La amplia familia marista de Mendoza ha atravesado la triste noticia de la muerte del hermano Ramón Gregorio, una figura de gran trascendencia en la congregación de Mendoza, docente comprometido con la educación de niños y jóvenes, fundador de dos escuelas.
La partida del hermano Gregorio (era su apellido) se produjo en la madrugada del sábado, en la residencia de los hermanos mayores que la congregación posee en Pilar, provincia de Buenos Aires, siendo sepultados sus restos en el cementerio bonaerense de Luján.
Hermano Ramón Gregorio
Ramón Gregorio tenía 91 años, era español, nacido en la ciudad de Palencia y tuvo una vida religiosa marista de 73 años.
Su legado en Mendoza
Su actividad en Mendoza se extendió entre la década del ’60 y 2019, año en que se alejó definitivamente de la provincia.
La actividad de este docente y sus enseñanzas fueron acogidas y valoradas por la comunidad del Colegio San José de los Hermanos Maristas, en su antigua ubicación de la avenida San Martín y luego en la nueva sede del establecimiento, en la Villa Marista del distrito El Challao.
Fue uno de los artífices de la construcción de la escuela Champagnat en El Challao, tarea en la que tuvo la colaboración de otros hermanos de la orden, de personas de la comunidad y donde contó con el apoyo insustituible del ingeniero civil Luis Miguel Dorca, como constructor.
Colegio San José de los hermanos Maristas.
Colegio San José de los hermanos Maristas.
Otra escuela que ayudó a levantar el empeñoso marista fue la “Santa María de Belén”, del humilde barrio Santa Teresita, de El Plumerillo, Las Heras, donde eran necesarias nuevas aulas en reemplazo de un espacio en pésimas condiciones para enseñar.
Por su entrega a la docencia y por haber construido establecimientos en sustitución de escuelas rancho, la Legislatura Provincial lo hizo acreedor el 17 de agosto de 2011 a la “Distinción Sanmartiniana”, un reconocimiento otorgado por la Casa de las Leyes a ciudadanos destacados por su labor en diversas áreas como Artes, Humanidades, Servicio a la Comunidad, Desarrollo Sustentable, entre otras.
El ingeniero Luis Santiago Dorca, exalumno marista y amigo del fallecido, rescató las cualidades del educador y recordó sus dimensiones espirituales y personales, su forma de propiciar el espíritu crítico en la enseñanza, los principios democráticos y la convivencia ética. “Lo percibíamos -dijo el profesional- como un santo que caminaba entre nosotros”.
El alejamiento definitivo de este religioso repercutió en la localidad de Villa Allende (Córdoba), donde se realizaba una reunión de la Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos (Confar)