5 de octubre de 2025 - 11:54

El papa León XIV pidió otra vez el fin de la guerra en Gaza y una paz "justa y duradera"

El Pontífice aseguró que sigue “profundamente dolido por el inmenso sufrimiento del pueblo palestino en Gaza”, y exhortó a liberar los rehenes.

Durante la misa del Jubileo de los Migrantes y del Mundo Misionero celebrada en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV dedicó otro mensaje al conflicto en Gaza. Con preocupación, pidió el fin de la guerra y exhortó a alcanzar “una paz justa y duradera” que ponga fin al sufrimiento del pueblo palestino.

Antes del rezo del Ángelus, el Pontífice instó a la comunidad internacional a redoblar los esfuerzos para lograr un acuerdo que permita detener la violencia. “Sigo profundamente dolido por el inmenso sufrimiento del pueblo palestino en Gaza”, expresó.

El Papa también exhortó a las partes responsables “a comprometerse con decisión en este camino, a cesar el fuego y a liberar a los rehenes”.

A pesar del dramatismo, León XIV reconoció que “se están dando algunos pasos significativos en las negociaciones de paz”, y expresó su esperanza de que “pronto puedan dar los frutos deseados”.

El Obispo de Roma también invitó a los presentes a mantenerse unidos en la oración “para que los esfuerzos en curso logren poner fin a la guerra y nos conduzcan hacia una paz justa y duradera”.

Terremoto en Filipinas

Además de la crisis en Oriente Medio, el Papa expresó su cercanía al pueblo filipino por el fuerte terremoto que sacudió la región central del país el pasado 30 de septiembre, y dedicó palabras a los migrantes y misioneros, reiterando con fuerza.

“En primer lugar, siempre, la dignidad humana” y asegurando que “nadie debe ser obligado a partir ni ser explotado o maltratado por su condición de necesitado o de extranjero”.

Sobre el antisemitismo

El Sumo Pontífice se refirió al resurgimiento del antisemitismo en el mundo, particularmente aludiendo al atentado contra una sinagoga en Mánchester.

“No podemos permanecer indiferentes ante el odio”, advirtió, y pidió que los creyentes sean “constructores de fraternidad y de esperanza”. El líder de la Iglesia concluyó agradeciendo a “los tantísimos niños que, en todo el mundo, que se han comprometido a rezar por esta intención” de paz.

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