.
Después, la artista siguió su recorrido y seleccionó a una chica para que suba al escenario, Gabriela. Pero cuando parecía que la interacción se había terminado para el mendocino, volvió hasta donde estaba él y le preguntó si se animaba a subir.
“Poder abrazarla, tocarla y decirle que la amaba y que era mi heroína fue maravilloso, un sueño cumplido. Siempre soñé con poder agradecerle porque ella es la banda sonora de mi vida”, cerró el joven, fiel seguidor de una "santa" resiliente.