16 de noviembre de 2025 - 08:00

Cómo y dónde viven los mendocinos: tres de cada 10 hogares tienen déficit de calidad o servicios

Un informe de la la DEIE da cuenta de amplias brechas. El hacinamiento afecta al 5% de las viviendas y uno de cada 10 tiene tenencia irregular.

Un informe reciente elaborado por la Dirección de Estadísticas e investigaciones de Mendoza (DEIE), ofrece una radiografía detallada sobre cómo viven los mendocinos y revela una realidad marcada por contrastes: tres de cada diez viviendas presentan algún tipo de déficit, ya sea por la calidad de los materiales de construcción o por la falta de acceso a servicios esenciales como gas o cloacas.

Además, las brechas son especialmente marcadas entre zonas urbanas y rurales y entre el Gran Mendoza y el resto de las regiones. Es una muestra más de los contrastes existentes en diversos planos al interior de la sociedad que se expresan no sólo a nivel local sino que se aprecian de manera marcada entre las diversas provincias del país.

El asunto es que estos no son solo números sino una muestra de realidades, a veces ajenas para la mayoría, pero con fuerte impacto en las condiciones y calidad de vida.

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“La vivienda representa un bien vital para la existencia humana, porque permite refugio, protección ambiental, seguridad y privacidad”, define la Encuesta de Condiciones de Vida 2024 en cuanto a las implicancias de estos espacios.

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Mendoza: tres de cada diez viviendas presentan algún tipo de déficit

Mendoza: tres de cada diez viviendas presentan algún tipo de déficit

En Mendoza, nueve de cada diez viviendas son casas (89,7%), mientras que 9,3% son departamentos. Aunque 0,9% habita viviendas precarias (1 de cada 100), en el Sur provincial esa proporción sube a 2,7%. La mayor concentración de departamentos se registra en el Gran Mendoza (12,1%), como es esperable. Es donde se aglomera la mayor proporción de la población: 60% habita allí.

Calidad de las viviendas en Mendoza

Uno de los aspectos que el organismo considera para evaluar las condiciones en las que vive la gente en Mendoza es la calidad de los materiales de la construcción. La conclusión que muestra el análisis es que cuatro de cada diez hogares no alcanzan niveles suficientes.

Para evaluar la calidad de las viviendas, el informe se basa en los criterios del Índice de Privación Material del Indec, que analiza tres aspectos: material predominante de los pisos interiores, material de la cubierta exterior del techo y presencia o ausencia de cielorraso.

A partir de esos indicadores, se clasifican como suficientes, parcialmente insuficientes o insuficientes. Tras la evaluación, se pudo saber que en Mendoza:

-63,6% de las viviendas tienen calidad suficiente,

-27,2% son parcialmente insuficientes,

-8,9% presentan calidad insuficiente.

Además, la desigualdad territorial es contundente, lo cual también se refleja en otros aspectos. En zonas rurales, 25% de las viviendas tiene calidad insuficiente, mientras que en el Gran Mendoza esa proporción cae al 4%.

El Valle de Uco y el Sur provincial concentran el mayor porcentaje de viviendas de calidad insuficiente (22,3% y 20,8% respectivamente), mientras que en el Este y el Noreste los niveles caen a 10,7% y 12,3%.

Fuertes contrastes en acceso a servicios

El acceso a los servicios esenciales también muestra contrastes al interior de la provincia. El acceso al agua potable muestra alta cobertura: 93,3% de las viviendas está conectada a la red. Pero en cuanto al gas y cloacas la situación cambia drásticamente: de la totalidad de los hogares 69,6% accede a gas de red, mientras que 71,6% tiene conexión a cloaca.

Esto implica que casi un tercio de los hogares mendocinos no accede a gas o cloacas, un déficit que se profundiza en las zonas rurales. El acceso al gas en la zona urbana es de 83,5% mientras que es de 24,2% en las zonas rurales. Otro tanto sucede con las cloacas: en la zona urbana es de 87,7% pero en la zona rural es de 18,7%.

Las regiones también muestran disparidades: el Noreste es la zona más relegada, con apenas 34,6% de acceso a gas y 27,4% a cloacas.

