Después de pasar cuatro décadas en cautiverio, el tortugo Jorge continúa sorprendiendo a los especialistas con su adaptación al mar abierto. Desde que fue liberado en aguas del Atlántico argentino hace casi 20 días, ya recorrió 800 kilómetros y actualmente se encuentra en Brasil.
El ejemplar de tortuga cabezona de la especie Caretta avanza con buen ritmo y muestra signos muy positivos: su musculatura está fuerte, se alimenta correctamente y se orienta sin inconvenientes, demostrando que mantiene intactas sus habilidades para desenvolverse en su hábitat natural.
Antes de su liberación, se le colocó un rastreador satelital en el caparazón, dispositivo que permite seguir sus movimientos en tiempo real. El sistema fue instalado gracias al aporte de la Ciudad de Mendoza y es monitoreado por Mariela Dassis, investigadora del CONICET, y Laura Prosdocimi, bióloga del Museo Argentino de Ciencias Naturales.
Tortugo Jorge
El tortugo Jorge llegó a aguas brasileñas.
Mendoza Ciudad
Tortugo Jorge cerca de su hogar
El tortugo Jorge fue reinsertado en su hábitat el 11 de abril, a unos 28 kilómetros de la costa de Mar del Plata. En su travesía ya cruzó el Río de la Plata y actualmente nada en aguas de Brasil. De este modo, se encuentra cada vez más cerca de la región donde habita naturalmente su especie.
El transmisor, de la empresa francesa Argos, funciona con el llamado “efecto Doppler”: emite una señal que es captada por satélites, los cuales calculan su ubicación y la transmiten a las investigadoras cada tres horas. De esta forma, se puede seguir el trayecto del tortugo Jorge con gran precisión.