Entre montañas verdes y playas de arena fina, Garopaba combina la calma en verano del sur de Brasil con una energía romántica ideal para parejas. Este pequeño balneario del estado de Santa Catarina, a solo dos horas de vuelo desde Argentina, se destaca por su mar azul profundo, senderos naturales y posadas con encanto.
Garopaba forma parte de la llamada “Costa Verde y Mar” del sur brasileño, famosa por sus paisajes naturales bien conservados.
La Praia do Silveira y la Praia da Ferrugem son las más conocidas: una ideal para el surf, la otra para descansar al sol y caminar por la orilla.
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El entorno de morros, vegetación densa y aguas limpias crea una sensación de aislamiento perfecta para desconectar del ritmo urbano. En la zona también se pueden observar ballenas francas australes entre julio y octubre.
Ambiente romántico y gastronomía costera
Las posadas rústicas con vista al mar y los bungalows entre los cerros hacen de Garopaba un destino elegido por parejas.
Muchos hospedajes ofrecen habitaciones con hidromasaje, balcones panorámicos y desayunos artesanales con frutas locales y pan de queso recién hecho.
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La gastronomía tiene un fuerte acento marítimo: pescados frescos, camarones, ostras y moquecas servidas frente a la playa.
Por la noche, el pueblo se ilumina con faroles, música suave y bares pequeños donde disfrutar una copa frente al mar.
Cómo llegar desde Argentina
Desde Buenos Aires, hay vuelos directos a Florianópolis, y desde allí se puede llegar a Garopaba por ruta en apenas 90 minutos.
La distancia total es de 95 km, con carreteras en excelente estado y vistas al litoral atlántico.
También se puede llegar en auto desde Argentina, atravesando los pasos fronterizos de Misiones o Corrientes, en un recorrido de unas 14 horas totales, ideal para quienes disfrutan de la ruta.