El informe utiliza además el indicador de instalaciones sanitarias, que combina origen del agua y tipo de desagüe del inodoro. En ese sentido considera:

-Calidad satisfactoria: red de agua + cloaca.

-Calidad básica: red de agua + pozo con cámara séptica.

-Calidad insuficiente: agua de pozo, cisterna, río, acequia, lluvia y desagüe a pozo ciego o excavación.

Viviendas
Mendoza: tres de cada diez viviendas presentan algún tipo de déficit

Mendoza: tres de cada diez viviendas presentan algún tipo de déficit

“Los hogares de zonas urbanas acceden a instalación de agua de red pública y cloacas, mientras que en las zonas rurales los porcentajes de servicios insuficientes y básicos aumentan por el bajo nivel de conexiones a red de cloacas”, señala el informe.

Mientras que en las zonas urbanas 87,3% de las viviendas alcanzan una calidad satisfactoria, en las zonas rurales lo hace apenas 18,2%. De hecho, en estas últimas, el 53,4% se encuentra en calidad insuficiente, es decir, más de la mitad.

Distancias a servicios esenciales

La Encuesta analizó también la distancia promedio entre las viviendas y los servicios públicos. La distancia promedio en zonas urbanas de Mendoza a un centro de salud es de 1,4 km pero en algunas zonas esto llega casi a duplicarse, como es el caso del Noreste, donde la distancia promedio es de 2,6 km y es donde este indicador es más elevado. También deben recorrer grandes distancias quienes viven en Valle de Uco donde la distancia promedio es de 1,8 km y quienes viven en el Sur donde es de 1,9 km. La zona donde menos distancia se debe recorrer es el Este donde es de 1,1 km mientras que en Gran Mendoza es de 1,3 km. En contraposición a esto, el promedio en zonas rurales es de 2,9 km, el doble y llega a 4 km en el Noreste.

También en zonas urbanas, la distancia a establecimientos educativos es más pareja y en promedio deben recorrerse 1,1 km salvo en el Sur donde es levemente superior y llega a 1,5 km. El Sur es la región donde hay mayor distancia promedio para llegar a una comisaría y es de 2,4 km, bastante más elevado que el promedio total de la provincia que es de 1,6 km. El resto de las regiones están más o menos dentro del promedio. En zonas rurales el promedio es de 2,4 km.

Otros de los servicios indagados es el acceso a alumbrado público. En la zona urbana 97,9% de las viviendas tienen este servicio mientras que en la zona rural 77,1%. Mayor es la brecha en cuanto al pavimento que en la zona urbana es de 91,5% y en la zona rural 41,8%. En tanto, en la zona rural, 35% de las viviendas no tienen recolección de residuos.

Características de los hogares

El informe revela que en Mendoza 1 de cada 10 hogares tiene tenencia irregular, es decir, no cuenta con la formalización legal de la vivienda o el terreno. En tanto, el tamaño promedio de los hogares es de tres personas.

Además, el hacinamiento afecta al 5% de los hogares, un dato que impacta en la privacidad y las condiciones sanitarias. El 94,9% vive sin hacinamiento, mientras que el 1,2% atraviesa situaciones críticas —más de tres personas por cuarto— y el 3,9% presenta hacinamiento moderado.

En cuanto a su composición, los hogares unipersonales representan el 16,7% del total, mientras que los monoparentales —casi dos de cada diez— alcanzan el 18,9%, y en el 90% de estos casos la jefatura es femenina.

Los hogares nucleares, en los que viven dos cónyuges con o sin hijos y quizás con otros familiares, siguen siendo los predominantes y alcanzan casi seis de cada diez. Dentro de ellos, el modelo tradicional —pareja con hijos— representa el 32,2%, mientras que los nucleares sin hijos llegan al 18,4%.

El informe también muestra marcadas diferencias etarias. Los hogares con jefatura joven (hasta 25 años) son apenas el 3,9%, mientras que los de jefatura envejecida (60 años o más) representan el 41,3%. General Alvear lidera este indicador: allí, la mitad de los hogares tiene jefes o jefas mayores.

En paralelo, el 34,6% de los hogares tiene al menos un niño menor de 14 años, pero en Lavalle la proporción supera el 50%, convirtiéndose en la región con mayor presencia infantil.

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