Mendoza dio un paso histórico en la regulación del cannabis. La provincia, pionera en el país en contar con normativa sobre cultivo de cannabis medicinal y cáñamo industrial, reglamentó finalmente la ley que venía dando vueltas desde hace varios años.
Valentín Stradella, empresario del sector y referente de la producción mendocina, celebró la medida: “Es un paso importantísimo, después de meses de trabajo constante y colaboración con el Ejecutivo de la provincia y las áreas involucradas. Estamos muy felices, es un avance fundamental”, afirmó en diálogo con Aconcagua Radio.
El cáñamo industrial, explicó Stradella, tiene múltiples aplicaciones: “Actualmente se hace ropa, fibra, materiales de construcción y suplementos alimenticios a partir de sus semillas, que son de alta proteína. Es una planta sumamente versátil e interesante”. Además, recordó que su uso no es nuevo: “Ya en 1830 se hacía hincapié en el cáñamo para fabricar sogas y cuerdas de barcos”, agregó.
En cuanto al cannabis medicinal, la nueva reglamentación crea un registro provincial de usuarios, facilitando el acceso a tratamientos supervisados por profesionales. Stradella destacó que esto permite un marco legal claro: “Ahora hay un marco provincial y nacional que permite avanzar con investigaciones y desarrollo de manera segura”.
El proyecto comenzó en 2020, impulsado por José María Videla, actual responsable del área de cannabis del Gobierno de Mendoza. “Él participó activamente en la reforma y modernización de la ley. La cultura también cambió: la sociedad es más receptiva a nuevas terapias, y la ciencia ha validado los beneficios del cannabis y del cáñamo”, comentó Stradella.
En cuanto a la comparación con otros países, el empresario señaló: “El primer modelo cercano en Sudamérica fue Uruguay. Allí solo tres empresas proveen cannabis al Estado. Nosotros queremos que los privados puedan avanzar, y Mendoza tiene el clima ideal para cultivos de alta calidad, especialmente para el área medicinal”.
Respecto al impacto económico, Stradella aclaró que no se trata de un cambio radical para la matriz productiva de la provincia, pero sí de una oportunidad estratégica: “Va a poner a Mendoza en el mapa a nivel mundial por el fitomejoramiento, que consiste en generar variedades adaptadas a distintos climas. Nuestro clima seco y soleado nos da una ventaja única”, explicó.
Finalmente, el empresario concluyó: “Esto no solo es producción: es ciencia, tecnología y desarrollo de alto valor agregado. Mendoza tiene una gran oportunidad para diversificar su economía y posicionarse globalmente”.
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